El repunte del consumo no basta para sacar a España de la recesión

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, quiso transmitir ayer dos mensajes positivos sobre la evolución de la actividad: el deterioro mantiene su senda de moderación y la aportación privada empieza a tomar el relevo a los estímulos públicos. Siendo ambas aseveraciones ciertas, también lo es que el repunte del consumo privado no ha evitado que España sea el único país avanzado que sigue en recesión, después de que el PIB cayese una décima en el último trimestre.

Y ello, porque el primer avance del consumo en dos años (0,3% respecto al trimestre anterior) han sido más que compensadas con la caída de 1,7 puntos en el gasto público. Este último factor es especialmente preocupante, porque refleja el fin de buena parte de los estímulos del Plan E. El programa para el fomento del empleo desde los ayuntamientos, valorado en 8.000 millones de euros, ha sido sustituido por otro más modesto, de 5.000, destinado a inversiones productivas. Está por ver si la economía privada tendrá en los próximos trimestres suficiente tirón como para compensar la menor pujanza de las inyecciones públicas, condición sine qua non para optar a la estabilidad presupuestaria. Más aún: como reconoció ayer Campa, buena parte del avance del consumo está relacionado con ayudas públicas como las del sector del automóvil: las matriculaciones crecieron un 30% interanual.

Al margen del consumo, otra buena noticia conocida ayer es que la inversión de bienes de equipo confirmó su recuperación, acelerando su crecimiento trimestral hasta el 3,1%, si bien en tasa interanual todavía cae un 15,3%.

Los datos desagregados por el Instituto Nacional de Estadística llevan a una caída del PIB en el conjunto de 2009 del 3,6%, la misma que pronosticó el Gobierno el pasado verano. Campa afirmó que las perspectivas se mantienen intactas: una caída adicional de la actividad de tres décimas en 2010, un año plano en términos de empleo que dejaría la tasa de paro alrededor del 19% de la población activa.

El déficit corriente cae a la mitad

El análisis trimestral de la contabilidad nacional denota por lo demás un aumento de los intercambios con el exterior: las exportaciones acumulan tres periodos de crecimientos acelerados (el último, del 3%), mientras que las importaciones confirman su recuperación del tercer trimestre avanzando en el cuarto un 2,2%. Con esos mimbres, la aportación de la demanda externa al PIB se moderó en cuatro décimas, hasta situarse en 2,6 puntos: igualmente, la caída de la demanda nacional se redujo de 6,6 a 5,3 puntos. Esas evoluciones llevan el déficit corriente a reducirse a la mitad, hasta el 4,9% del PIB.

Desde el punto de vista de la oferta, todas las ramas productivas registran caídas en el último trimestre, si bien, salvo en la energética, son menos pronunciadas que en el anterior. La industria mantiene, con un 10,9%, el deterioro interanual más acusado.