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Consejos para directivos

Modos y maneras de gestionar las crisis dentro de la empresa

Los expertos aconsejan a la dirección que indique lo que va a cambiar y lo que no

Los expertos suelen advertir que la incertidumbre es la peor compañera de las empresas. Sin embargo, en tiempos tan cambiantes como los actuales, a los directivos y empleados no les queda más remedio que lidiar con ella. Decidir despidos, cierre de líneas de negocio, reestructuraciones y cambios de posición suponen un duro trago para quien lo comunica y quien lo escucha. Por esta razón, la consultora especializada en recursos humanos Mercer acaba de lanzar una serie de consejos para orientar a los ejecutivos que tienen que afrontar este tipo de decisiones en plena crisis.

Entre las primeras recomendaciones, esta firma asegura que se debe explicar a los empleados tanto lo que se va a cambiar como lo que no. "Aunque los mercados estén revueltos, hay que infundir confianza a los empleados y hacerles saber que los valores de la compañía, la forma en la que el personal es tratado y el concepto de servicio al cliente no va a sufrir modificaciones", añade Yolanda Gutiérrez, socia de Mercer.

Resultados futuros

Por el contrario, esta responsable advierte que hay que ser muy "honesto en lo que sí cambiará". Desde su punto de vista, hay que anticiparse a las preocupaciones de los empleados y admitir lo que podría pasar en el futuro si no se llegasen a adoptar este tipo de estrategias. Señalar las consecuencias positivas y los efectos negativos ayuda a comprometer a la plantilla.

En este sentido, el directivo encargado de la comunicación debe puntualizar las estrategias que provocarán la continuación del negocio, explicando de forma somera cómo se van a mantener los ingresos, qué tipos de medidas se tendrán que aplicar para reducir los costes y cuáles serán las fórmulas a seguir para retener a los clientes. Gutiérrez aboga por dar a los empleados "un plan de acción con 10 puntos que deberán tener en mente cada día".

En la búsqueda de esta transparencia, incluso se propone formar financieramente a los trabajadores. "Las empresas pueden ayudar a su plantilla a entender qué está pasando ofreciéndoles formación básica de los estados financieros, con lo que se consigue reducir la incertidumbre", asegura Gutiérrez.

Esta formación, además, contribuirá a desarrollar una fuerza de trabajo más eficaz y permitirá capacitar a los empleados de cara al cliente para responder dudas con mayor confianza. Aboga por ofrecer un listado de preguntas frecuentes a los empleados que incluyan asuntos sobre cómo afectan a la compañía las condiciones del mercado.

También es conveniente conseguir que los empleados hablen con sus jefes más inmediatos y estos a su vez entre ellos, e incluso se les apoye desde la dirección a mantener discusiones.

Respecto a las regulaciones de empleo, la compañía Hays también propone una serie de iniciativas para evitar los traumas. El abogado y socio del departamento laboral de Crowe Horwath Legal Carlos González Oliver señaló en un encuentro organizado por esta consultora que la fórmula para hacer más humano los ERE pasaba por introducir pactos sobre las jornadas de trabajo, polivalencia funcional, movilidad geográfica y acuerdos retributivos.

Del total del personal afectado por regulaciones de empleo en los nueve primeros meses del año, únicamente 45.214 trabajadores sufrieron la medida más dramática: el despido. Fueron muchos más, 173.974 personas, los que se vieron afectados por iniciativas menos traumáticas. De ellos, 129.547 trabajadores tuvieron suspensión de empleo y 44.427, reducción de jornada .

Muchas empresas han preferido optar por medidas alternativas al despido como la conversión del contrato de jornada completa en jornada parcial, la contratación del fijo discontinuo, los acuerdos temporales de reducción salarial, así como la externalización de actividades, cláusulas de descuelgue o las políticas de contratación.

"Ahora más que nunca hay una mayor sensibilidad por parte del trabajador y empresa a sentarse a negociar. Por esta razón, hay que aprovechar esta situación para llegar a un acuerdo y conseguir optimizar recursos", dijo Oliver.

Las cifras

1.222 es la cantidad de empresas disueltas en España en septiembre, un 12,6% más que un año antes, con los últimos datos del INE.45.214 es el número de trabajadores despedidos tras una regulación de empleo entre enero y septiembre de este año, según el Ministerio de Trabajo.

"Si el jefe no tiene nada que decir, es mejor que lo diga"

Solo en el mes de septiembre, 1.222 empresas se disolvieron. Antes de llegar a esta situación, muchos directivos se encontraron en la disyuntiva de cómo decir algo si no tenían nada que decir.En esos casos, los expertos de Mercer son claros. "Si el jefe no tiene nada que expresar, entonces comunique eso mismo a la plantilla y rellene los vacíos de comunicación con información actualizada en lugar de permitir rumores y conjeturas", aclara la socia de Mercer."Tampoco presuponga que posea todo el control de la información. En la aldea global en la que hoy vivimos, los trabajadores de una compañía cuentan con diversas fuentes de información, desde las redes sociales a los blogs, lo que genera que muchas veces que el trabajador se entere antes de algo de la compañía que la propia junta directiva".El mensaje, por tanto deber ser el mismo externa e internamente y reforzar los canales internos.

Un ejemplo para no olvidar

Predicar con el ejemplo es la última recomendación lanzada por Mercer a los directivos. "En épocas de incertidumbre y cambio, los líderes no solo tienen que comunicar el mensaje verbalmente, sino que ellos mismos deben ser el mensaje y demostrarlo a través de su comportamiento", puntualiza la socia de la consultora, Cristina González.A propósito de este consejo, en la red ha vuelto a circular este fin de semana la historia de un empresario italiano, Enzo Rossi, de 42 años, que en el año previo a la crisis, en 2007, decidió cambiar su retribución por 1.000 euros y la de su mujer, que también trabajaba en la sociedad, por otros 1.000 euros.Tras la imposibilidad de vivir con esta cantidad, el empresario decidió subir 200 euros a todos sus empleados. Rossi explicó que había sido incapaz de llegar al día 20 de cada mes después de haber pagado las facturas del agua, el gas, el seguro del automóvil y haber tenido cuidado en el gasto cotidiano.El empresario explicó que había decidido realizar esta experiencia después de comprobar que la sociedad estaba volviendo al siglo XIX, "cuando en mi pueblo había condes y barones, por un lado, y aparceros, por el otro, y se decía que los cerdos nacían sin piernas porque los jamones debían ir a los señores". Una historia para repetir.

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