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Política

Zaplana-Camps, historia de un desencuentro

Francisco Camps quiere mandar en la Comunidad Valenciana, como aspira a hacer Mariano Rajoy en España. La diferencia, al margen de que Camps ya ha ganado las elecciones y es presidente de la Generalitat Valenciana, estriba en que su antecesor, Eduardo Zaplana, no quiere ceder ni un ápice del poder que amasó durante sus siete años al frente del Gobierno autonómico.

Zaplana abandonó repentinamente la presidencia de la Generalitat en julio de 2002 al ser nombrado ministro, y ese mismo día designó a Camps como candidato a sucederle. Hasta las elecciones de mayo fue presidente José Luis Olivas.

La guerra entre los dos dirigentes -Zaplana, a diferencia de Aznar, no cedió el mando del partido- se inició nada más tomar Francisco Camps posesión de su cargo, el pasado mes de julio y estalló hace una semana, con una agria polémica entre los partidarios de ambos sobre quién debe presidir el partido.

Camps accedió a incluir en su Gobierno a varios consejeros zaplanistas, pero formó un núcleo duro con dos hombres de su confianza venidos de Madrid, el ex secretario de Estado de la Seguridad Social, Gerardo Camps, y el senador Esteban González Pons. Este último se estrenó como consejero de Cultura y Educación con un misil a la política de proyectos faraónicos practicada por Zaplana. No se ejecutaría la ampliación del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) -45 millones de euros-, hasta que estuviesen construidos los colegios previstos en el Mapa Escolar. Con ello, revelaba la difícil situación económica de la Generalitat y, por otro lado, que no se habían construido las escuelas previstas, como venía denunciando la oposición.

Pocos días después, el propio Camps renunciaba a uno de los propósitos que marcaron los Gobiernos de Eduardo Zaplana en materia económica, la fusión de Bancaja y la CAM. Estos gestos causaron un malestar en el grupo parlamentario popular en las Cortes Valencianas, plagado de zaplanistas, que desembocó en la petición de dimisión del nuevo portavoz del Ejecutivo, Alejandro Font de Mora, por parte de un diputado popular. Tuvo que ser el ministro de Justicia, José María Michavila, el que viajase a Valencia para zanjar el asunto con una frase que causó sorpresa: 'Camps es una apuesta personal de José María Aznar'.

El poder económico

El hecho de que Francisco Camps controle el Presupuesto y el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana ha obligado a Zaplana a buscar pilares donde contrarrestar el poder de su oponente, con una televisión autonómica en la que sale más el ministro que el presidente y con un intento de control de las cajas de ahorro, que ya ha logrado en Bancaja con el seguro nombramiento como presidente de José Luis Olivas. La negociación de los órganos de las cajas se hizo, por primera vez, sin contar con la Generalitat.

Es el presidente provincial del PP de Valencia, Serafín Castellano, quien dirige todas las operaciones y quien ha alentado los desplantes que el partido le ha hecho a Camps. El último, la avalancha de comunicados y declaraciones contra la intención de Camps de ser presidente regional, hasta el punto de que el secretario general del PSPV-PSOE, Joan Ignasi Pla, ha salido a defender la figura del presidente de la Generalitat.

Michavila viajó a Valencia para decir que 'Camps es una apuesta de Aznar'

Campo de batalla El ex presidente sigue al mando

Cajas de ahorros Francisco Camps descartó al poco tiempo de llegar al poder la fusión entre Bancaja y la CAM, un empeño personal de Eduardo Zaplana que no pudo ver realizado por la resistencia de la caja alicantina. Camps matizó después que se había limitado a transmitir las intenciones de los presidentes de las cajas. El de Bancaja, Julio de Miguel, no renovará en enero por decisión del PP regional, que controla Zaplana. Al presidente de la CAM, Vicente Sala, que no tiene que renovar, han empezado a moverle el sillón desde el entorno del ministro.Terra MíticaEl parque temático de Benidorm es una apuesta personal de Eduardo Zaplana y la confirmación de su fracaso en forma de suspensión de pagos supondría un revés para el ministro. Los accionistas privados, próximos a Zaplana, han dejado de aportar fondos para sostener la empresa, y sólo las cajas y la Generalitat han acudido a la última ampliación de capital, pero sin cubrir la parte no suscrita por los minoritarios. Terra Mítica necesita nuevos fondos urgentemente y ni las cajas ni la Generalitat muestran demasiado interés en aportarlos.Canal 9José Luis Olivas sacó a concurso la privatización de la televisión autonómica pocas semanas antes de las elecciones de mayo de 2003. Era una promesa electoral de Zaplana que Francisco Camps ha paralizado. Oficialmente, la adjudicación se ha retrasado 'por razones técnicas'. No obstante, el ministro sigue controlando Canal 9, que dirige su ex jefa de prensa, Genoveva Reig, y ha colocado en la dirección del centro regional de RTVE a una periodista de fuera de la casa claramente identificada con el sector zaplanista.El PP RegionalLa batalla por la presidencia del PP de la Comunidad Valenciana, que ostenta Zaplana, se desató la semana pasada. Francisco Camps dijo que quiere ser presidente y los zaplanistas reaccionaron de forma virulenta con comunicados y afirmaciones como que 'el único capacitado' para el cargo es Zaplana. Al ministro le apoya el partido en Alicante, mientras que en Valencia hay división. Castellón es territorio del todopoderoso Carlos Fabra, que se ha decantado por Camps. El PP nacional ha impuesto una tregua hasta las elecciones de marzo.

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