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Desayunos CincoDías

Un reto para Rajoy: incentivar las pensiones privadas

La reciente reforma de la Seguridad Social va en la buena dirección pero es insuficiente. Es lo que opina un grupo de expertos que apuestan por más cambios en esta legislatura

Un reto para Rajoy: incentivar las pensiones privadas
Un reto para Rajoy: incentivar las pensiones privadasPABLO MONGE

La reciente reforma de la Seguridad Social ­que elevará de forma progresiva la edad de jubilación de 65 a 67 años hasta 2027 y aumentará de 15 a 25 los años cotizados para calcular la pensión­ era necesaria y va en la dirección correcta para reforzar la sostenibilidad del sistema de pensiones, pero es claramente insuficiente. Esta es en síntesis la idea de la que partieron un grupo de expertos durante un encuentro organizado por Cinco- Días en colaboración con Caser, en el que también anticiparon las siguientes reformas que, en su opinión, deberían adoptarse en esta legislatura. El director general de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, inició el debate ensalzando la reforma de agosto porque "ha roto dos tabúes: la prolongación de la vida laboral y la ampliación de los años de cómputo de la pensión". Además, destacó la importancia de otras dos novedades de dicha reforma que afectan a la transparencia del sistema y que consisten en la medida aprobada para que las nóminas de los trabajadores incluyan la parte que los empresarios aportan en cotizaciones; y que los ciudadanos reciban en su domicilio una simulación de la pensión que recibirán. "Esto es básico para que tomen decisiones sobre la necesidad de complementar la prestación con otra privada", dijo Martínez- Aldama. Hasta aquí los haberes de la reforma; y como deberes, el director general de Inverco fue directo: se necesita hacer más contributivo el sistema. Y para ello apuntó a una necesaria reducción de la tasa de sustitución (porcentaje del último sueldo que supone la pensión), que en España es del 80% ahora y que en 2027 caerá al 73% por el efecto de la última reforma; pero que en su opinión debería situarse en la media europea (60%). Para el profesor del Instituto de Empresa (IE), Rafael Pampillón, "hay que subir la edad de jubilación a los 70 años y será imprescindible elevar el empleo, sobre todo el juvenil". Aun así, consideró que los legisladores deberán adoptar medidas extra para sostener el sistema y propuso "o bien aumentar los impuestos o reducir la cuantía de la pensión ampliando los años de cómputo". De una opinión parecida es el director del departamento de Economía del Círculo de Empresarios, Gregorio Izquierdo quien aseguró que "en el sistema actual, la mayoría de los individuos recibenmás de lo que aportan". Por lo que remarcó la necesidad de que el Gobierno mejore la relación entre los años cotizados y la cuantía de la prestación, para lo que sugirió ampliar el cómputo de años que se tienen en cuenta para calcularla; alargar la edad de jubilación y limitar los retiros anticipados.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya se comprometió el lunes pasado en su discurso de investidura a llevar a cabo algunas de las propuestas de estos expertos como poner coto a las prejubilaciones o ampliar el número de años que se toman para calcular la pensión. Si bien descartó elevar la edad de retiromás allá de los 67 años. Los expertos reconocieron la dificultad legal de intentar acabar con las prejubilaciones, pero Izquierdo aportó lo que, a su juicio, sería la solución clave para lograrlo: que el mercado laboral fuera menos rígido. Así los empresarios no ajustarían plantillas por esta vía. Lo que está claro es que tanto los expertos como los nuevos responsables del Gobierno creen que las reformas de la Seguridad Social no han terminado porque su sostenibilidad financiera sigue amenazada por el envejecimiento de la población y posibles futuros episodios de crisis como el actual. Llegados a este punto el director del Observatorio de Pensiones Caser, Manuel Álvarez, añadió una dificultad más a estos riesgos, que no es otra que la nueva obligación constitucional decumplir anualmente con un límite de gasto estructural (que podría ser del 0,5%). "Esto debería tenerse muy en cuenta a la hora de diseñar el sistema de pensiones porque va a imponer muy poco margen para el incremento del gasto público", explicó. Ante esta circunstancia, ¿qué hacer? El directivo de Caser no lo duda: "Reducir la parte pública de las pensiones y compensarla con la privada". ¿Cómo?, incentivando el ahorro para la jubilación. Y esta es otra promesa de Rajoy que también ha reunido el consenso de los expertos, que sitúan estos incentivos como unos de los más esperados.

Solo el 36% ahorra para el retiro

Los datos del último Barómetro sobre pensiones que elabora Caser correspondientes a 2011 ofrecen una España poco previsora con vistas a su jubilación, al desvelar que poco más de uno de cada tres españoles ahorra para su retiro (el 36% de los consultados). No obstante, Álvarez llamó la atención sobre el hecho de que en los dos últimos años, los españoles, a tenor de las respuestas de este barómetro, están cambiando su percepción sobre la responsabilidad que tiene el Estado a la hora de garantizar los ingresos tras la jubilación. "Y cada vez son más los que no consideran que sus ingresos tras retirarse sean solo responsabilidad del papá Estado", añadió. Es más, según coincidieron también la mayoría de estos analistas, con la actual crisis el ahorro familiar a corto plazo está aumentando, lo que ocurre es que estas cantidades se destinan, por lo general, a amortizar hipotecas. Por ello aseguraron que es el momento de incentivar el ahorro para la jubilación. En este punto, Álvarez sugirió que al margen de los incentivos fiscales, existe mucha demanda para darmás liquidez a este tipo de ahorro, de forma que en un momento de crisis como el de ahora hubiera más facilidades para emplearlo en el pago de obligaciones como la hipoteca. No obstante, Martínez-Aldama insistió en que mientras que la pensión siga suponiendo un elevado porcentaje del último salario ­lo que en su opinión hace insostenible las cuentas del sistema­, los españoles seguirán pensando que la prestación pública es suficiente y no se preocuparán por ahorrar para la jubilación. El director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Joaquín Trigo, apuntó a otra causa al asegurar que en España hay habitualmente "prejuicios negativos en contra de los ahorradores" y criticó que los incentivos (fiscales, sobre todo) "se dan y se retiran continuamente, lo que genera grandes reticencias a ahorrar". Esta misma crítica la hizo Gregorio Izquierdo, quien consideró que sea como sea el fomento de este tipo de ahorro, "los legisladores deberían garantizar su marco fiscal a largo plazo", indicó; porque lo contrario genera una gran incertidumbre que desincentiva claramente estos productos financieros. Dicho esto, el directivo del Círculo de Empresarios, al igual que el resto de los expertos que participaron en este encuentro, apostaron por la necesidad del que el nuevo Ejecutivo cree incentivos tanto al ahorro general como al destinado a la jubilación, "porque no son incompatibles". Y Pampillón añadió que la ausencia de ambos en cantidades suficientes hace que en España no se invierta lo suficiente. Si bienMartínez-Aldama defendió que la futura normativa debería fijar "un tipo estable e inferior" para el ahorro finalista para la jubilación que para general.

Algunas ideas

Por lo que se refiere a la tributación de estas aportaciones a planes privados de pensiones del tipo que sean en el momento del cobro, la mayoría de los expertos consideró que la recuperación de lo aportado en forma de prestación debería tributar como renta irregular mientras que sus rendimientos, al tipo general del ahorro. Asimismo en el encuentro surgieron otras ideas incentivadoras como los beneficios destinados a aquellos que hagan aportaciones periódicas a planes de pensiones frente a quienes lo hagan de una sola vez a final de año. Y finalmente, los expertos se lamentaron de la falta de éxito que tienen en España los productos de ahorro colectivos como son los Planes de Empleo (pensiones privadas promovidas en el seno de las empresas para sus trabajadores), con los que ahora cuentan unas 13.000 compañías. Según Álvarez, "han fallado los incentivos".Mientras que para Izquierdo el problema es que las estructurassalariales tienen demasiado peso de la parte fija; "si pesara más lo variable, estos instrumentos cobrarían más importancia", concluyó.

Cómo quitar el miedo a contratar

El futuro del sistema público de pensiones está íntima e inevitablemente ligado al del empleo porque está configurado como un sistema de reparto que paga a los pensionistas con las aportaciones de los empresarios y trabajadores en activo. Así, la ecuación es fácil: cuantos más trabajadores cotizando haya, mejores prestaciones podrán pagarse y viceversa. Por eso cualquier experto al que se pregunte por las reformas que necesita la Seguridad Social responde que la primera de todas es la que sirva para generar empleo, que es la principal financiación del sistema. Así, el director general del Instituto de Estudios Económicos, Joaquín Trigo propuso que el Gobierno baje las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social ¢para quitar el miedo a contratar¢. Los empresarios suelen defender siempre que la contratación depende de los costes. Por ello, el director del Departamento de Economía del Círculo de Empresarios, Gregorio Izquierdo, consideró que el Ejecutivo debería también homologar el coste del despido con la Unión Europea. No dijo a cuanto se pagan las extinciones de contratos en la UE pero, en cualquier caso, menos que en España, precisó. Izquierdo coincidió con Trigo en la necesidad de abaratar las cotizaciones para animar la contratación. ¢Siempre ha habido un miedo enorme a bajar las cuotas para no poner en riesgo el sistema pero este ya está en peligro ­explicó­; y por eso hay que plantearse si se debe financiar solo con cotizaciones o si se puede también pagar con los ingresos procedentes del IVA, por ejemplo. Según su tesis, la bajada de cotizaciones debería ser proporcionalmente equivalente a la subida del IVA, ¢lo que equivaldría a una devaluación del coste laboral¢, señaló. Sin embargo, el director general de Inverco, Ángel Martínez- Aldama, se mostró contrario a esta supuesta financiación de la Seguridad Social vía impuestos porque ¢sería muy peligroso¢, ahora que se están separando las fuentes para que los impuestos paguen los complementos a mínimos no contributivos.

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