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Elecciones 20-N

La educación clama por un pacto de Estado entre PP y PSOE

El PP desea implantar el bachillerato de tres años. Los socialistas abogan por un modelo MIR para el profesorado. Ambos quieren llegar al consenso.

La educación, junto con la sanidad, necesita de un pacto de Estado entre los principales partidos políticos, PP y PSOE, pero también de aquellos con representación parlamentaria. Los expertos señalan que no existe un mal mayor para la enseñanza que los continuos cambios legislativos en esta materia, pero a pesar de esta constatación, los partidos mayoritarios suelen tender a enfatizar sus discrepancias más que buscar caminos de encuentro.

Para Ángel Gabilondo, ministro de Educación, ese podría calificarse como el gran reto que no consiguió alcanzar en esta legislatura, a pesar del esfuerzo por convencer a María Dolores de Cospedal y a la comunidad educativa. El escollo del castellano, la asignatura de religión y las diferencias en el reconocimiento del profesorado como autoridad, entre otros asuntos, dieron al traste con meses de conversaciones entre PP y PSOE para buscar un consenso.

La situación podría cambiar ahora, si como aseguran las encuestas, el Partido Popular obtiene la victoria. En el debate televisado de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria, Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, aseguró que su partido pretende promover un pacto de Estado por la educación más allá de la legislatura y su éxito dependerá ahora de la responsabilidad que adquiera la oposición, en caso de que el PP llegue a lograr el poder.

Posturas de acercamiento existen, pero también diferencias de base. Los populares manifiestan "estar comprometidos con la calidad del sistema público", pero también inciden en la necesidad de "una oferta plural social que permita responder a las preferencias de ideario o de modelo pedagógico de las familias". Por el contrario, los socialistas propugnan "un sistema basado en valores de igualdad, inclusión, socialización, así como los de mérito, esfuerzo y promoción del talento".

España tiene que reducir a marchas forzadas su fracaso escolar, que ha pasado del 30% al 26% en dos años pero que aún resulta de los más altos de Europa. Además, debe acoplar la oferta educativa a la demanda de trabajo. Según el Mapa de la Oferta de Formación Profesional en España, del Ministerio de Educación, el 64,8% de los alumnos que finalizan su escolaridad obligatoria, el 64,8% optan por el bachillerato frente al 35,2% que lo hace por la formación profesional.

A pesar de ello, el candidato popular, Mariano Rajoy, incide en potenciar el bachillerato con una medida estrella: el bachillerato de tres cursos, con un primer año que sirva de iniciación. Los socialistas, por su parte, ponen un mayor énfasis en la FP, comprometiéndose a elaborar un plan de choque dirigido a los jóvenes.

Sobre el profesorado, también existen sus más y sus menos. El sistema finlandés, reconocido por el informe PISA, está basado en un modelo donde el profesorado representa una de las profesiones de mayor prestigio social, con alta retribución económica y al que solo acceden los mejores. Por este motivo, Alfredo Pérez Rubalcaba lanzó, incluso antes de entrar en campaña, la necesidad de crear un modelo similar al MIR de los médicos, que ahora recoge el programa electoral.

Ese modelo MIR contempla la superación de unas pruebas que acrediten conocimientos científicos y didácticos de la especialidad que se opta para luego realizar dos años de formación práctica en centros seleccionados por su calidad y con tutores experimentados, que estarán remunerados y que concluirán con la concesión de título de especialista.

La propuesta fue recogida en un real decreto por Ángel Gabilondo, que intentó consensuarla a fin de ser aprobada antes del fin de la legislatura pero, en esta ocasión, su propuesta fue mal recibida por sindicatos y comunidades autónomas, que consideraron que era algo demasiado importante para hacerlo con tanta premura.

Para el profesorado, los populares apuestan por un "modelo de selección y formación de carácter nacional para el acceso a la profesión docente, que atraiga a los mejores expedientes académicos y tenga como criterios de selección el mérito y la capacidad", pero sin aclarar la vía de acceso. En lo que sí vuelve a insistir es en la necesidad de promover el reconocimiento de autoridad pública en el ejercicio de su actividad.

Dentro de los puntos más coincidentes entre casi todos los partidos políticos que se presentan a estas elecciones destacan el fomento del inglés, las becas salario, la incorporación de las nuevas tecnologías para reanimar la enseñanza a distancia y la gran importancia de la investigación universitaria y su acercamiento a los sectores productivos y de creación de empleo.

Los populares, además, quieren incentivar la formación permanente y la recualificación de los trabajadores mediante la implantación de un bono formación. A los socialistas también les preocupa la etapa infantil y la oferta académica universitaria, especialmente de máster y estudios flexibles compatibles con el trabajo.

Idiomas: prioridad en el inglés

La enseñanza del inglés se convierte en prioritaria en esta campaña electoral. Los populares, avalados por los datos de Esperanza Aguirre en Madrid, quieren promocionar el bilingüismo español-inglés en todo el sistema educativo, desde el segundo ciclo de educación infantil, pero también el segundo idioma extranjero y la educación trilingüe en las comunidades autónomas con lengua cooficial, hasta la fase final del bachillerato.Al inglés, el Partido Socialista le dedica un capítulo completo. Se pretende que todos los alumnos con enseñanza posobligatoria tengan un nivel B-1 del Marco Común Europeo. Para ello, se incrementará la presencia de profesores nativos (3.000) e intercambios internacionales entre el profesorado.

Empleo: consenso en la beca-trabajo

Evitar el fracaso implica también nuevas medidas para evitar que ocurra algo similar al boom inmobiliario, que atrajo a los más jóvenes y originó su expulsión de las aulas.Los socialistas proponen introducir las becas-salarios para los alumnos a tiempo completo que mejor rendimiento hayan presentado en sus estudios, una idea que también está dispuesta a plantear el PP para fomentar la formación profesional.La FP para los populares debe ser "un poderoso instrumento para conseguir empleo". El objetivo será instaurar una nueva modalidad de formación profesional de carácter dual, que permita a los jóvenes desempeñar dentro del proceso formativo su primera experiencia laboral con un programa de becas-salario.

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