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Cumbre Iberoamericana

Ni rastro de economía en la Cumbre de Estoril

Los 22 países que participaron en la Cumbre Iberoamericana se mostraron ayer incapaces de abordar y consensuar medidas de índole económico para poner freno a los efectos que está teniendo la crisis global. Sólo el debate sobre el cambio climático permitió aunar posiciones y arrancó a los mandatarios asistentes a la cumbre una declaración conjunta final de buenos propósitos de cara al encuentro que tendrá lugar en Copenhague, del que debería salir un compromiso de actuación que tome el relevo al Protocolo de Kioto.

Pasaron por alto, de este modo, dos asuntos clave para el área: el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur (la organización que aglutina a Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela) y el previsto incremento de fondos del Banco Internacional de Desarrollo (BID).

Así, en materia de cambio climático, los países iberoamericanos se comprometieron a "trabajar muy de cerca en el marco de la conferencia de Copenhague". Asimismo, dieron "la bienvenida con aprecio" a la propuesta formulada en su intervención por el presidente mexicano, Felipe Calderón, para la creación de un "Fondo Verde" como "una medida importantísima para promover la reducción de las emisiones y las demás medidas de mitigación".

Calderón defendió en su intervención ante sus homólogos iberoamericanos esta propuesta, formulada hace ya un año, que contempla el pago de incentivos a los países que adopten medidas para reducir sus emisiones. La idea, dijo el presidente mexicano, es que cada país haga una aportación a este fondo en función al tamaño de su economía, a su renta per cápita, a las emisiones por persona y promulgó que se tome en cuenta el daño que ya se ha hecho por los países más desarrollados. Esta propuesta, según el subsecretario, "cada vez gana más adeptos". Sólo en materia de energías limpias, parece que la Cumbre Iberoamericana ha servido para acercar posiciones y mejorar los niveles de comunicación entre los líderes, coincidieron varios analistas. Ya en la jornada inaugural el primer ministro portugués, José Sócrates, había pedido la contribución "de todos" para que la cita de Copenhague "pueda ser un éxito y responder a las expectativas mundiales en torno a un acuerdo político que responda al desafío más serio al que se enfrenta el mundo".

En clave política, tampoco al finalizar la cumbre lograron acordar una resolución común sobre la situación en Honduras. Y es que los líderes se mantuvieron profundamente divididos a favor y en contra de reconocer la legitimidad de las elecciones celebradas el domingo en este país. A lo más que se llegó en Estoril es a la aprobación de una declaración de la Presidencia portuguesa que constata las distintas posturas que mantienen unos y otros países. En el texto se "condena el golpe de Estado" y se consideran "inaceptables las graves violaciones de derechos y libertades fundamentales".

La declaración final de la Cumbre reclama "la restitución de Zelaya en el cargo para el que fue democráticamente elegido hasta completar su periodo constitucional". Este gesto es, según el documento, "un paso fundamental para el retorno a la normalidad constitucional".

Los presidentes brasileño y ecuatoriano, Luis Inázio Lula da Silva y Rafael Correa, abandonaron Estoril antes de que finalizase la cumbre. El texto también hace "un enérgico llamamiento para que cese el hostigamiento a la sede diplomática de Brasil" en la que se encuentra Zelaya. De este modo, los países reunidos en Estoril prometen "seguir contribuyendo activamente en la búsqueda de soluciones que permitan abrir un diálogo nacional en Honduras y devolver al régimen democrático al país".

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el Rey Juan Carlos mantuvieron un desayuno de trabajo con el presidente mexicano Felipe Calderón. Durante el encuentro, se discutió sobre al situación en Honduras y ambos insistieron en la necesidad de propiciar un acuerdo de unidad nacional y dar de plazo hasta que se celebre la sesión del Parlamento hondureño que debe votar la restitución de Zelaya, antes de pronunciarse abiertamente a favor o en contra del reconocimiento del nuevo presidente electo Porfirio Lobo. Zapatero también mostró su respaldo a las nuevas rondas de negociaciones que comenzarán "en muy breve plazo" entre la UE, Mercosur, Centroamérica y la Comunidad Andina.

La reunión de los líderes iberoamericanos acaba sin consenso en torno a la crisis de poder en Honduras

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