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Lupicinio Rodríguez. Socio director de Eversheds Lupicinio

"La abogacía no saldrá de este 'impasse' hasta final de 2011"

Cinco años después de aliarse con Eversheds, Lupicinio Rodríguez apuesta por seguir avanzando en la internacionalización del bufete y en nuevos mercados

"La abogacía no saldrá de este 'impasse' hasta final de 2011"
"La abogacía no saldrá de este 'impasse' hasta final de 2011"CINCO DÍAS

No habrá más divorcios ni separaciones". Con esta referencia humorística a la alianza frustrada con Denton, anterior a su integración en Eversheds, Lupicinio Rodríguez resume un lustro de alianza con la red internacional. Un matrimonio que considera "definitivo" y que no duda en calificar de éxito. "En estos años nos hemos internacionalizado no sólo en ropaje y lenguaje, también en modelo de funcionamiento, valores y manera de trabajar. Ha sido toda una metamorfosis, que todavía no ha terminado". Directo, franco e incisivo, cuando se le pregunta qué tipo de abogado quiere en el despacho contesta sin rodeos: "Hay abogados que no usan el cronómetro cuando hablan con los clientes. æpermil;sos son los que me gustan".

Debe ser difícil organizar el trabajo de unos abogados que no usan el cronómetro.

Hemos desterrado los cronómetros, pero seguimos usando el reloj. El reloj nos permite conocer el grado de ocupación de nuestros abogados y detectar cualquier bolsa de ineficiencia. Lo que está claro es que ahora mismo los clientes exigen conocer con exactitud y sin riesgos de desviaciones el coste de los servicios legales. Nosotros estamos dándoles presupuestos cerrados, porque es evidente que a estas alturas no podemos dejar a las empresas al albur de una factura jurídica abierta.

"Hemos aprobado un recorte de más del 50% en el dividendo de los socios para no reducir plantilla"

¿Pero es posible calcular los costes hasta el punto de dar un presupuesto cerrado?

Yo estudié economía en Deusto, así que entiendo muy bien a los empresarios. Hay riesgos anecdóticos, pero en el grueso de nuestro trabajo, los abogados sabemos cuánto duran los procesos, cuánto cuestan y me atrevería a decir que incluso (con excepciones) cuándo se va a ganar o a perder. ¿Por qué? Porque tenemos muchísima experiencia compartida y conocemos el mercado, a los jueces y las jurisdicciones.

¿Cómo han abordado la gestión de la crisis en el bufete?

Primero, tratando en lo posible -y creo que lo hemos logrado- de salvar todos los puestos de trabajo en la firma. Para ello hemos aprobado un recorte de más del 50% en el dividendo de los socios. No es un acto puramente filantrópico, lo hemos hecho porque pensamos que los abogados que nos han acompañado en esta tesitura están muy preparados para competir en los años venideros, y estamos seguros de que van a responder con mucha generosidad a nuestras demandas y a las del mercado.

¿Y a nivel estratégico?

Hemos invertido en productos de largo y medio plazo -litigios de maduración a largo plazo, derecho público y administrativo- y hemos creado grupos internacionales de gran envergadura con abogados expertos en energía e infraestructuras. También hemos mantenido nuestra práctica en países en crisis, Cuba, Cáucaso, Caspio, donde hemos aprendido a perder dinero en diferentes divisas risas. Todo ello implica una inversión significativa, con retornos en el medio plazo, con un sufrimiento que va a durar un tiempo, pero que diversificará el riesgo y añadirá interés a la firma.

¿Va a haber cambios en la estructura del bufete?

Sí. Vamos a pasar del modelo de partnership al modelo societario, lo cual nos va estandarizar más.

¿Están reforzando sus equipos las asesorías jurídicas internas?

Reforzarlas es una tentación comprensible. No creo que se esté haciendo mucho, pero tampoco ha proliferado ni se ha extendido la externalización de servicios jurídicos. Llevamos, desgraciadamente, parte de 2008, 2009, 2010 y creo que hasta finales de 2011 en unos años de impasse. Y el impasse en el mercado jurídico equivale a retroceso.

Oficinas participadas en Armenia y el Caspio

En su política de internacionalización y diversificación de riesgos, Lupicinio ha apostado por impulsar, de forma independiente y al margen de su alianza con Eversheds, oficinas participadas en diferentes regiones. "Nuestro próximos movimientos serán la inauguración de nuestra oficina participada en el Cáucaso, concretamente en Armenia -en Yerevan- y la apertura de alguna otra oficina en el entorno Caspio en los próximos meses", adelanta el socio director del bufete.En el caso del Caspio, Lupicinio ha establecido un acuerdo con una firma llamada Razi -la alianza se denomina Razi-Lupo- mientras que en el Cáucaso la alianza se ha concretado en BLM Advocacy (Barberá-Lupicinio-Meghryan). "Hemos construido un equipo internacional en Brasil y en el Caspio, junto a Margarita Hernando, nuestra líder de energía en la firma, que es en estos momentos quizá el mejor equipo del mundo para gas and oil e infraestructuras conexas", afirma.El bufete ha incorporado a María de Castro, nueva directora del departamento de Laboral, y a Karina Adriani, socia de la firma desde el pasado mes de abril. ¿Planes de nuevas incorporaciones? "Nosotros necesitaríamos crecer un 30%. En una firma con servicios muy sofisticados, los costes están poco diluidos, pero es difícil. Tenemos un proyecto estratégico de alcanzar la cifra de 80 en cinco años, pero hace falta que podamos atraer a gente interesante sin poner chinchetas en el mercado".En esa apuesta por crecer el despacho tiene la vista puesta en Cataluña. "Estamos buscando un despacho sinérgico para crecer allí".

Mercado. "No hemos sabido frenar a los auditores"

Lupicinio Rodríguez habla con claridad meridiana cuando se aborda el tema de las incompatibilidades entre abogados y auditores. Más aún en un momento en que la tramitación de la reforma de la Ley de Auditoría en España y la promulgación de nuevas regulaciones en Gran Bretaña han vuelto a poner la cuestión en el punto de mira del sector.¿Cómo cree que van a evolucionar las relaciones entre abogacía y auditoría?Lo primero que hay que decir es que en España los abogados no hemos sabido frenar la voracidad de los auditores. æpermil;ste es un país que, aun teniendo el recurso regulatorio de los colegios de abogados, no se ha defendido del intruso y eso ha mermado la cuota de mercado de la abogacía.En Gran Bretaña se están impulsando firmas legales con profesionales de diferentes disciplinas. Lo que está ocurriendo en el mercado británico no es más que un eufemismo para ocultar la verdadera intención de esa reforma: permitir que los auditores hagan trabajo jurídico. Nosotros no tememos la mustidisciplinariedad, es algo que se ha producido en las firmas legales en los últimos años. Un despacho que se dedica a familia puede necesitar un psicólogo, por ejemplo. A lo que nos oponemos es a que profesionales como los auditores puedan ejercer directa o indirectamente, per se o a través de participadas, franquiciadas, asociadas o concordadas, la abogacía. El auditor tiene que ser absolutamente independiente.Si esa independencia absoluta que los bufetes de abogados demandan no se consigue finalmente, ¿qué supondrá? æpermil;ste es un mercado opaco, donde nadie da cifras, pero en los últimos años hemos recuperado parte de la cuota cedida a los auditores. Si se impone un modelo anglosajón sin incompatibilidades los abogados perderemos otro 20%-25% de cuota de mercado, es así de sencillo.

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