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Los acreedores se comprometerían a renovar su posición en deuda helena

El BCE logra frenar la quita de bonos griegos pero acepta un plan alternativo

El Banco Central Europeo acaricia una inesperada victoria en su batalla contra cualquier tipo de reestructuración, dura o blanda, de la deuda griega. A cambio, Fráncfort parece resignarse a un plan para que los acreedores de Atenas, de manera voluntaria, se comprometan a renovar su exposición en Grecia.

Jean-Claude Trichet recibirá hoy en Aquisgrán el Premio Carlomagno por su incansable defensa, según el jurado, de la independencia del Banco Central Europeo y de la estabilidad de la zona euro. Y el francés, que dejará la presidencia del BCE el próximo 30 de octubre, parece a punto de revalidar esas credenciales con una victoria en solitario contra los partidarios de una reestructuración de la deuda griega.

La contraofensiva del BCE, que ha llegado a amenazar con no aceptar los títulos de deuda griega como colateral si se lleva a cabo cualquier tipo de reestructuración (lo que condenaría al sistema financiero heleno al colapso), empezó ayer a dar resultados. Y todo indica que Atenas, la zona euro y y la Comisión Europa renunciarán a su intención de imponer a los tenedores de la deuda griega una prolongación de la madurez de sus títulos. A cambio, según fuentes citadas por Bloomberg, el BCE podría aceptar un plan de negociación con los acreedores de Atenas para que se comprometan de manera voluntaria a renovar su exposición a la deuda griega una vez que los títulos actuales hayan expirado. De esa manera, según Fráncfort, Grecia podría afrontar sus obligaciones financieras sin necesidad de imponer a sus acreedores una quita o un retraso en el cobro.

Tanto Atenas como Bruselas y los ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) se habían decantado en las últimas semanas por "sugerir" a los tenedores de bonos griegos y, en particular, a la propia banca helena, de que aceptasen retrasar el cobro como contribución "voluntaria" a un segundo plan de rescate habían bautizado esa prolongación como "reescalonamiento", en un vano intento de camuflar la reestructuración.

La Comisión Europea y el Eurogrupo bautizaron esa opción como "reescalonamiento" (reprofiling, en inglés) en un intento de camuflar la reestructuración. Pero las agencias de calificación, tal y como había alertado el BCE, advirtieron que cualquier retraso en el cobro de la deuda sería considerado como un incidente y conllevaría una rebaja de los bonos griegos hasta el nivel de default (suspensión de pagos).

La victoria de Trichet, sin embargo, no parece definitiva, porque varios gobiernos, en especial los de Alemania, Holanda y Finlandia, exigen algún tipo de contribución de los acreedores privados que les permita justificar ante sus opiniones pública la ampliación de los préstamos a Grecia. "Si el sector público, incluidos los contribuyentes, conceden un mayor margen a Grecia, parece obvio que los acreedores privados deberán colaborar en esa iniciativa", señaló en Berlín un portavoz del gobierno alemán. El mismo portavoz, sin embargo, consideró prematuro especificar cómo debe ser la contribución de los inversores privados.

Reunión en Viena

La fórmula aceptable para el BCE sería similar a la llamada iniciativa de Viena, un acuerdo informal alcanzado en 2009 por el que el sector financiero se comprometió a mantener su exposición en Rumanía y otros países del este socorridos por el Fondo Monetario Internacional. Casualidad o no, el Comité Económico y Financiero de la UE (encargado de preparar las reuniones del Eurogrupo y del Ecofin) celebró ayer su reunión mensual en la capital austriaca, con el rescate de Grecia como tema principal de la agenda.

El CEF podría dar el visto bueno provisional a la evolución del ajuste fiscal en Grecia, lo que permitiría liberar a finales de mes los 12.000 millones de la quinta entrega del rescate griego.

Atenas suprimirá 75 organismos públicos

El Gobierno de Yorgos Papandreu anunció ayer que intensificará la jibarización del Estado griego con la supresión o fusión de otros 75 organismos públicos, lo que afectará a unos 7.000 empleados (que serán trasladados, si son funcionarios, o despedidos si tienen un contrato temporal). El nuevo recorte, según el vicepresidente del Gobierno griego, Teodoros Pangalos, permitirá un ahorro anual de 2.700 millones de euros, según declaraciones recogidas por Efe.La medida responde a las exigencias de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, que desde hace un mes revisan en Atenas el plan de ajuste presupuestario necesario para situar el déficit griego este año en el 7,5%. Para lograrlo, Grecia necesita un recorte adicionales 6.400 millones de euros, como condición para seguir recibiendo la financiación de los organismos internacionales. La decisión anunciada ayer por Atenas facilitará la quinta entrega de los préstamos.Hasta ahora, Atenas había anunciado que durante 2011 la supresión de organismos públicos generaría un ahorro de 450 millones de euros. Pero el derrape fiscal provocado por la caída del crecimiento ha obligado al Ejecutivo de Papandreu a ampliar el ajuste.La supresión de 75 organismos se unirá al cierre de otros 77 llevado a cabo durante el último año. Grecia también ha aplicado un reforma de la administración local que ha reducido de 1.025 a 325 el número de alcaldías.

Moody's recorta más

La agencia de calificación crediticia Moody's rebajó ayer el rating de la deuda de Grecia en tres escalones, desde B1 a Caa1, debido al creciente riesgo de que el país no sea capaz de estabilizar su nivel de deuda sin una reestructuración. Además, la situó en perspectiva negativa.

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