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Los 300 hijos de Hass o el negocio de la paternidad de conveniencia

El reconocimiento de hijos a cambio de dinero se convierte en un modo de darles el pasaporte alemán

El alemán Jürgen Hass ha reconocido ya a 300 niños de Paraguay, Rumanía, Hungría, Moldavia, Rusia, Ucrania e India y piensa llegar a los mil antes de finales de año sin ser el padre biológico de ninguno de ellos. Hass pretende así convertirlos en ciudadanos alemanes y permitirles el acceso a las ayudas sociales del país. Aunque Alemania haya recurrido contra este prejubilado de 56 años y haya ganado en primera instancia 'por su mala fe', el caso Hass, aunque excepcional, no es el único. Y cada vez hay más.

Es también la historia de cientos de 'mujeres extranjeras que, justo cuando se les acaba su permiso de residencia, se sacan de la manga un padre alemán', afirma la ministra de Justicia, Brigitte Zypries. Con la nacionalidad alemana del niño, la madre puede reclamar ayuda social y se permite viajar a Alemania a toda su familia extranjera de primer grado. La paternidad de conveniencia, por la que se paga hasta 10.000 euros en Berlín, se ha convertido en la última modalidad de carta verde.

Un desempleado berlinés ha llegado a reconocer hasta 18 niños; el último: el hijo de una señora que vive en el Estado de Renania Palatinado, a cientos de kilómetros de Berlín. La ley permite que un hombre reconozca al hijo de una mujer si ésta lo admite y ninguna otra persona ha asumido la paternidad. Las autoridades detectan cada vez más artimañas para eludir las leyes, obtener títulos de residencia y embolsarse prestaciones sociales.

El Gobierno alemán, que conoce este dilema desde 2001, teme incluso que, ante las elevadas sumas que se pagan por los trámites y la asunción de paternidad, el negocio pase a manos de la criminalidad organizada. Zypries quiere reformar la legislación antes del verano para que Extranjería alerte a los funcionarios de protección al menor y éstos demanden a los padres ante los tribunales 'cuando no exista ni relación sociofamiliar ni vínculo biológico alguno'.

Según datos del Ministerio de Justicia de Baviera, desde abril de 2003 hasta abril de 2004 se le extendió permiso de residencia a 1.920 hombres extranjeros (tras reconocer a niños alemanes) y a 2.289 mujeres extranjeras al presentar un 'padre' alemán. Al 73% de ellas se les había acabado ya el permiso para permanecer en Alemania cuando se les reconoció a sus hijos. El semanario Der Spiegel denunciaba hace poco el caso de un desempleado del barrio berlinés de Neukölln que reconoce anualmente una media de 10 niños de madres solteras procedentes de Bosnia o Vietnam. Cobra 1.500 euros por chico.

Mientras el matrimonio de conveniencia se pena con hasta tres años de prisión, la paternidad fraudulenta no se castiga. Tampoco representa riesgo alguno para los padres, pues suelen ser desempleados perceptores de la ayuda social y no se ven obligados a pagar por sus hijos.

Tampoco el bienhechor de los 300 niños, Jürgen Hass, debe alimentar a su prole, pues percibe una pequeña pensión. Según dijo a Der Spiegel, se trata de 'una venganza personal y privada' contra el Estado alemán. En 1987 se le condenó a pagar 100.000 euros por ejercer de abogado sin titulación. Ahora la embajada alemana en Paraguay, donde reside, se niega a expedirle nuevos pasaportes infantiles.

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