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La rigidez de los sectoriales provoca distorsiones en el 40% de los sueldos

El Banco de España pide que más del 10% de los convenios sean de empresa

El Banco de España reclama a sindicatos y patronal que la descentralización del sistema de negociación colectiva que ahora se está negociando se haga de tal forma que más del 10% de los convenios correspondan a acuerdos a escala de empresa frente a la hegemonía actual de los sectoriales. El objetivo último es que la mayoría de los mismos corresponda a acuerdos de trabajadores con su misma empresa.

La rigidez salarial en tiempos de crisis se traduce en destrucción masiva de empleo. Es la máxima que se recoge en un análisis que acaba de elaborar el Banco de España bajo el título "El ajuste de los salarios frente a las perturbaciones". En él se hace eco de cómo el grado de rigidez salarial tiene mucho que ver con las condiciones en las que se negocia un convenio colectivo. En el caso de España, la autoridad supervisora recalca que solo un 6,9% de los convenios negociados se suscribieron en 2010 al nivel inferior, que es el que corresponde a cada empresa con sus trabajadores. Este nivel es el que "permite una mejor adaptación" a la coyuntura económica del país y de cada sociedad, por encima de convenios con estructuras más amplias como los provinciales, sectoriales, autonómicos y nacionales.

Los convenios de empresa han llegado a representar el 11% en los mejores años del boom económico pero no han pasado de allí. El Banco de España desea que este porcentaje no solo se alcance de nuevo sino que, incluso, se supere con creces para romper la hegemonía de los sectoriales. La ventaja de los convenios de empresa, a su juicio, es que contribuyen a la moderación salarial cuando hace falta como ahora. En 2010 el aumento salarial revisado en esos convenios fue del 1,55% mientras que los de otro ámbito fue del 2,13%, casi un punto más. El órgano supervisor no desea que los trabajadores cobren menos como regla general sino que se aplique contención en los salarios cuando las empresas están en pérdidas con el fin de destruir menos puestos de trabajo. Es decir, que ganen menos los que conservan su puesto a cambio de enviar menos personas al paro.

Según la institución, la rigidez salarial en España se sitúa entre las mayores de Europa, solo superada por países como Bélgica, Suecia o Francia, en donde la indización a la inflación es casi automática para la mayor parte de los trabajadores. La rigidez es mayor en trabajadores más cualificados y en los de mayor edad. El estudio del Banco de España indica que en los últimos diez años entre un 30% y un 40% de los trabajadores recibieron sueldos por encima de lo que les hubiera correspondido si se les hubiera ajustado a las condiciones objetivas de su empresa y al aumento de la productividad. Estas distorsiones fueron debidas en parte a que los salarios crecieron impulsados por las expectativas de inflación, provocando un repunte salarial, simultáneo incluso a la caída de la demanda.

Estos incrementos de sueldo "han provocado que solo en 2010, "con dos años de retraso desde el inicio de la crisis, se produjera un proceso de moderación salarial". Ello ha llevado aparejado destrucción de empleo en épocas de vacas flacas como ahora. El Banco de España solicita a los agentes sociales que incluyan esta premisa en la negociación que están ultimando estos días sobre el sistema de negociación colectiva. Y recuerda que ligar el salario a conceptos variables reduce también el grado de rigidez laboral.

Entre la ultraactividad y el absentismo laboral

CEOE, CC OO y UGT están dispuestas a desbrozar la selva actual de convenios, sobre todo los provinciales. Sin embargo, la negociación que ultiman estos días se ha complicado con otros asuntos espinosos que hacen difícil un acuerdo global. Uno de ellos es la llamada ultraactividad de los convenios, que permite su vigencia una vez que han expirado si no hay acuerdo para su renovación. CEOE pretende limitarla a un periodo de tiempo (un año), combinado con fórmulas de arbitraje. Los sindicatos no quieren que las cláusulas pactadas queden en papel mojado sin acuerdo entre las partes.Por otro lado, ni sindicatos ni patronal desean una gran simplificación del número y tipos de convenios, dado que a través de ellos gira buena parte de la labor de sus estructuras como instituciones sociales. En los últimos días, CEOE ha conseguido poner sobre la mesa la reducción del absentismo laboral con el fin de que sirva de moneda de cambio para otras cuestiones.Aunque el Gobierno está dispuesto a esperar para que ambas partes lleguen a un acuerdo, el tiempo se acaba, como reconocen fuentes del Ministerio de Trabajo. El Gobierno se comprometió ante la UE a aprobar una nueva legislación sobre convenios en este cuatrimestre.

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