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Vivienda

Los ricos también viven de alquiler

Las urbes debaten en Madrid cómo mejorar el arrendamiento

Desde España suele identificarse al mercado inmobiliario con un sector dominado por los propietarios donde el alquiler ha perdido peso relativo en los últimos cuarenta años hasta quedar reducido a apenas un 11% del parque de viviendas. Además, la opinión pública comúnmente relaciona arrendamiento con jóvenes y familias con menores ingresos.

Hasta ahora la realidad es la que responde a esa foto fija, pero ¿es así en los principales países europeos?

La respuesta es no. Hasta tal punto la vivienda es un fenómeno local que en países como Reino Unido, Francia o Austria la realidad de sus capitales nada tiene que ver con lo que ocurre en el resto del territorio.

La Concejalía de Urbanismo, Vivienda e Infraestructuras de Madrid organizó ayer en la capital una jornada para debatir precisamente sobre estos asuntos y en ella pudo comprobarse cómo a pesar del mercado único, los modos de vida siguen siendo muy singulares.

Mención aparte merece el caso de Viena. La bella capital austriaca está considerada la cuarta ciudad más rica de la Europa de los 15. Con una población de 2,2 millones de habitantes cuenta con un parque de 940.000 casas, de las que el 86% son residencias principales o habituales, y el resto secundarias o temporales. El 77% de ese volumen de pisos se encuentra en alquiler, frente a un 19,5% en propiedad.

Pese a la antigüedad que acumula buena parte de esas casas (el 42% fue construido antes de 1945), su estado de conservación es óptimo y su localización suele corresponderse con alguno de los enclaves más bellos de la ciudad. Un tercio de estas casas en régimen de arrendamiento son alquileres privados, otro 27% son públicos y el 21% restante sociales, es decir, aquéllos dirigidos a los más desfavorecidos, aunque en Viena este concepto es un tanto particular.

'Son tan elevados los límites de renta que las autoridades locales han establecido para poder ser beneficiario de un alquiler social en Viena, que el 80% de los hogares tiene derecho a disfrutar de una de esas casas. Así, una unidad familiar compuesta por cuatro personas que tenga unos ingresos netos de 60.000 euros anuales puede vivir en un piso con un alquiler social cuyos precios medios oscilan en torno a siete euros por metro cuadrado', explicó el catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Viena Walter Matznetter

Quizás esta apuesta por el alquiler y el dinero que destinan al mismo el promedio de las familias vienesas explique en alguna medida el alto nivel de vida que se respira en la ciudad.

La gestión de estos voluminosos parques públicos de casas en régimen de arrendamiento está casi en su totalidad en manos de asociaciones sin ánimo de lucro que se dedican a construir las viviendas con las ayudas y subvenciones que obtienen de la Administración.

También son habituales las rehabilitaciones integrales de edificios para después alquilar o vender sus casas.

La clave de este éxito del alquiler en Viena viene de antiguo. 'Hace ya más de 70 años las autoridades locales diseñaron una política de vivienda no con el carácter social que hoy tiene en la mayoría de los países occidentales. No se hicieron casas para un segmento de la población, se construían para todos porque la política de vivienda era económica, urbana y ecológica', añadió Matznetter.

Por el contrario, Londres y París responden más al modelo de una política de vivienda marcadamente social.

Ambas son grandes urbes, ya que concentran más del 15% de la población nacional y cuentan con una enorme diversidad de submercados inmobiliarios.

En Londres, el 40% del parque de viviendas es de alquiler, mayoritariamente público y social, gestionado hasta hace poco por las administraciones. El problema es que se trata de casas con graves deficiencias y malas condiciones de habitabilidad, dada su mala conservación durante décadas. De ahí que ahora se haya transferido su gestión a asociaciones sin ánimo de lucro.

En París, sólo el 44% del parque es de propietarios, el 26% corresponde a alquileres sociales y otro 25% a arrendamientos privados. La capital gala busca equilibrar el mercado para que los ciudadanos tengan tanta oferta en propiedad como en arrendamiento.

Madrid se compromete a tomar nota

La concejala de Urbanismo, Vivienda e Infraestructuras de Madrid, Pilar Martínez, hizo ayer de anfitriona en las jornadas sobre políticas de alquiler de las grandes ciudades europeas que se celebraron en plena Gran Vía madrileña y se comprometió a tomar 'buena nota' de lo que allí se debatiera.Martínez recordó que el arrendamiento y la rehabilitación han sido y serán la prioridad del actual equipo de gobierno porque, según recordó, la realidad española no siempre se ha correspondido con un país de propietarios. La edil culpó a las políticas del desarrollismo de los años 60 de fomentar la propiedad y apostó por mejorar la seguridad jurídica de los propietarios para cambiar la actual realidad del alquiler en Madrid y el resto del país.En este sentido, destacó que la agencia municipal ha gestionado 4.800 contratos de arrendamiento, lo que ha posibilitado que más de 10.000 jóvenes hayan accedido a un piso. No obstante, insistió en que el camino a seguir debe centrarse en la construcción de viviendas públicas para alquilar, de las que Madrid sólo cuenta con 6.000, más otras 3.500 actualmente en obras. De hecho, los últimos datos del Observatorio Municipal de Vivienda constatan que el parque de inmuebles en arrendamiento en Madrid sólo representa un 14,9% del total en el primer trimestre de 2007, un 28% menos que hace un año.

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