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Tomás González

'Las perspectivas de Brasil son buenas, pese a la crisis global'

El principal responsable de la entidad bilateral resalta la pujanza económica de Brasil en tiempos de crisis global, aunque advierte de la necesidad de asesoramiento antes de lanzarse a un mercado 'muy distinto del español'.

Con un sorprendente crecimiento interanual del 6,8%, Brasil se convirtió en el tercer trimestre del año en la única gran economía mundial con crecimiento acelerado. La sombra de la crisis acecha, pero Tomás González, presidente de la Cámara hispanobrasileña, cree que el segundo destino favorito de las empresas españolas seguirá ofreciendo oportunidades.

¿En qué momento se encuentran las relaciones bilaterales?

En un momento óptimo. Brasil es el segundo destino inversor de España, y a su vez este país es el segundo mayor inversor en Brasil, sólo por detrás de Estados Unidos. A diferencia de lo que sucede en otros países emergentes, donde los tópicos del toreo o el flamenco todavía prevalecen, España es conocida en Brasil fundamentalmente por sus empresas.

¿A cuánto asciende la inversión acumulada?

Hay unos 38.000 millones de euros, cuyo reparto se puede explicar por mitades: Telefónica copa una de ellas; el Banco de Santander, una cuarta parte; las grandes concesiones de OHL, Acciona, Sacyr o ACS suman un octavo. El resto se reparte entre Iberdrola, Endesa, Antolín, Hispasat y otras.

¿Qué sectores resultarán más atractivos en los próximos años para la empresa española?

Uno clave es el de la construcción. Hace dos o tres años, entre iniciativas de primera vivienda para brasileños y de segunda residencia para extranjeros, se planeó la construcción de entre 90.000 y 100.000 pisos. Hay que decir que entre ellas estaban 13.000 a cargo de Nicolás Mateos, detenido por ese caso. Aparte de eso, la crisis financiera ha paralizado buena parte del resto de proyectos, dadas las dificultades de las empresas para lograr préstamos.

¿Augura entonces un sector boyante una vez concluya la crisis financiera?

Desde luego. Estoy convencido de que, en cuanto pasen las dificultades, en dos o tres años habrá grandes oportunidades para las constructoras españolas.

¿Cómo valora la situación macroeconómica de Brasil?

No hay crecimientos espectaculares como otros emergentes, pero se sigue un camino ortodoxo en lo económico y preocupado en lo social. Brasil se ha convertido en una de las dos grandes economías de Latinoamérica, junto con México. Entre sus 200 millones de habitantes, hay una cantidad de gente equivalente a la población de Suiza con la renta per cápita de este país. El programa de infraestructuras PAC ha comprometido la inversión de 150.000 millones de euros para un sector en el que España cuenta con algunas de las mayores empresas del mundo. Dentro de esa iniciativa, se ha adjudicado la concesión de siete autopistas, en las que OHL ganó cinco y Acciona otra más. Pero el programa también contempla vivienda y transportes, generando expectativas empresariales muy altas.

¿No hay riesgos significativos para los inversores extranjeros?

Frente a otros países del cono Sur, Brasil ha dado pasos cruciales en materia de seguridad jurídica. Eso sí: es un país complicado. Hay empresarios que ven las avenidas de São Paulo y creen que eso es como Madrid. Se trata de un gran error: es un país federal, con impuestos en cascada y legislación laboral compleja. Antes de invertir, es necesario contar con asesores y abogados que conozcan el terreno.

¿Hasta qué punto está afectando la crisis financiera y económica?

Brasil es una democracia consolidada, con larga tradición de apertura mental hacia el exterior, mucho mayor que otros países. Aunque en estas situaciones todo el mundo se deja algo, las perspectivas macroeconómicas son buenas, pese a la crisis global. Al ser una economía muy grande, Brasil está atrayendo inversiones que no van a países del entorno porque no se consideran tan seguros.

¿Está preocupado por la depreciación del real?

No mucho. Es una moneda acordeón, que se infla y se desinfla y las inversiones se mantienen, porque están hechas con visos de permanencia. He conocido el euro a cuatro reales y a dos, pero también ha fluctuado ampliamente el euro con el dólar. La diferencia con otros países emergentes es que en Brasil el real es la única moneda. No se funciona en dólares.

Una entidad revitalizada con décadas de historia

El empresario vasco explica el renacer de la cámara hispanobrasileña, que tiene ya 70 años de historia: 'Era una de las más antiguas de Europa, pero llevaba años sin actividad. Hace un lustro, un grupo de 30 ó 40 empresarios decidimos revitalizarla, aportándole criterios profesionales'.

'Lo que nos aporta prestigio y legitima nuestro trabajo son los socios, entre los que se encuentran Telefónica, Santander, Iberdrola o el Grupo Antolín. Hoy se encuentra entre las tres o cuatro cámaras bilaterales más importantes de España, y sus socios copan el 99% de la inversión española en Brasil y dos tercios de los flujos en sentido contrario'.

'El presidente honorario de la Cámara es el embajador de Brasil. Cada año entregamos premios sobre cultura, acción social y empresarial. Entre los galardonados se encuentran César Alierta, Ignacio Sánchez Galán y Ronaldo'.

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