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A fondo

Más autogobierno para apoyar los Presupuestos

Es autogobierno puro y duro". Así ha resumido Íñigo Urkullu, el líder del PNV, el contenido de las quince peticiones que ha trasladado este verano a José Luis Rodríguez Zapatero. El envite político está en la mesa y de él depende el apoyo nacionalista a los Presupuestos del Estado de 2011. Para que quede más claro, Urkullu ha añadido que el País Vasco "no es ni será Kosovo, pero nos asiste el mismo derecho" que al territorio que declaró su independencia en febrero de 2008 con el apoyo de Estados Unidos.

El pragmatismo del PNV ante un Gobierno en minoría parlamentaria vuelve a manifestarse en esta ocasión. El partido fundado por Sabino Arana ya aprovechó la necesidad de apoyos del primer Ejecutivo de José María Aznar para exigir la puesta en marcha de un grupo vasco de telecomunicaciones. Xabier Arzalluz, entonces presidente del PNV, logró la licencia operativa de Euskaltel (que entró en actividad en 1997).

En medio del pacto se produjo el famoso "abrazo de Sondika", cuando el lehendakari José Antonio Ardanza recibió a pie de pista al avión que traía a Euskadi a Aznar. En la segunda legislatura del líder popular, ya con mayoría parlamentaria a su favor, Aznar y Juan José Ibarretxe (sucesor de Ardanza en Lakua), ni se buscaban ni se saludaban, tampoco cuando coincidían en el mismo edificio. El PP no necesitaba al PNV, y viceversa.

¿En qué consisten las quince peticiones de Urkullu? La lista que el presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB) ha trasladado a Zapatero y antes al lehendakari Patxi López incluye tanto reivindicaciones históricas como otras más cercanas en el tiempo. Entre las primeras se repiten los mensajes lanzados por los inquilinos nacionalistas de Ajuria Enea en las últimas tres décadas. Son reclamaciones relacionadas con el desarrollo íntegro del Estatuto de Gernika. El bloque de las exigencias reiteradas desde hace pocos ejercicios tiene que ver con la reivindicación de un "nuevo marco jurídico-político", un ámbito que algunos relacionan con el fallido Plan Ibarretxe, que planteaba una propuesta en este sentido y que fue rechazada en su día por el Congreso. Ahora tendría que reconocerse en Madrid, según los postulados del PNV, la realidad nacional de Euskadi y su derecho a la autodeterminación.

La batería de reclamaciones de Urkullu abordan otras cuestiones de calado, como el traspaso a Euskadi del régimen económico de la Seguridad Social. Así como competencias plenas en relación con el ámbito laboral (legislación, convenios colectivos, la gestión del Fondo de Garantía Salarial). El político nacionalista también quiere soberanía plena para Euskadi en cuanto a la formación profesional y otros servicios públicos relacionados con el empleo. Este apartado supondría el acceso a los fondos aportados por empresas y trabajadores para la financiación de los cursos a desempleados, por ejemplo.

Las reclamaciones del PNV se extienden a la capacidad de Euskadi para legislar con total autonomía en el mundo financiero y de seguros, sin tener que estar pendientes de las autorizaciones del Banco de España y otros organismos estatales. También en relación con el mundo económico, Urkullu quiere activar un plan de ayuda al sector de máquina-herramienta, uno de los puntales de la economía vasca, que está basada en la industria.

La ciencia tiene asimismo su hueco en estas peticiones que tiene que escuchar Zapatero. Según el planteamiento del PNV, el centro de espalación de neutrones, que está en fase de construcción en Vizcaya bajo la supervisión del Ministerio de Ciencia, Innovación y Tecnología, debiera contar con un presupuesto adicional de 180 millones que le permitiera desligarse del departamento de la ministra Cristina Garmendia.

Por pedir, Urkullu también quiere los terrenos del antiguo cuartel de Araka, ubicado junto a Vitoria y propiedad del Ministerio de Defensa. Así como que la denominación oficial de los tres territorios vascos (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya) sea exclusivamente en euskera. De paso, pretende que los vecinos de Treviño (Burgos) y Trucios (Cantabria), localidades que están geográficamente rodeadas por Vizcaya, puedan realizar un referéndum sobre su integración o no en la Comunidad Autónoma Vasca.

El deporte no queda fuera de esta lista de peticiones. Urkullu quiere contar con el reconocimiento oficial de las selecciones vascas para su participación en competiciones internacionales.

Precisamente el deporte levantó ampollas en Euskadi la semana pasada entre algunos nacionalistas. ¿Los motivos? Uno, la participación de la selección española de baloncesto en un torneo internacional en Vitoria (el combinado nacional llevaba 22 años sin disputar un partido en el País Vasco). Y otro, el anuncio de que el recorrido de la Vuelta Ciclista a España, en su edición de 2011, incluirá a Euskadi por primera vez en 34 años. Quizás con dos finales de etapa, en Bilbao y Vitoria. Una buena noticia para los aficionados vascos al ciclismo, que en la comunidad autónoma son miles.

Entre el rosario de exigencias de Urkullu también aparece el reparto proporcional entre autonomías en relación con la acogida de menores extranjeros. Los analistas estiman que el apoyo del PNV a los presupuestos no sale barato y que los nacionalistas quieren evaluar con esta lista de peticiones hasta dónde puede llegar Zapatero.

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