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Empresas públicas

Medio Ambiente se abona a las 'bondades' de la subcontratación

La ingeniería pública Tragsatec pierde un 10% de su empleo desde 2009.

Justo en estos momentos, con una nueva reforma laboral en ciernes y un encendido debate sobre por qué el sector público no actúa como lo hacen las empresas privadas en tiempos de crisis, cobra especial relevancia el caso de Tragsatec. Esta empresa pública, Tecnologías y Servicios Agrarios, cuya figura jurídica es de sociedad anónima y fue constituida en 1989 como filial de la matriz Tragsa, se engloba dentro de la SEPI y depende del Ministerio de Medio Ambiente. Realiza actividades de ingeniería, consultoría y asistencia técnica en materia agrícola, forestal, de desarrollo rural, de medioambiente y de medio marino. Es decir, es una de las dos grandes ingenierías públicas, junto con Ineco, esta última más orientada al transporte.

Además, desde noviembre de 2010, Tragsatec incorpora las funciones que tenía encomendadas Tragsega, encargada de la realización de actuaciones en el sector ganadero y en lo relativo a la calidad y seguridad alimentaria.

Pues bien, a pesar de ser una empresa pública, al ser sociedad anónima se rige como si se tratara de una entidad mercantil. Y aunque su objetivo no es ganar dinero, sino atender las encomiendas que le encarga la Administración nunca ha tenido pérdidas. Sin embargo, a partir de 2008, la crisis y, sobre todo, los ajustes presupuestarios han impactado de lleno sobre su cartera de pedidos y, por ende, en su plantilla.

Ingenieros y programadores

La sección sindical de UGT en Tragsatec denuncia el progresivo deterioro que están registrando las relaciones laborales con la empresa, ya que el recorte de la obra pública y del gasto en proyectos medioambientales "está provocando la no renovación de numerosos contratos temporales, algunos de ellos con más de cinco años de experiencia en la compañía". Hasta aquí, todo aparentemente normal e idéntico a lo que están haciendo miles de empresas en todo el país. La polémica surge cuando al tiempo que se reduce plantilla, se continúa subcontratando trabajos.

"Se han dado casos de no haber renovado a un trabajador temporal y ese mismo empleado haber vuelto a trabajar para Tragsatec a través de otra empresa, cobrando lógicamente menos dinero", explican fuentes sindicales. Estas fuentes alertan también sobre el perjuicio que es además dejar de contar con este personal, la mayoría muy cualificado, ya que suele tratarse de ingenieros y programadores informáticos.

En este sentido, mientras los sindicatos cifran la plantilla actual en 6.200 personas, lo que representa 1.800 trabajadores menos desde 2008; el secretario general de Tragsa, Javier García, asegura a CincoDías que hasta octubre trabajaban en Tragsatec 7.041 personas, un 10,1% menos que en 2009. De ese total, el 43,8% sería personal fijo y el resto eventual, por lo que la sangría en el empleo, de continuar los ajustes, aún cuenta con un largo recorrido. En cuanto a las acusaciones sobre el abuso en la subcontratación, el secretario general explica que responde a una política lógica de reducción de costes, dado el marco actual y ofrece los datos aprobados por el Consejo de Administración de la empresa. "Mientras en 2006 la subcontratación era del 9,4%, el año pasado llegó al 11,4% y este 2011 se mantiene en el 10,8%", añade García.

Pendientes de los ajustes y del nuevo Gobierno

La producción de Tragsatec se mantuvo ascendente hasta 2008 y fue a partir de 2009 cuando la crisis se dejó sentir en su cartera de pedidos. Es más, según las cifras facilitadas por el Grupo Tragsa, matriz de Tragsatec, en 2010 su producción alcanzó los 398 millones de euros y este año rondará los 325 millones, lo que representa un retroceso de casi el 20%.Pero más allá de los números que, de momento, reflejan el desplome de la actividad pero no cuestionan la inviabilidad de la empresa, sus trabajadores se muestran expectantes ante los anuncios de algunas administraciones autonómicas.Asturias acaba de confirmar que está negociando privatizar la campaña de saneamiento ganadero, según fuentes cercanas a la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos.Uno de tantos ejemplos de lo que puede ser habitual a partir de ahora. Los trabajadores de Tragsatec llevan haciendo el saneamiento de la cabaña ganadera asturiana desde 2006 y, por ahora, los 70 veterinarios que trabajan en ella todavía no tienen notificación de qué va pasar con la campaña de 2012, una situación que les preocupa, dado que a estas alturas ya deberían saber el dinero que se va a dedicar a la próxima campaña. Además, dirigentes del PP manifestaron durante la pasada precampaña electoral que quizás sea conveniente estudiar la privatización de las dos grandes ingenierías públicas: Ineco y Tragsatec.A la espera de la formación del nuevo Ejecutivo, nadie ha vuelto a insinuar nada sobre este asunto, pero lo cierto es que los sindicatos enmarcan esta progresiva reducción de costes en la ingeniería dependiente de Medio Ambiente dentro de un proyecto por hacer más atractiva la compañía de cara a una futura venta. Otras fuentes advierten que las labores que realizan esta ingeniería pública e Ineco en proyectos poco rentables o su labor de planificación de infraestructuras no encontraría buen acomodo en el ámbito privado. Sí urgen a racionalizar el uso de la encomienda de gestión. Una figura de adjudicación urgente sin concurso que genera dudas sobre una supuesta competencia desleal. Toda una papeleta por resolver para los nuevos gestores.

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