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Coface detecta un alza del fraude

El timo del nazareno renace en las empresas

Una empresa se pone en contacto con otra, normalmente vinculada a la alimentación o a los productos perecederos, y muestra un interés inusitado por realizar un primer pedido. Algo a lo que no piensa renunciar el vendedor en una coyuntura como la actual, con una fuerte caída de la demanda y con un producto cuyo valor se deteriora en días, pese a no tener garantías sobre la solvencia de la otra compañía.

Las dudas desaparecen cuando el cliente paga esa primera factura al contado y vuelve a los pocos días y encarga otro pedido, también pequeño. La operación se repite siempre en los mismos términos, aunque esta vez sin pago de por medio, hasta que el volumen de facturas acumuladas es ya suficientemente importante para que el vendedor recurra a su aseguradora de crédito con el fin de pedir referencias y que le habilite una línea de crédito. Y allí es donde el supuesto comprador solvente desaparece sin dejar rastro y, por supuesto, sin abonar la mercancía.

Pero el defraudador no deja su impronta en una sola empresa, sino que lo hace en muchas, lo que le permite obtener una gran cantidad de mercancía sin levantar sospechas y al mismo tiempo disponer de un margen suficiente para proceder a un cambio de domicilio social, de accionariado u otra estratagema que le permita desaparecer en cuanto las aseguradoras empiezan a rastrear el mercado.

El modus operandi de estos defraudadores se asemeja al timo del nazareno (que comienza con pequeños pedidos y acaba demandando grandes cantidades a un solo proveedor) y está realizado, según Roseline Giraudo, directora técnica de Coface Ibérica, por gente muy profesional y con un conocimiento perfecto del mercado del seguro de crédito. "El primer contacto con la empresa lo hacen por teléfono móvil, fax o una dirección de correo electrónico gratuita, lo que suele ser un procedimiento poco habitual. Además solicitan precios que, en la mayoría de los casos, no negocian, lo que abre en muchos casos el apetito del vendedor ante el desconocimiento del sector por parte del comprador", recalca Giraudo, que afirma que este tipo de prácticas fraudulentas se ha reactivado en los últimos cinco o seis meses. "No son nuevas, pero van por rachas y está ha empezado a principios de 2010", precisa.

Por ello, Coface, la aseguradora de crédito que ha detectado el fraude, ha enviado una alerta a sus clientes (130.000 empresas en 67 países) para que aumenten la vigilancia sobre estas actuaciones. "Es muy difícil perseguirlas, puesto que utilizan empresas antiguas o inactivas, con buen historial en sus balances, lo que le permite obtener crédito con las aseguradoras". Al vencimiento del plazo de pago, la empresa ha desaparecido y los interlocutores se vuelven invisibles.

Posteriormente, cuando se analiza el caso se descubre en los registros oficiales que estas empresas han sufrido en los últimos meses múltiples cambios de administradores o de capital. Incluso el domicilio social con el que figuran está situado en el centro de las ciudades, algo poco habitual en firmas que necesitan de grandes espacios de almacenaje.

Usurpación de identidad

Pero el de España no es el único fraude que ha detectado la aseguradora de crédito. En Italia, país en el que está presente desde 1987, la manera de operar por parte de los defraudadores es diferente. Los individuos se presentan ante los exportadores españoles como miembros de una firma conocida, "a veces disponen incluso de falsas tarjetas de visita", y realizan pedidos en nombre de dicha sociedad. "El fraude se produce durante el traslado de la mercancía. El transportista, contratado por el comprador, recibe una llamada antes de llegar al destino en la que le indican una dirección diferente de entrega. El exportador español se encuentra que cuando trata de cobrar el cheque, no tiene fondos y cuando trata de localizar al vendedor, éste ha desaparecido". Giraudo asegura que el empresario está obligado a dar instrucciones al transportista para que no acepte cambios en el lugar de entrega sin autorización previa y recalca que debe obtener un albarán de transporte cumplimentado con los datos del transportista, lugar y fecha de salida, y lugar y destinatario de entrega.

Recomendaciones

l Confianza: es necesario que las empresas sean más exigentes respecto al control de la identificación y seriedad financiera de sus clientes, ya que la venta a crédito implica un alto grado de confianza.l Referencias: en caso de no conocer a un cliente, la empresa debe averiguar si es conocido en su entorno profesional y si es solvente.l Contacto: deben solicitar la confirmación del pedido tomando contacto directo con la empresa y no fiarse del número de teléfono proporcionado por el intermediario.

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