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Claves para entender el frenazo de las economías

¿Por qué se desacelera la zona euro?

La zona euro ha pasado de la reactivación de la economía en el primer trimestre a una desaceleración en el segundo que alimenta los temores a una recesión. ¿Cuáles son las razones de este frenazo? La crisis de deuda, los dimes y dirites políticos y la debilidad del consumo son claves.

Montaje con monedas
Montaje con monedasManuel Casamayón

La zona euro se encuentra en una nueva fase de desaceleración. Los datos de crecimiento correspondientes al segundo trimestre del año muestran que la recuperación de las economías es más compleja de lo que se podía esperar a comienzos de año. Los países más potentes del bloque del euro se han estancado tras la fuerte expansión del primer trimestre, que daba alas a la salida de la crisis, y han renovado los temores a otra recesión.

El frenazo de la locomotora germana y Francia, la ralentización del PIB español y la contracción de Portugal arrojan un escenario de dificultades peor de lo esperado que los mercados financieros no perdonan. Las perspectivas han empeorado y los analistas se ven obligados a cambiar sus pronósticos. Pero, ¿cuáles son las razones de esta desaceleración? ¿Por qué se ha pasado de la reactivación a un parón de la actividad? Los economistas aclaran que hay que tener en cuenta que cada país tiene unas particularidades, pero existen parámetros generales que explican lo que está pasando. Los fundamentales son:

1. Depresión del consumo: La demanda interna no crece como se esperaba. La percepción de inseguridad y de riesgo por parte de las familias ante la debilidad de la recuperación y la restricción del crédito contrae el consumo y eleva la tasa de ahorro. A esto se suman las elevadas cifras de paro que soportan países como España y que incitan menos al gasto.

2. Escalada de la crisis de la deuda: La presión de los inversores sobre la deuda soberana de los países periféricos, especialmente España e Italia, se ha agravado hasta el punto de extenderse a otros países y pasar factura a las principales economías de la zona euro. Las tensiones en los mercados financieros y secundarios de deuda, más calmadas en los últimos días tras la intervención del BCE, amenazan con quebrar el euro y han obligado a reaccionar a la UE para evitar el contagio y más rescates que no se pueden permitir, tras los de Irlanda, Grecia y Portugal.

El aumento de las primas de riesgo eleva los costes de la deuda y genera problemas de liquidez. "La desestabilización de la deuda soberana produce incertidumbre y retrae la financiación a las entidades", explica Leopoldo Pons, analista del Consejo General de Colegios de Economistas de España.

José Luis Martínez Campuzano, Estratega de Citi en España, considera que el actual escenario "no es coherente con una recesión mundial" pero ve necesario actuar para evitarlo en cualquier caso. "Lograr una mayor calma en los mercados es prioritario", añade.

No obstante, los especuladores siguen al acecho y podrían atacar a partir de septiembre con el comienzo del nuevo año fiscal en el mundo anglosajón, según los expertos.

3. Problemas políticos en Europa y EE UU: Algunos líderes europeos abogan por una mayor unión fiscal entre los países y un "verdadero gobierno europeo", tal y como han dicho la canciller Angela Merkel y el presidente galo, Nicolas Sarkozy. Pero hasta ahora los principales mandatarios han sido incapaces de convencer a los mercados de su capacidad para tomar decisiones rápidas y de calado en vez de 'parches', tal y como han recriminado algunos analistas.

Además, Estados Unidos, la primera economía del mundo, evitó la quiebra "in extremis". Las largas negociaciones entre demócratas y republicanos para acordar el techo de deuda desvelaron al mundo las debilidades de Estados Unidos para afrontar la crisis. Como consecuencia de la falta de consenso político, Standard & Poor's rebajó la calificación de la deuda de EE UU por primera vez en la historia. La pérdida de la triple A, la máxima nota crediticia, desató las alarmas en los mercados.

Esto no solo repercute a nivel interno, sino que genera dudas acerca de la solvencia futura de algunos países de la zona euro. La simple posibilidad de que EE UU no pudiese hacer frente a sus compromisos de pago tendría un fuerte impacto en el sector financiero europeo.

4. Planes de ajuste: Alejar lo que algunos expertos llaman la "tormenta perfecta de la crisis del euro" requiere la rápida implementación de los planes de ajuste exigidos por Bruselas y el FMI y comprometidos por los países del euro en la cumbre del 21 de julio. No obstante, las medidas económicas necesarias y los sucesivos recortes aprobados para garantizar la consolidación fiscal repercuten todavía más en los maltrechos bolsillos de los ciudadanos y la actividad de las empresas, lo que a su vez sigue reduciendo el consumo.

5. Subidas de tipos: El Banco Central Europeo (BCE) subió en abril los tipos oficiales de interés, que se encontraban en el mínimo histórico del 1%, para hacer frente a las presiones inflacionistas. Volvió a aumentarlos en julio hasta el 1,50% y se esperan nuevas subidas en los próximos meses. Aunque todavía se encuentran en niveles bajos, se ha encarecido el coste real de los créditos.

Además de estos factores y otros más coyunturales como los efectos del terremoto y el tsunami de Japón, los expertos mencionan algunas causas estructurales. Pons explica que, al contrario que en el pasado, en la actualidad la economía real y la financiera "funcionan al unísono" y que los países emergentes, otrora motores de crecimiento de los países desarrollados, han cerrado el flujo de inversión al exterior e invierten en sus propias economías.

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