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Wu Xiaobo. Profesor de la Universidad Jiaotong de Shanghai

"La tasa de ahorro de China seguirá muy alta"

El experto en la realidad económica china descarta que el país contribuya a medio plazo a mitigar los desequilibrios globales elevando su consumo"China ha superado a EE UU como primer fabricante y mercado de coches"

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Fudan, en Shanghai, Wu Xiaobo comenzó su carrera en el ámbito económico y empresarial en la agencia oficial china de noticias Xinhua. Colabora con numerosas publicaciones de su país y ha publicado diversos libros sobre la situación económica del gigante asiático. El último, La China Emergente, acaba de ser publicado en España por la editorial Kailas.

Después de algunos trimestres de moderación, ¿se acerca de nuevo el PIB de China a su velocidad de crucero?

Creo que sí. Los índices macroeconómicos muestran ya un buen comportamiento en general, porque la crisis financiera no ha alcanzado la gravedad sufrida por otros países. En China, el principal problema ha sido un miedo psicológico que se está superando, con la única excepción de las exportaciones, que han caído un 20%. En este ámbito, es casi imposible llegar pronto al nivel del año pasado, porque las exportaciones dependen del comportamiento del mercado de destino, sobre todo Estados Unidos y la Unión Europea. Es ahí donde se están centrando los problemas.

Pero Pekín está impulsando la demanda interna para tratar de recortar la dependencia exterior...

Es cierto. El Gobierno está tratando de activar la inversión, la innovación, la diversificación y el consumo para solucionar la sobreproducción.

¿De qué modo se apoya el consumo privado?

Hay distintos programas en marcha. Uno de los principales se desarrolla en el campo, donde se incentiva la compra de coches con ventajas fiscales, tanto para el comprador como para el fabricante. El resultado es bastante bueno: las ventas han crecido este año un 30%. China produce cada mes un millón de vehículos, y ya ha superado a Estados Unidos como primer fabricante y mercado de coches.

Una de las propuestas del G-20 para responder a la crisis es reducir los desequilibrios mundiales, para lo que China debería limitar su tendencia al ahorro. ¿Lo encuentra factible?

La tasa de ahorro alcanza el 44% de la renta disponible y es la más alta del mundo. Todavía no hay suficientes garantías de futuro para las pensiones, los subsidios por desempleo, la educación o la sanidad. El Gobierno invierte para mejorarlo, pero los ciudadanos se quejan de la lentitud del proceso. Creo que durante la próxima década la tasa de ahorro de China seguirá muy alta.

¿De qué modo ha afectado la crisis al éxodo rural?

Ha causado graves problemas a cerca de 20 millones de personas. La caída de las exportaciones ha llevado al paro a muchos trabajadores del campo que se habían ido a las fábricas de la ciudad. Han tenido que regresar, pero en el campo no hay oportunidades suficientes para todos.

El Gobierno busca crear nuevas fuentes de empleo con dos ambiciosos programas de inversión: uno, para seis provincias limítrofes con el río Yang Tsé, y otro, para las regiones occidentales. En ambos casos, las inversiones de centran en la agricultura, la industria pesada y la construcción de infraestructuras.

¿Se están acrecentando las reivindicaciones políticas de los ciudadanos?

Obviamente, la mejoría del nivel de vida lleva aparejada una demanda de mayor poder de ciudadanía. La tendencia en los próximos años irá en esa dirección, pero el carácter de la sociedad china implicará que los cambios no se realicen de la noche a la mañana. En Shanghai y Shenzen algunos departamentos gubernamentales han descentralizado mucho el poder, para compartirlo con los ciudadanos. Es un ejemplo de por dónde creo que discurrirán las cosas en el futuro.

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