La rigidez laboral amenaza a la inversión extranjera
España es un lugar atractivo para la inversión, pero debe mejorar todos los aspectos vinculados al mercado laboral para no perder posiciones frente a sus más directos competidores en el futuro a corto plazo.
Esa es la principal conclusión del informe elaborado por Esade e Invest in Spain, la sociedad de promoción de inversión extranjera en España, en el que se analizan los factores de atracción de inversión que tienen otros 17 países que podrían competir con España por tamaño o modelo productivo (la práctica totalidad de las naciones de la zona euro, Brasil, China, India, Rusia, México, Rumanía, República Checa o Polonia).
Entre los 18 países seleccionados, España ocupa la séptima posición en cuanto a flujos de inversión extranjera directa, con una media de 46.000 millones de dólares al año (33.714 millones de euros), mientras que en lo que se refiere al stock de inversión acumulada ocupa el quinto puesto, con 671.000 millones de dólares (491.000 millones). Y ese lugar de privilegio puede peligrar si no se cambia el modelo de captación de inversiones, muy volcado hasta el momento en atraer capital a través de los bajos costes. "La atracción de empresas por los menores costes empresariales está migrando hacia un modelo de actividades de mayor valor añadido. Es un cambio lento, pero debe acelerarse ante la irrupción de los países emergentes", aseguró ayer âscar García, colaborador académico de Esade. De hecho, una de las vías de crecimiento a la hora de captar capital extranjero puede ser el de ofrecerse como socio a los países emergentes para iniciar actividades en Latinoamérica. "El ejemplo más claro es el de Repsol, que se ha aliado con la china Sinopec, para la explotación de las reservas de petróleo en Brasil", señaló Xavier Mendoza, director general de Esade.
Entre los aspectos más positivos, el estudio apunta a la fiscalidad de la I+D y en infraestructuras terrestres. En ambas clasificaciones ocupa el primer lugar. "Por cada euro que se invierte en I+D se obtienen 39 céntimos en deducciones, mientras que en infraestructuras, tiene 321 kilómetros de autovías y tren de alta velocidad", dijo García.
Recaída de la confianza del consumidor
"Los alemanes son, con diferencia, los consumidores más optimistas de toda Europa". Así comienza el último estudio de investigación económica de la consultora GFK, en el que se señala que el crítico ajuste interno que ha sufrido España ha hecho que las expectativas de los consumidores españoles sigan en valores negativos.Una visión no compartida por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), cuyo indicador mensual que mide la confianza del consumidor subió 6,1 puntos en enero respecto al mes precedente, hasta los 70,7 puntos. Ese repunte, según el citado organismo, obedece a la mejor percepción de los consumidores sobre la evolución económica actual y la que esperan para los próximos meses. Las peores perspectivas se centran en el mercado laboral.