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Enorme riqueza del país

Bélgica cumple hoy un año sin Gobierno entre la indiferencia de los mercados

Hoy se cumple un año desde las últimas elecciones en Bélgica y las negociaciones entre los principales partidos para formar Gobierno siguen sin dar resultado.

A pesar del tiempo transcurrido, el vencedor de aquellos comicios, Bart de Weber, líder del partido nacionalista y conservador flamenco N-VA, declaró la semana pasada que "no hay ninguna razón para formar un Gobierno a toda prisa".

Surrealismo belga aparte, lo más sorprendente es que ni la incertidumbre política ni las continua especulación sobre la posible escisión del país parecen repercutir en la economía del país. Y los mercados mantienen la confianza e ignoran las sucesivas alertas de las agencias del calificación sobre la posibilidad de una caída en la calidad crediticia de la deuda belga (mantiene una doble A+, aunque con sesgo a la baja).

Tras 365 días con Gobierno en funciones (una cota que, según el Libro Guinness, supera el récord mundial de Camboya, 354 días, y pulveriza el europeo, que tenía Holanda, con 207 días), la prima de riesgo del bono belga casi ni se ha inmutado.

Su diferencial con el bono alemán solo ha aumentado ligeramente y la semana pasada se situó en los 114 puntos básicos, a salvo, por ahora, de las tensiones sufridas por otros títulos, como el bono español (250 puntos, el viernes), a pesar de que la deuda pública de Bélgica roza el 100% de su PIB (60% en España).

La indiferencia del mercado ante la crisis política parece deberse a la enorme riqueza del país (su PIB per cápita supera en 15 puntos la media europea y el de Bruselas, es el doble); a la buena evolución del crecimiento a rebufo de una recuperación del comercio mundial que permite a Bélgica aprovechar su potencial exportador; y a la capacidad del Gobierno en funciones del conservador Yves Leterme de cumplir hasta ahora con la reducción del déficit exigida por la UE.

El país, sin embargo, acumula desequilibrios (en inflación y en costes laborales) que podrían acabar llamando la atención de los mercados si la crisis de Grecia desencadena otra tormenta en la zona euro.

La viabilidad del Estado, en entredicho

El triunfo electoral del 13 de junio de 2010 brindó a la Nueva Alianza Flamenca (N-VA) la oportunidad de intentar demostrar que la estructura actual del Estado belga es ingobernable. Su líder, Bart de Weber, supedita la formación de un Gobierno de coalición a un avance hacia al estado confederal, posibilidad a la que se resisten los partidos francófonos. Pero el tiempo juega a favor del líder flamenco porque el vacío de poder pone en entredicho la viabilidad del Estado belga. Y la alternativa, unas nuevas elecciones, reforzaría el apoyo de la N-VA, según los sondeos.

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