La economía destruyó 900.000 empleos en 2008

Hace 21 años que el registro oficial de desempleados no superaba los tres millones de parados inscritos las oficinas públicas de empleo. Fue en 1987 y en aquella ocasión se contabilizaron 3.024.000 desempleados. El pasado año la economía española batió este triste récord al registrar un total 3.128.963 parados. Esto supone un fuerte aumento del 47% sólo en 2008, cuando prácticamente un millón de personas se ha quedado sin trabajo.

Bien es cierto que si se toma como fuente estadística la Encuesta de Población Activa, en lugar del registro de las oficinas públicas de empleo, el volumen de parados alcanzó su mayor nivel en 1994 cuando la anterior crisis hizo que España rozara los cuatro millones de desempleados.

El revés del mercado laboral se dejó sentir también en las cifras del cierre del año de la Seguridad Social, y que no por esperadas son menos preocupantes. A 31 de diciembre pasado el sistema había perdido 890.142 cotizantes en 2008, lo que representa una caída del empleo de casi el 5%.

Según han manifestado distintos miembros del Gobierno, en diciembre se vivieron los peores momentos de la crisis y prueba de ello es que, según estos mismos datos, sólo en este mes se destruyeron 353.994 empleos en la Seguridad Social. Es más, de todos ellos, algo más de 200.000 (el 60%) se perdieron en la última semana del año. Esta destrucción de puestos de trabajo casi triplica la registrada en diciembre de 2007.

No obstante, en el Ministerio de Trabajo prefieren utilizar los datos medios del mes, en lugar de las cifras a 31 de diciembre, y éstos presentan una caída del empleo ligeramente inferior. Así, en función de esta contabilidad, en el último mes del año la Seguridad Social perdió 190.075 afiliados, mientras que en el año se destruyeron 841.465 empleos, lo que supone una caída del 4,3%.

Lo que es evidente es que cualquiera de las dos metodologías muestran la virulencia con que la crisis está golpeando al mercado laboral español, especialmente, a los trabajadores más desprotegidos. Así, según reconoció ayer el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, más de las tres cuartas partes de los cotizantes perdidos por el sistema tenían un contrato temporal. De hecho, la no renovación del contrato eventual es la fórmula más barata de despido para el empresario.

Zapatero augura mejoras en marzo

Con estas cifras, la evaluación oficial del Gobierno no puede ser positiva. Así lo reconoció el propio presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, quien, además, auguró que 2009 también será un año 'duro y difícil' en materia de empleo.

Según explicó ayer, la tarea primordial del Gobierno será ahora recuperar el millón de puestos de trabajo perdidos en 2008 'a partir de la segunda parte de 2009', y con 'la perspectiva del 2010 y 2011'. Es más, el Ejecutivo calcula que los efectos positivos de los 33.000 millones de inversión pública sobre el empleo ya comenzarán a notarse en el mes de marzo. Especialmente, confían en que los 8.000 millones destinados a los ayuntamientos para financiar infraestructuras sean los que tengan mayores repercusiones en la recuperación del empleo.

No es de extrañar que el Gobierno pretenda recuperar el impulso de la economía reactivando la construcción ya que es precisamente en este sector donde se ubicaban dos de cada tres empleos destruidos el pasado año. Así la construcción y actividades inmobiliarias perdieron más de 600.000 empleos en 2008. Esto mismo se reflejó en las cifras del paro, ya que el sector de la construcción registró casi 306.863 parados más.

Seguidamente, la industria fue el segundo sector que más empleo destruyó, con 180.075 afiliados menos el pasado año. Si bien el sector servicios en general fue el peor parado en términos de paro registrado, ya que contabilizó casi medio millón de desempleados más.

A pesar de todo esto, las cuentas de la Seguridad Social no se verán dañadas y repetirá un superávit del 1,2%.

La costa levantina, la peor parada

El año 2008 dejó más datos significativos. Por primera vez en la historia, España tiene más hombres en paro que mujeres. Esto ha ocurrido porque siete de cada diez nuevos parados fue hombre, lo que supuso un fuerte incremento del paro masculino del 78% en un sólo año. De esta forma, el número de desempleados asciende a 1.576.467 y el de mujeres inscritas a 1.552.496.

Esto obedece, fundamentalmente, al daño sufrido en el empleo de la construcción y la industria, dos sectores fuertemente masculinizados.

El desplome de la construcción, que según palabras de Granado, fue 'el epicentro de la crisis', hizo que las comunidades donde el sector inmobiliario y de las segundas viviendas es más activo como la Comunidad Valenciana, Canarias y Murcia encabecen la destrucción de empleo con caídas del 7,6%, 7,2% y 6,1%, respectivamente.

En general, todas las comunidades recortaron puestos de trabajo en 2008 y en todas ellas subió el desempleo. En este último punto llama la atención el caso de Aragón, que fue la primera comunidad en alcanzar el pleno empleo y es la segunda región donde más creció el paro en 2008, con un 75% de desempleados más, precedida por Murcia, que lideró el aumento del desempleo, con un incremento del 76%.

Todas estas cifras dibujan un horizonte más que complicado. Pero el colectivo de extranjeros, con los empleos más débiles, es el que más dificultades presenta. De hecho, el número de trabajadores extranjeros en paro prácticamente se duplicó en 2008, pasando en un año de 211.964 a 410.960. Además, por lo general, estas personas agotarán su prestación por desempleo antes que la mayoría ya que suelen tener menos años cotizados; y tendrán prestaciones inferiores a la media por los bajos salarios que perciben. A pesar del programa de retorno voluntario creado por el Gobierno para que los extranjeros que deseen volver a su país cobren el desempleo de una sola vez, sólo 1.200 inmigrantes han retornado a sus lugares de origen.

Este panorama llevó ayer a la patronal CEOE a urgir al Gobierno y a los sindicatos a 'adoptar medidas políticas y de negociación colectiva' que hagan más flexible la contratación y permitan a las empresas adecuarse a la crisis.