"El sueldo de los funcionarios debe ser coherente con el techo de gasto"

La llegada de Elena Salgado a la vicepresidencia económica del Gobierno conllevó, poco después, el nombramiento de José Manuel Campa como sustituto de David Vegara en la secretaría de Estado de Economía. Doctor por la Universidad de Harvard, Campa ha sido profesor en el IESE y en la Universidad de Nueva York, entre otras, además de consultor para decenas de empresas.

España es el único país desarrollado sobre el que el FMI recortó su previsión de crecimiento para 2010 la semana pasada. ¿Está equivocado?

Ese pronóstico es algo más pesimista que el que el Gobierno presentó hace un mes. En todo caso, todos, incluida la OCDE, estamos en un rango similar, pronosticando un 2009 muy duro y un 2010 de recuperación. Creemos que en el primer trimestre ya tendremos crecimiento intertrimestral.

¿Por qué se espera aquí una recuperación más lenta que en otros países?

El factor clave es la contribución del sector exterior, que es el que ahora mismo está en positivo. Creemos que nuestra cuota de mercado exportador se va a mantener estable, y la recuperación en 2010 va a venir del exterior. El problema es que se iniciará en Asia, una zona en la que todavía estamos poco presentes, y tardará más en nuestros principales mercados de exportación, que son los de la zona euro.

Una vez concluido el segundo trimestre, ¿cómo calcula que ha evolucionado el PIB español?

No disponemos de una estimación precisa, pero creemos que la caída será sustancialmente menor que en el primer trimestre. Hasta finales de año seguiremos en tasas negativas, pero cada vez menores.

¿Puede citar los principales brotes verdes que observa en la economía española?

Existen varios indicadores positivos, como las ventas de automóviles, los datos de empleo de los dos últimos meses, el índice de sentimiento económico del ICO o el indicador sintético de actividad avanzado del Ministerio de Economía. No iría tan lejos como para decir que ya hemos tocado fondo, pero nos estamos acercando.

Por otra parte, es cierto que parte de esas mejorías se deben al impulso fiscal del Plan E, que ha tenido un efecto casi inmediato. La pregunta es, si las obras tienen una duración media de seis meses y se iniciaron hace tres, ¿qué pasará en otoño? Habrá que ver si la actividad inherente se estabiliza para entonces, y si las exportaciones toman impulso.

¿Están puestas las bases para volver a crecimientos suficientes para crear empleo?

Hay que tener en cuenta que la crisis llevará a menores crecimientos potenciales en todo el mundo, incluida España, donde era superior al 3%. Pero sí estamos poniendo bases. La más tangible es la transposición de la directiva de servicios, que debe estar en marcha antes de fin de año. Pero habrá más reformas estructurales, y ya hemos planteado una reestructuración del sector productivo para reciclar parte del sector residencial.

¿En qué consisten esas reformas?

Fundamentalmente, buscamos reducir la incertidumbre institucional, marcando hacia dónde creemos que debe ir la economía. Eso tiene dos componentes: una mayor integración en los mercados internacionales y una mayor importancia del conocimiento, que se fomentará con incentivos a la I+D+i, los centros de excelencia, etc. Además, debemos afrontar el reto del envejecimiento de la población, que va a marcar el tipo de demanda futura. Y queda un tercer factor principal, que es la sostenibilidad.

¿Servirá el sistema tributario para reorientar la actividad, como lo hizo con la deducción por vivienda?

Habrá incentivos fiscales, pero siempre en el marco del equilibrio presupuestario. El punto del ciclo está llevando a un aumento de gastos y una caída de ingresos de los que debemos ser conscientes. Pero, fiscalmente, tanto se puede incentivar una actividad dotándola de subvenciones como elevando los impuestos en otras.

¿Está pensando el Gobierno en una subida del IVA?

A la hora de modificar un impuesto, hay que tener en cuenta el impacto recaudatorio y el incentivo o desincentivo que supone. Con el consumo muy deprimido, a lo mejor el impacto de una subida no sería muy alto y desincentivaría aún más el consumo. La subida de los impuestos sobre carburantes y tabaco tuvo un impacto recaudatorio importante aunque no tan alto, pero contribuye a otros objetivos como la salud pública o los compromisos energéticos.

¿Y el tipo máximo del IRPF?

Con los mismos elementos a considerar, la subida no supondría un incentivo positivo. La actividad económica debe incentivarse. En cuanto al impacto recaudatorio, no sabría decirle ahora mismo.

¿Es realista reducir el déficit público de cerca del 10% al 3% en 2012?

Es nuestro compromiso con la Unión Europea, y nosotros cumplimos los compromisos. Obviamente, no es fácil, pero sí factible. Dependerá de la evolución del ciclo. La crisis ha llevado a una caída de ingresos tributarios de entre el 4% y el 5% del PIB y a un aumento del gasto por desempleo mayor que dos puntos. Cuando cambie el ciclo, si recuperamos tres puntos de ingresos y bajamos los dos del paro, sólo esos estabilizadores automáticos supondrían reducir el déficit en cinco puntos del PIB. Además, las medidas discrecionales del Plan E suman otro punto o punto y medio, que se podrían recortar. Por supuesto, todo está condicionado a que se cumplan las expectativas de nuestro cuadro macro, que sitúa el aumento del PIB de 2012 por encima del 2%.

El déficit va a llevar a un fuerte incremento de la deuda pública. ¿Temen problemas para financiarla?

Aunque habrá un aumento considerable, partíamos de un nivel muy bajo para nuestro entorno, y en 2011 seguiremos muy por debajo del conjunto de la zona euro. Las emisiones que hemos realizado hasta el momento no indican, en absoluto, una falta de apetito del mercado.

¿Cuál será el papel del ICO ante la reforma del sistema productivo?

Es una entidad cuyas exigencias han aumentado exponencialmente en el último año. Necesita clarificar y estandarizar su cartera de líneas privadas, que se hagan fácilmente comprensibles para la red bancaria y el usuario final. Ya lo hemos hecho con las líneas ICO Liquidez e ICO Crecimiento.

¿Es necesaria una reforma del mercado laboral?

Con más de cuatro millones de parados, hay que hacer algo para mejorar el mercado de trabajo. El diálogo social está en marcha, y vamos a esperar a que concluya para valorarlo.

¿Apoyaría un pacto salarial?

La gente tiene derecho a un trabajo consistente con su proyecto vital, y el paro es lo menos consistente. Nos gustaría que hubiera otros márgenes de ajuste aparte del de trabajar o no trabajar, como cuánto tiempo se trabaja u otros elementos de flexibilidad.

La subida pactada en convenios, del 2,7%, es la adecuada?

Se pacta en un mercado extremadamente segmentado en el que los acuerdos son bilaterales. Con el PIB cayendo y la inflación cerca de cero, lo razonable es que la masa salarial se adecúe.

¿Era razonable la subida del 3% para los funcionarios del año pasado?

Si para el año que viene acabamos de aprobar un techo de gasto del Estado que cae un 4,6%, la evolución salarial de los funcionarios debe ser coherente y adecuarse a esa situación de caída de gasto.

¿Significa que será negativa?

Significa que para 2010 debe ser muy conservadora.

¿Se extenderán antes de agosto las ayudas a los parados que terminen la prestación, aunque no haya concluido el diálogo social?

No hay por qué ponerse en situaciones hipotéticas. Creemos que habrá acuerdo antes de agosto.