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Los asalariados pierden 26.000 millones de euros este año y los empresarios ganan 12.000

La crisis da la vuelta a la tarta de la renta: los beneficios ya superan a los salarios

La crisis económica está transformando el reparto de la renta en España. En este cuarto trimestre los beneficios empresariales superarán por vez primera a los salarios, y lo harán de manera abultada durante todo 2013. Solo en 2012 la fuerte caída de empleo ha provocado que los asalariados pierdan 25.842 millones de euros, mientras que los empresarios recuperan unos 12.000 millones. La brecha en el ejercicio es de casi 38.000 millones.

La recesión no hace prisioneros. La parte más débil de la generación y reparto de la riqueza nacional, aquella que vive del trabajo por cuenta ajena, ha sido la víctima fundamental de la crisis. Durante los años de dificultades, pero especialmente durante este año 2012, la pérdida de renta disponible se ha cebado con los asalariados por tres motivos fundamentales: pérdida de empleo (acelerada en los últimos meses por la reforma laboral), la congelación o bajada de los salarios unitarios, y la fuerte subida de los impuestos.

Así, la Contabilidad Nacional refleja que durante este año la renta de los asalariados ha descendido en más de 16.800 millones de euros en los tres primeros trimestres del año, y lo harán hasta los 25.842 millones de euros cuando termine el ejercicio, si mantiene la tendencia bajista de lo transcurrido en el año y sumamos el recorte de la paga extraordinaria de los funcionarios. En términos relativos, los asalariados habrán perdido un 5,08% de su renta.

Una estimación de los datos brutos en base a los ya confirmados por Estadística, cuantifica las rentas salariales del año en unos 482.673 millones de euros, frente a los 508.500 generados en 2011.

De forma paralela, las rentas empresariales se han recompuesto a lo largo de los tres primeros trimestres del año, con un crecimiento del 2,64%. Acumulan 351.531 millones, y podrían cerrar el año con una evolución similar en el cuarto trimestre en 476.465 millones. En total, el avance sería de unos 12.200 millones de euros.

Una suma del avance de la renta empresarial y de la contracción de la salarial nos proporciona la brecha de riqueza generada en un solo año entre los dos agentes que generan y reparten la tarta nacional, y que asciende a casi 38.000 millones de euros.

Con las rentas salariales acumuladas hasta septiembre de este año, su participación en el PIB generado es del 46,23%, mientras que las rentas empresariales llegarían al 45,11%. En el tercer trimestre tomado aisladamente las dos partidas son ya prácticamente iguales, con un 45,3% para las rentas salariales y un 45,2% para las empresariales.

Y la proyección para el cuarto trimestre, tomando en cuenta que el empleo sigue ajustándose a tasas superiores al 4% y que el colectivo de funcionarios perderá la paga extra de diciembre, es que la riqueza que termine en manos de los asalariados descienda por debajo de la que se destina a los empresarios. El sorpaso se ha producido por vez primera en la historia de la economía española, al menos desde que España ingresó en la Unión Europea, en un país que siempre tuvo dificultades para alcanzar tasas de asalarización de nivel comunitario.

Un descenso continuado

Un vistazo a la evolución del reparto de la renta desde que comenzó la crisis da una idea de la transformación de la misma. En 2006, los salarios representaban el 47,3% de la riqueza generada, mientras que los beneficios únicamente suponían el 41,4%. Desde entonces, las rentas empresariales han avanzado casi todos los años en términos relativos.

Las rentas de los asalariados repuntaron artificialmente en 2009 pese al fuerte ajuste del empleo por la generación extraordinaria de indemnizaciones por despido (llegaron al 50,05%), para descender después hasta el 45% actual, un nivel que en 2013 será sobrepasado a la baja. Han perdido, por tanto, casi seis puntos desde sus máximos, y al menos cuatro desde la que era su posición natural.

Los mayores ajustes de las remuneraciones salariales agregadas se han producido en la construcción, que todavía en el último trimestre registrado caen un 18,7%; en las actividades financieras y de seguros, con una caída del 8,8%, y acelerada solo desde la segunda mitad del año 2010; y el transporte, comercio y hostelería, con descensos del 6,9%, y provocado solo en los últimos trimestres.

Lógicamente, estas caídas se concentran en estos sectores, porque es en ellos donde se desploma el empleo. En la construcción cae aún un 22,1%, mientras que en los servicios financieros y seguros lo hace al 8,1%, en el comercio un 6,2%, y un 6,8% también en la industria manufacturera. En total, los asalariados descienden un 5,5% en tasa anual, mientras que el PIB real lo hace a tasas del 1,6%.

El tercer agente que participa en el reparto de la riqueza nacional, el Estado cobrando impuestos, ha recompuesto su posición en el último trimestre hasta el 9,5%, pero no llega aún al 11% que alcanzó antes de la crisis, en 2006. La menor participación se produjo en 2009, con un 7,46%, un nivel coherente con el déficit fiscal superior al 10%.

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