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Bankia quería provisionar 9.700 millones de los años 2012 a 2015

Rato pretendía pedir al FROB otros 6.350 millones y devolver parte en diciembre

El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, había diseñado un plan para sanear el grupo y lograr ya 2.000 millones de beneficio en 2015. El plan, rechazado por Economía, preveía nuevas ayudas por 6.350 millones de euros, tras provisionar este semestre 9.700 millones, correspondientes a cuatro ejercicios, y perder 5.500 millones. A partir de ahí, generar beneficios y devolver este mismo año los 4.465 millones recibidos por el FROB en diciembre.

Hoy iba a ser un gran día para Bankia. O eso pensaba hace solo una semana su ya expresidente Rodrigo Rato. Hoy iba a presentar públicamente su plan estratégico para los próximos cuatro años: 2012, 2013, 2014 y 2015, en el que el objetivo principal era cumplir con el decreto de la reforma financiera de febrero y en el que se le exigía a Bankia unas dotaciones de 5.070 millones de euros.

Rato creía que con este plan podría disipar todas las dudas sobre la salud de Bankia. Llevaba casi desde mediados de abril discutiendo este plan con el Banco de España y Economía, y parecía que iba a contar inicialmente con el visto bueno del departamento que encabeza Luis de Guindos, pero al final no fue así, como comprobó el exbanquero el pasado 4 de mayo, día en el que el ministro rechazó absolutamente el plan. El objetivo de Bankia era provisionar en el primer semestre de este año la totalidad de lo que necesitaría para los próximos cuatro ejercicios. La provisión ascendería a 9.700 millones de euros, cuyo impacto inmediato en la cuenta de resultados ascendería a 5.500 millones de euros. Estas provisiones se calcularon teniendo en cuenta un empeoramiento de la economía para los próximos cuatro años.

Para conseguir este saneamiento, Bankia tenía previsto solicitar ayudas públicas a través del FROB 3 o, lo que es lo mismo, con la inyección de bonos convertibles contingentes (cocos) por 6.350 millones de euros, a un tipo de interés por negociar, pero que todo apunta a que sería del 8% anual. El plazo para su devolución también estaba por concretar.

Esta ayuda se sumaría a los 4.465 millones que ya les aportó el FROB 1 a través de participaciones preferentes. Rato, sin embargo, pensaba canjear todas las participaciones preferentes y la deuda subordinada que tenía el grupo, que en total asciende a unos 4.000 millones en el segundo semestre. Ahora no se sabe cuál será el destino de estas participaciones, aunque Economía asegura a sus acreedores que están aseguradas.

Tras este canje, el objetivo de Bankia era devolver íntegramente los 4.465 millones del FROB 1. De esta forma, las ayudas públicas del grupo se habrían incrementado en 1.000 millones con respecto a las actuales. Además, pretendía comenzar a devolver las nuevas ayudas en forma de cocos este mismo año.

Con esta nueva inyección de fondos propios el core capital del grupo se situaría en el 15,9%, según sus cálculos, uno de los más elevados del sector a nivel mundial.

Para conseguir estos 9.700 millones de euros de provisiones, el plan de Rato contaba también con la propia generación de resultados y la venta de una parte importante de la cartera de participadas del grupo. Tras el ajuste, que supondría presentar unas pérdidas de 5.500 millones de euros, se comenzaría, según siempre el plan de Bankia presentado a Economía y el Banco de España, a generar resultados recurrentes que podrían acercarse a los 2.000 millones en 2015.

Rato consideraba que con este plan el grupo podría incrementar el flujo de crédito. Además, descartaba pedir nuevamente dinero público.

Con las nuevas provisiones la cobertura de la cartera crediticia vinculada al ladrillo del grupo, que se eleva a 42.000 millones, quedaría cubierta en un 40%, según el mismo informe.

Además, Bankia no descartaba fusionarse con otra entidad más pequeña española. De hecho, pensaba participar en las subastas de Catalunya Caixa e incluso de Novagalicia, aunque lo más posible es que el Gobierno no le hubiese permitido presentar oferta.

Más confianza

Rodrigo Rato estaba convencido de que con este plan la cuenta de resultados de Bankia quedaría aislada completamente del ciclo económico, lo que le permitiría tener más capacidad para generar beneficios, reforzar su solvencia y, así, devolver la confianza al inversor.

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