El déficit comercial roza el 9% del PIB, más que en EE UU

Los grandes organismos económicos internacionales llevan varios años alertando sobre la amenaza que supone para la economía mundial el desequilibrio comercial de Estados Unidos. El agujero de 700.000 millones de dólares supuso el año pasado un 5,8% de su PIB, y podría llevar a una brusca corrección del valor del dólar.

Por supuesto, la influencia sobre la economía global es mucho menor, pero la evolución española ha sido aún peor que la estadounidense: según los datos difundidos ayer por el Ministerio de Industria, el déficit comercial superó los 77.000 millones de euros, equivalente a un 8,7% del Producto Interior Bruto. La pujanza importadora, que crece al 11,7%, y la debilidad de las exportaciones (apenas un 4,8% en términos nominales) son responsables del incremento interanual del déficit superior al 28%.

El secretario general de Comercio Exterior, Alfredo Bonet, reconoció ayer que parte del desequilibrio se debe a 'factores estructurales como la pérdida de competitividad' de los productos españoles en el exterior. El diferencial de inflación respecto a la zona euro -destino de más del 57% de las ventas españolas- alcanzó en enero 1,8 puntos, lo que pone a las empresas españolas en peor posición de partida para competir.

Esta situación lleva a un hecho incontestable: las exportaciones reales apenas crecieron un 0,2%, una vez descontada la subida media de precios del 4,6%. En cambio, las importaciones reales aumentaron un 6,5%.

Dependencia exportadora

Bonet destacó la atonía económica de los principales clientes de España (Francia, Alemania y Portugal) como una causa de la debilidad de las ventas. En todo caso, el avance de las exportaciones hacia la UE ha sido sensiblemente menor que el de los destinos extracomunitarios (2,2% frente a 12,2%). Los nueve planes integrales de desarrollo de mercados, que afectan a 'destinos con alto potencial de desarrollo', empiezan a dar frutos.

La distribución sectorial refleja crecimientos fuertes de las ventas en las rúbricas menos relacionadas con el consumo (materias primas, semimanufacturas y bienes de equipo superaron el 9% de subida). Sin duda, el dato más preocupante es el del sector del automóvil, que representa casi un 20% de las exportaciones y registró una pérdida en 2005 del 4,6%.

Las importaciones energéticas fueron las que más crecieron, por la apreciación del petróleo. Según el Ejecutivo, el sobreprecio causó 3,2 puntos del incremento de las importaciones -es decir: sin la subida del petróleo, las importaciones 'sólo' hubieran crecido un 7,9%.

A la hora de realizar previsiones, Bonet destacó la ligera moderación importadora del último trimestre para anticipar un crecimiento de las compras cercano al 9% este año. Por otra parte, la 'esperada' recuperación económica europea llevaría, según el Gobierno, a que las exportaciones crezcan un 6%. El resultado neto sería un incremento del déficit comercial del 14%, que detraería al PIB 'poco más de un punto', casi la mitad que el año pasado.