"Más que un otoño caliente, viene uno negro"

Un ejercicio para entender la calle. Xavier Coller, catedrático de Sociología y experto en élites políticas, suele mandar la misma tarea a sus alumnos de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla: comparar las tasas de desempleo de Grecia (22,5%) y España (24,6%) con la intensidad de las protestas en sus ciudades. Hasta hace bien poco el resultado se repetía: menos manifestaciones aquí, pese a un paro más alto. "Veíamos que el país estaba un poco inerme, con una resistencia a la movilización", recuerda el profesor.

En los dos últimos años, con un 2011 de indignación y un 2012 con el 15-M, los sindicatos y los empleados públicos en la calle, la conclusión está cambiando. "España sigue la senda griega", defiende el docente. Aunque con retraso, los titulares de sus periódicos cada vez se parecen más: más paro, más prima de riesgo, más recortes, más control de la Unión Europea, más euroescepticismo, más protestas... "Hay un umbral de tolerancia", explica Coller. "Los ciudadanos aguantan y aguantan hasta que un día se dicen: 'Hasta aquí hemos llegado'. Pasó en Irlanda, en Portugal, en Grecia... Y ahora aquí".

Los expertos consultados coinciden en que el país vivirá un "otoño caliente", tal y como advirtieron al presidente del Gobierno el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y el de UGT, Cándido Méndez. La tesis que comparten es que la población saldrá a la calle para defender el Estado de bienestar y protestar contra unos recortes que, según los convocantes, no se han repartido de forma equitativa ni han mejorado una economía que roza los 5,7 millones de parados. Lo confirman los datos del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas: nueve de cada 10 españoles ven la situación peor que nunca y el 73% da por hecho que en un año estará "peor" o "igual". "Más que un otoño caliente, viene uno negro", concluye el catedrático de Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, José Félix Tezanos. "Cualquier chispa puede acabar con un lío morrocotudo". Y el Congreso de los Diputados ya está vallado.

La resistencia a salir de la calle de algunos "grupos profesionales" (bomberos, policías y otros empleados públicos) se acabó al sentir que sufren más los recortes que otras capas de la sociedad, argumenta Xavier Coller. "Antes aguantaban", apunta el catedrático, "pero ahora observan el contraste entre lo que pierden sus nóminas, con la supresión de una paga extraordinaria, y las del resto. Ven que los banqueros siguen recibiendo indemnizaciones millonarias, que se dan amnistías fiscales a los más ricos, que no se aprueba una gran subida de impuestos a las rentas más altas..."

El calendario da pistas, añade Josep Lobera, director de Investigación del centro de estudios sociales y opinión Metroscopia. Miles de ciudadanos salieron a la calle el 19 de julio en más de 80 ciudades. Solo en Madrid se movilizaron unos 100.000. "Es muy poco usual", apunta este profesor de Sociología y Opinión Pública de la Universidad Autónoma de Madrid. "La experiencia nos dice que a partir de la segunda quincena de julio hay menos protestas. Que salieran tantos el día 19, en pleno verano, es un aviso".

Y más cuando a partir de septiembre algunas de las medidas del Gobierno repercutirán aún más en los bolsillos de los españoles, añade el profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Ignacio Urquizu, que colabora con la Fundación Ideas, laboratorio ideológico del Partido Socialista. Las matrículas en las universidades públicas subirán hasta un 66%. Y el IVA se incrementará, en el caso de los materiales de uso escolar hasta 17 puntos. "Todas estas políticas reducen el salario. El deterioro social se notará", adelanta el docente, que está convencido de que en los últimos años se están "desmantelando las clases medias".

José Félix Tezanos coincide: prevé que las universidades y el movimiento obrero se sumen a las protestas por la subida de tasas, el "deterioro de los servicios públicos" y porque "algunas empresas", que esperan al verano para aumentar sus ventas, no remontarán y tendrán que cerrar. "Y los empleados públicos España suma 3.041.100 que han protestado por la pérdida de la paga extraordinaria volverán de las vacaciones más enfadados". "La masa crítica contra el Gobierno está aumentado", resume el profesor Lobera. E incluso se forjan alianzas. Siempre reticente con las centrales, el movimiento 15-M protestó el 19 de julio junto a CC OO y UGT. Esther Vivas, miembro del Centro de Estudios Sociales de la Universidad Pompeu Fabra que se declara activista, lo ve como una relación casi de conveniencia. "El movimiento sigue creyendo que los sindicatos han claudicado", expone Vivas, coautora del libro Planeta Indignado (Sequitur, 2012).

El desgaste de Rajoy

Los expertos coinciden en que las expectativas que el PP creó durante sus años en la oposición juegan una mala pasada al presidente del Gobierno. "Nos hicieron creer que bastaba con su victoria para que la economía mejorara. Hasta ellos mismos se lo creyeron", opina el profesor Tezanos, que califica el desgaste de Rajoy de "brutal". En noviembre, ganó las elecciones por mayoría absoluta con el 44,63% de apoyo. Si los españoles volvieran hoy a las urnas, apunta el sondeo, el PP ganaría con el 30% de los votos. O lo que es lo mismo: 14,6 puntos menos en ocho meses.