Rajoy sugiere una poda de empresas públicas y personal eventual

El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Isac Andik, estableció el lunes como primera prioridad para salir de la crisis la reorganización de las administraciones y la delimitación de sus competencias para evitar duplicidades y recortar el gasto público. La propuesta de Andik encontró respuesta tan solo un día después. El presidente del PP y candidato popular a las elecciones del 20-N, Mariano Rajoy, se comprometió ayer a realizar un adelgazamiento del sector público. "Si las Administraciones públicas no son eficaces, nuestra economía no será competitiva", subrayó ante una expectante audiencia de 400 grandes empresarios.

El líder del PP centró su propuesta de recortes en las empresas públicas. "Hay 4.000 entidades en el sector público empresarial y fundacional. ¿No habrá ninguna de la que podamos prescindir? ¿No se podrán concentrar de algún modo sus funciones? ¿De verdad es necesaria esta inflación administrativa?", se preguntó.

El adelgazamiento también afectará al persona eventual a cargo de las Administraciones públicas. "Ese gasto ha crecido casi un 50% desde que gobierna el Partido Socialista. Si el Estado ha podido funcionar con menos, habrá que volver a hacerlo y habrá que hacerlo mejor. Reducir el gasto es inevitable porque tenemos unos compromisos europeos y porque tenemos que recuperar el crédito", dijo.

La reducción de empresas y personal se producirá con posterioridad a la puesta en marcha de una ley de mercado interior, que Rajoy se comprometió a consensuar con las autonomías, "para evitar la segmentación de los mercados que hoy padecemos". Al menor tamaño del sector público también contribuirán los ajustes previstos en el número de organismos reguladores. "Habrá que reducirlos y cambiar el sistema de nombramientos, reforzando para su elección, las mayorías necesarias en el Congreso", remarcó.

El líder del PP también se fijó como prioridad la reducción del déficit público y para ello anunció un endurecimiento de los controles previos y de las exigencias públicas a los gestores para que no puedan asumir compromisos de gasto sin respaldo presupuestario. Todos esos cambios serían introducidos en una ley de estabilidad presupuestaria, que impedirá que las Administraciones incurran en más déficit y cuya aprobación se producirá en los cien primeros días de legislatura.

Al menor gasto se deberá unir una mayor recaudación impositiva, que en ningún caso procederá de una subida de tipos. "En una situación como la actual, subir los impuestos significaría aumentar la depresión que hoy padece nuestra economía", resaltó Rajoy, quien puntualizó que el crecimiento de los ingresos del sector público tendrá que venir por el aumento de las bases contributivas y no de los tipos impositivos.

Ese será el inicio de lo que calificó como "círculo económico virtuoso", que pasa por disminuir los gastos y aumentar los ingresos. En su opinión, el reequilibrio de los déficit públicos obligará a las Administraciones a apelar menos al crédito, lo que facilitará a su vez el acceso a la financiación a familias y empresas. "La mejora del consumo y la inversión iniciarán la recuperación de la confianza, ese intangible tan necesario para el desarrollo económico", subrayó.

Rajoy tampoco defraudó a su audiencia al anunciar una batería de medidas fiscales tanto para grandes compañías como para pequeñas y medianas. Para las primeras prometió una exención para las plusvalías que obtengan por la venta de activos fijos, siempre y cuando las reinviertan, y una reducción de 10 puntos en la deducción que se pueden aplicar por la adquisición de nuevos activos.

En el caso de las pymes, el líder del PP se comprometió a que solo pagarán el IVA cuando hayan cobrado las facturas (ahora lo abonan cuando se emiten) y a la creación de una cuenta tributaria, que le sirva para compensarse las deudas acumuladas con las Administraciones públicas (en especial con las locales) a través del pago de impuestos.

Rajoy también fijó como prioritario el rediseño de algunos de los aspectos de la negociación colectiva. "Hay que adecuar las decisiones a la realidad de las empresas. Eso significa darle una mayor preeminencia a los convenios de empresa sobre los provinciales o sectoriales", apuntó el líder del PP, alineándose con la tesis defendida por CEOE. Con la aplicación de estos cambios se evitaría, a su juicio, que los ajustes en las compañías se hagan especialmente "mediante la rescisión de contratos de trabajo".

Rajoy también aludió a la necesidad de ligar la evolución de los salarios con los precios. "En 2009, la destrucción de casi un millón de empleos se produjo al tiempo de un crecimiento salarial del 3% en un año en el que el IPC no solo no creció, sino que bajó", resaltó. En materia laboral abogó por ampliar el uso del contrato de fomento del empleo y por mejorar las condiciones de los contratos a tiempo parcial.