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Fuentes de la coalición gobernante amagan con un retraso de la cita y luego se retractan

Alemania pone la cumbre europea al borde del naufragio

Alemania y Francia han anunciado hoy la convocatoria de una segunda cumbre europea antes para el próximo miércoles, tras constatar que no podrán cerrar un acuerdo en la cita del domingo. El enésimo aplazamiento hizo temblar al mercado y agravó la situación de una zona euro sumida en una creciente inestabilidad.

Angela Merkel y Nicolas Sarkozy han vuelto a parar el reloj en la interminable saga de la zona euro para zanjar la crisis de deuda soberana. El estancamiento de sus negociaciones ya impidió celebrar la cumbre de la UE prevista para los días 17 y 18 de octubre, convocada finalmente para el próximo domingo, día 23. Ayer la canciller alemana y el presidente francés dejaron claro en un comunicado conjunto que la cumbre de la zona euro de ese día se limitará "a estudiar en profundidad" el conjunto de medidas planteadas para atajar la crisis, pero "la aprobación definitiva [de esas medidas] tendrá lugar en una segunda reunión de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará el próximo miércoles".

El bloqueo del eje Berlín-París coincidió con otra jornada de huelgas y manifestaciones en Grecia, donde crece la protesta popular contra los ajustes exigidos por la zona euro. La falta de soluciones a largo plazo también tensó peligrosamente los mercados de deuda (las primas de riesgo de Italia y España se dispararon de nuevo).

El mercado ya husmeó a media tarde el posible fracaso de la cumbre del domingo, una cita convocada para aprobar el segundo rescate de Grecia (incluida una quita mayor de lo previsto a los acreedores privados de Atenas), el plan de recapitalización del sector bancario y la reforma del fondo de rescate de la zona euro para permitir su apalancamiento y multiplicar su potencial de intervención.

En ninguno de los tres puntos se ha logrado todavía un acuerdo "sobre todos los elementos técnicos", reconocía una fuente comunitaria ayer por la tarde. En la jerga de Bruselas esa declaración equivalía a dar por fracasada la reunión del domingo.

Aun así, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, decidió mantener la convocatoria, en lo que parece un desesperado esfuerzo por hacer valer su autoridad. En julio, Berlín desautorizó a Van Rompuy al obligarle a retrasar una cumbre sobre Grecia prevista para mediados de mes (finalmente se celebró el día 21, Fiesta Nacional de Bélgica, en otra irónica contrariedad para un presidente belga).

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