Concurso de acreedores para salvar la notaría

La explosión de la burbuja inmobiliaria empieza a hacer mella en uno de los colectivos ligado al ladrillo: el de los notarios. Hasta el momento, estos profesionales aparecían como un sector privilegiado, con un negocio semipúblico, pero el hecho de que la actividad inmobiliaria se haya paralizado de forma abrupta y les haya encontrado con plantillas sobredimensionadas les ha obligado a presentar los primeros concursos de acreedores del sector.

Ayer le tocó el turno al notario de Gijón Ángel Luis Torres, quien ha asegurado a CincoDías que adopta esta postura para evitar que "sus principales acreedores -Hacienda y la Seguridad Social- le embarguen sus cuentas y para salvaguardar el empleo y la actividad". Con él, son ya cinco notarios los que han presentado concurso de acreedores en España aprovechando la nueva legislación concursal, que posibilita los acuerdos de refinanciación desde el 12 de octubre. Para Torres, "la caída del 65% de su actividad debido al brusco descenso de escrituras hipotecarias, sumado al presunto desfalco de dos exempleados, ha sido determinante para acudir al concurso".

La intención del fedatario Torres es mantener los 16 empleados que trabajan en estos momentos en su notaría. Para ello, ha alcanzado un acuerdo de reducción salarial con los empleados. "El objetivo es mantener la oficina y no realizar un expediente de regulación de empleo", explicó ayer Torres.

En España existen 16.000 notarías que dan empleo a un total de 18.000 profesionales. En opinión de Ángel Luis Torres, "la mayoría ha tenido que afrontar la crisis con despidos, porque muchas de ellas se encontraron de repente la crisis con abultadas plantillas". Por eso, Torres pide la actualización de los aranceles, una de la principales reclamaciones del Consejo General del Notariado, que llevan sin actualizarse desde 1989. Algunos documentos sin cuantía, como los testamentos, cuestan desde la década de los ochenta tan solo 30 euros.