Papandreu ha pactado dimitir tras negociar un gobierno en coalición con la oposición

Yorgos Papandreu no dimitió ayer al frente del Gobierno griego, pero sus días como primer ministro pueden estar contados. Después de proponer un referéndum sobre los planes de ajuste, de afrontar una rebelión en sus propias filas (incluso dentro de su propio gobierno) y de acceder a retirar el referéndum a cambio del apoyo de la oposición a los planes de ajuste, el primer ministro griego afronta hoy una moción de confianza en el Parlamento de Atenas.

La mayoría parlamentaria de su partido, el PASOK, es escasa, de apenas dos escaños (tiene 152 sobre 300), algunos doputados se han opuesto públicamente a Papandreu y una pérdida de la votación llevaría a elecciones anticipadas. Pero, aunque gane la votación, su futuro tampoco está asegurado. Fuentes gubernamentales citadas por Reuters señalan que Papandreu ha pactado con su gobierno dimitir después de negociar con la oposición un gobierno de concentración que saque adelante los planes de ajuste.

Eso, si gana la moción, para lo que necesitaría que el PASOK cerrara filas. El ministro de finanzas, Evangelos Venizelos, fue el primero que recazó públicamente la conveniencia del referéndum. Después le siguió el ministro de competitividad y varios diputados.

En público, Papandreu rechazó la posibilidad de dimitir para formar un gobierno de concentración, opción propuesta por Antonis Samaras, líder de la oposición conservadora. Pero la verdadera debilidad de Papandreu está en las filas de su propio partido. Según Reuters, las distintas familias que integran el PASOK pactaron con él una salida tranquila para proteger al propio partido.