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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Grecia pide un plan C, con C de crecimiento

El plan A de la zona euro para evitar la quiebra de Grecia sigue en marcha. El Eurogrupo (ministros de Economía de la Unión Monetaria) aprobó el sábado la entrega a Grecia del quinto plazo del rescate pactado en mayo del año pasado. Con esta decisión, tomada por teleconferencia, Atenas recibirá otros 12.000 millones de euros de sus socios de la zona euro y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Quedan aún 45.000 millones de euros de ese primer rescate pensado para ayudar a Grecia a cubrir sus necesidades de financiación hasta mediados de 2013. Pero ya ha quedado claro que a pesar de ese dineral Atenas seguirá necesitando ayuda al menos hasta 2015. Y mientras los países de la zona euro negocian con los acreedores privados para involucrarles en un segundo rescate o plan B, los más pesimistas temen que no se pueda cortar jamás el cordón umbilical con Atenas.

Ambas partes son responsables de esa dependencia. El Gobierno de Yorgos Papandreu, y la clase política griega en general, por haber incumplido los compromisos de austeridad con la zona euro y el FMI. Y los nuevos acreedores por diseñar un plan de ajuste que el año pasado acentuó la recesión de la economía griega (hasta el -4,5%) y ha disparado la tasa de paro del 9,5% en 2009 al 15,2 previsto para este año.

Bruselas y Atenas buscan fórmulas para revitalizar la economía

En esa coyuntura, tanto Atenas como Bruselas reconocen que la viabilidad de la economía griega requiere un plan de reformas e inversiones mucho más sofisticado que el mero recorte de déficit impuesto por los organismos internacionales. Un Plan C, con C de crecimiento, que permita a Grecia valerse por si misma, en lugar de una dieta brutal que condene al país a una recesión permanente.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, ya propuso el mes pasado acelerar la concesión de los fondos estructurales para que Grecia pueda acometer grandes proyectos en infraestructuras. La idea de Barroso permitiría liberar 1.000 millones de euros, cantidad claramente insuficiente para un país que solo en los próximos seis meses debe recortar otros 6.400 millones de euros para cumplir a final de año el objetivo del 7,5% de déficit público.

Papandreu cursó el viernes una petición de ayuda mucho más ambiciosa. En una carta dirigida a Barroso, Papandreu plantea un programa encaminado "a reforzar el potencial de crecimiento y la salud empresarial" de su país. Y asegura que en breve presentará varios proyectos para intentar atraer a grandes empresas europeas, las cuales, recuerda, ya participan en inversiones público-privadas que aportan unos 60.000 millones de euros al PIB griego.

Papandreu también propone que Bruselas exima a Grecia durante el actual marco presupuestario europeo (hasta 2013) de la obligación de aportar dinero a los proyectos financiados por los fondos estructurales, lo que permitiría la liberación de unos 15.000 millones de euros.

Yves Leterme, primer ministro en funciones de Bélgica, uno de los países que junto a Italia y España se verían más perjudicados por el hundimiento de Grecia, también defiende que Europa debería movilizar al menos 10.000 millones de euros durante los próximos tres años para contribuir a la modernización y revitalización de la economía griega y desarrollar su capacidad de exportación.

Salvar 2012

La inyección de recursos destinados a la inversión, y no solo a cubrir gasto corriente y deudas, parece la única solución para salvar a a Grecia de una nueva recesión en 2012. La troika reconoce que sus medidas agravarán la caída del PIB durante este semestre y para el año que viene pronostica un crecimiento del 0,6%, aunque el consenso general apunta al 0,2%.

Un margen demasiado pequeño para garantizar que Grecia no se deslizará hacia la contracción por cuarto año consecutivo, lo que pondría en peligro todo el plan de austeridad, según ha reconocido a Reuters el ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos: "Nuestra obligación, nuestra esperanza y nuestra meta es volver al crecimiento el año que viene, porque sin crecimiento no será posible lograr nuestros objetivos estratégicos".

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