Fricciones entre el PSOE y UGT por la reforma laboral
La estrategia del PSOE sobre la reforma laboral, derivada de los cambios realizados por el anterior ejecutivo en esta materia, le ha distanciado de su tradicional aliado sindical.
Lo tenían fácil. La reforma laboral del Gobierno de Rajoy podía haber sido un motivo para que la izquierda parlamentaria y sindical hiciera frente común para combatirla o, al menos, intentar modificarla. Pero tampoco lo han conseguido esta vez.
La decisión del PSOE de basar su estrategia contra la reforma retomando los cambios laborales que decretó el anterior Gobierno socialista en 2010 y 2011 ha distanciado a los socialistas de los sindicatos, sobre todo, de la UGT de quien ha sido aliado sindical históricamente y más, si cabe, con José Luis Rodríguez Zapatero en el poder. Los sindicatos argumentan que no pueden defender ahora unas líneas de reforma que ya en 2010 les llevaron a convocar una huelga general. "Y en eso UGT y CC OO están totalmente de acuerdo", aseguran fuentes sindicales.
De hecho, a pesar de que los sindicatos han mantenido reuniones con todos los grupos parlamentarios para intentar que sus reivindicaciones sean trasladadas al Parlamento vía enmiendas a la reforma laboral, sólo Izquierda Unida ha asumido plenamente las demandas de CC OO y UGT. Es más, el PSOE escenificó ayer su soledad en este asunto al no lograr que ningún grupo, ni siquiera Izquierda Plural, apoyara su enmienda a la totalidad a la reforma laboral.