La Agencia de Seguridad Aérea arranca con un retraso de varios meses
La Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) inició ayer sus actividades. Dicha puesta en marcha se efectúa, sin embargo, cuatro meses más tarde de lo previsto. El pasado 2 de junio tenía que haber entrado en funcionamiento la AESA y una remodelada Dirección General de Aviación Civil, según el Real Decreto 184/2008. El retraso, que se hizo evidente tras el accidente del pasado 20 de agosto de un avión de Spanair, se debió a 'problemas administrativos', según aseguró el director de Aviación Civil, Manuel Bautista, dos días después del siniestro.
La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, aseguró ayer en el acto de constitución de la agencia que ésta nace fruto de 'un largo proceso' en el que se ha tenido que constituir su estructura y dotarla de los medios necesarios para ponerse en marcha.
De hecho, en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año el Ejecutivo ha propuesto un presupuesto para la AESA de 54,7 millones de euros y para la nueva Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de 9,1 millones. La suma de ambos es un 43% superior que lo presupuestado en 2008 para este cometido.
La primera actividad que realizó ayer la AESA fue la de elegir formalmente su consejo rector, que está presidido por Manuel Bautista. La directora, por su parte, es Isabel Mestre, una ingeniera aeronáutica que lleva cuatro años trabajando directamente en proyectos de Seguridad Aérea.
Con el acto de ayer, la DGAC quedó desdoblada en dos nuevos organismos: la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y una nueva Dirección General de Aviación Civil. La Agencia hereda las competencias en materia de seguridad aérea y de protección de los derechos de los pasajeros, mientras que la nueva DGAC absorbe las competencias de más política y estratégicas.