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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El AVE de Obama escucha a Fomento

Ray Lahood, secretario de Transporte del Ejecutivo del nuevo presidente estadounidense Barak Obama, visitará a finales de mayo España para practicar un deporte que hace furor entre la clase política del país más poderoso del mundo: montarse en el tren de alta velocidad español y comprobar sus prestaciones y su nivel de aceptación. Hace poco más de dos meses fue James Doyle, el gobernador del estado de Wisconsin, quien cursó una visita oficial para experimentar en primera persona las bondades del AVE entre Madrid y Sevilla y conocer la base industrial de fabricación de trenes veloces que Renfe, tiene en la ciudad de Málaga.

La afición yanqui por subirse al AVE español se ha desatado como consecuencia de unas recientes declaraciones del presidente Obama en las que subrayó la necesidad que tiene Estados Unidos de contar con una buena red de trenes de alta velocidad. Como espejo en el que mirarse eligió a los ferrocarriles españoles en general y en particular a los servicios de la línea AVE de Madrid a Sevilla.

El comentario presidencial se produjo como continuación de una decisión adoptada por el Congreso de los Estados Unidos en la que se dio el visto bueno al multimillonario plan de reactivación de la economía, elaborado por el Ejecutivo del propio Obama. La promoción de obras ferroviarias era uno de los pilares de actuación.

En el plan se detectan y designan como actuaciones prioritarias once corredores de tren repartidos por toda la geografía de Estados Unidos que podrían ser susceptibles de recibir fondos de ayuda siempre que sean convertidos en infraestructuras modernas y veloces dedicadas al transporte de pasajeros.

Las ayudas del plan suman 8.000 millones de dólares (6.000 millones de euros). Además, Washington aportará otros 1.000 millones de dólares (unos 758 millones de euros) anuales durante los próximos cinco ejercicios. El proyecto prevé crear o remozar una red de corto y largo recorrido con trenes que corran hasta 240 km/h. En Estados Unidos apenas cinco líneas superan los 127 km/h. En este momento en EE UU existe sólo una línea de tren que la UIC considera de alta velocidad: la que une Boston, Nueva York y Washington. Su registro máximo es únicamente de 240 km/h y su longitud de 362 km. El organismo ferroviario internacional reconoce una segunda infraestructura AVE en fase de planificación, con 900 km de extensión entre Los Ángeles y Sacramento.

Los planes y las declaraciones de Obama han sido recibidas con gran satisfacción por el Gobierno y la industria ferroviarias españolas. El nuevo ministro de Fomento, José Blanco, está dispuesto a promocionar la nueva moda turística de los políticos estadounidenses y con este objetivo ha declarado que se ha puesto en contacto con la Administración Obama para que mandatarios y expertos puedan conocer de primera mano la política desarrollada para el AVE en España. La visita del secretario de Transporte, Ray Lahood, es el primer resultado. Doyle, el gobernador del estado de Wisconsin, durante su visita a España, relacionó de forma explicita el lanzamiento de los proyectos de alta velocidad con las iniciativas para sacar a la economía de sus país de la recesión. "Estoy persuadido -dijo- que la crisis económica supone una oportunidad para hacer cosas con las que hemos estado soñando durante muchos años. Un tren de alta velocidad en el corazón de EE UU es uno de esos proyectos".

La vinculación entre la construcción de líneas de alta velocidad y las medidas para reactivar las economías contraídas por efecto de la crisis es un concepto conocido y practicado en España y en Europa. El dinero presupuestado en nuestro país tan sólo para el presente ejercicio de 2009 para desarrollar infraestructuras ferroviarias, y en especial las nuevas redes del AVE, asciende a 9.674 millones de euros. Ayer mismo la Comisión Europea inyectó ayudas por 5.800 millones al proyecto Eurostar, que une por alta velocidad Londres, París y Bruselas, a través del Túnel del Canal de la Mancha. Cantidades como las citadas contrastan vivamente con los aproximadamente 10.000 millones de euros que el plan de Obama ha comprometido para crear o remozar el tren en once corredores en EE UU durante cinco años.

Los beneficios de apostar por el tren veloz para reanimar el desarrollo económico, a la larga, sin embargo, superan con mucho el simple efecto de distribución de riqueza que supone la inversión para su construcción. Una vez en explotación, el AVE ahorra espacio en las carreteras, economiza energía y acorta las distancias entre ciudades y articulan los países. El plan ferroviario de Obama es modesto pero, si se lleva adelante, será sin duda un negocio rentable para a largo plazo para los estadounidenses.

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