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Gobierno

Zapatero promete unos Presupuestos para 2008 sin tintes electoralistas

Pedro Solbes debe estar tranquilo, sobre todo si asume los razonamientos que expuso ayer José Luis Rodríguez Zapatero ante su grupo parlamentario en el sentido de que no caerá en la tentación de utilizar los Presupuestos estatales de 2008 'para concurrir con ventaja a las próximas elecciones'. El giro social impulsado por el presidente en los últimos meses, defendió ayer, no obedece a un afán electoralista, sino al cumplimiento estricto del programa con el que el PSOE concurrió a los comicios de 2004.

El interés del presidente del Gobierno en contrarrestar el discurso económico tan catastrofista con el que el líder del PP, Mariano Rajoy, ha estrenado el curso político se hizo ayer evidente en la reunión que Zapatero mantuvo con su grupo parlamentario. Para conseguir este objetivo empleó símiles futbolísticos que puedan llegar fácilmente a la opinión pública. 'La economía española ha entrado en la Champions League de la economía mundial'. Disfruta, añadió, de mejores indicadores que las ocho primeras potencias mundiales, sobre todo en lo que afecta a la reducción de la tasa de paro, creación de empleo, rebaja de la deuda y solidez de las cuentas públicas. En esta situación, defendió el presidente, 'Tenemos mayor margen de maniobra que otros países para afrontar los retos del futuro porque la economía española es la que más goles mete, la que más para y la que más partidos gana'.

Esta inyección de moral que el presidente colocó a los diputados, senadores y eurodiputados, combinada con el pronóstico de que el PSOE revalidará holgadamente su triunfo en las elecciones de marzo, buscó también un pretendido efecto sedante para quienes dentro del Gobierno creen que el giro social inaugurado en el debate del estado de la nación de julio con las ayudas de 2.500 euros por nacimiento puede poner en peligro el principio de estabilidad presupuestaria. Zapatero prometió ayer para el año que viene unos 'Presupuestos rigurosos' que huirán de la tentación de 'concurrir con ventaja a las próximas elecciones' y ayudarán 'a asentar la base del futuro económico'. En este sentido, recordó que la subida de las pensiones mínimas el doble que la media, el aumento de la ayuda oficial al desarrollo, el aumento de las becas de estudio o la alimentación del Fondo de la Seguridad Social hasta los 50.000 millones el año que viene, responden a promesas contenidas en la oferta electoral de 2004.

Zapatero quiso también disipar la imagen que el principal partido de la oposición ofreció de su reciente encuentro con el presidente del Banco Santander, Emilio Botín. El presidente defendió en su discurso a los parlamentarios que desde el principio de su mandato gobierna 'para los más débiles' y con la firme intención de 'cohesionar territorialmente España'. La sensación que pudiera existir en una parte del electorado de que el Ejecutivo ha mimado a Cataluña más que al resto del país no responde, en su opinión a la realidad. Zapatero se comprometió a hacer llegar el AVE a Barcelona antes de fin de año, pero también enfatizó su intención de acercarlo en la próxima legislatura a todas las comunidades autónomas, hasta situar a España 'a la cabeza mundial en las infraestructuras de transporte por ferrocarril y carretera'.

La vivienda, una de las principales asignaturas pendientes del Gobierno en esta legislatura, forma parte de sus prioridades y el mes que viene confía en aprobarla con un ambicioso paquete de medidas que favorecerán el alquiler. En todo caso, recordó que 2006 fue el ejercicio en el que más pisos protegidos se construyeron, tendencia que continuará a partir de marzo si el PSOE gana las elecciones.

La elaboración de las candidaturas electorales, muy cercana, hizo que los parlamentarios fueran ayer muy cautelosos a puerta cerrada con Zapatero.

Más diálogo social

Zapatero hizo descansar buena parte de los avances económicos logrados en esta legislatura en el diálogo social con empresarios y sindicatos, a los que agradeció su esfuerzo a la hora de respaldar las principales iniciativas de naturaleza económica promovidas por el Gobierno.

El líder del PP dice estar dispuesto a pactar con el Gobierno las cuentas públicas del año que viene

Mariano Rajoy aseguró ayer que está 'abierto' a hablar con el Gobierno sobre los Presupuestos Generales del Estado de 2008, puesto que podría darse la circunstancia de que fueran gestionados por otro Ejecutivo al haber elecciones generales en marzo del próximo año.En cualquier caso, Rajoy insistió en que los Presupuestos no pueden convertirse en un 'mercado persa' o en un 'instrumento electoralista'.Antes de presidir la reunión del Grupo Popular en el Senado, el líder del PP hizo hincapié en la relevancia que encierra el proceso de elaboración de los Presupuestos ya que, en su opinión, reflejan la política de un Gobierno y conllevan pedir al ciudadano colaboración con las arcas públicas y decisión sobre prioridades de gasto. Rajoy insistió en que hay que tener en cuenta el momento por el que está pasando la economía y afirmó que el vicepresidente Pedro Solbes ha demostrado 'mucho sentido' al admitir que, actualmente, la coyuntura está amenazada por incertidumbres, al tiempo que consideró que José Luis Rodríguez Zapatero ha caído en la 'frivolidad' por decir que la economía española podía situarse en la Champion League.Solbes retomará hoy las reuniones con los grupos parlamentarios minoritarios para intentar sumarles a la aprobación de los Presupuestos de 2008, proyecto de ley que el Gobierno remitirá al Congreso el próximo viernes, 21.

El programa de marzo tendrá un alto contenido social

A la reunión de los grupos parlamentarios con Zapatero no acudió ningún representante del Ministerio de Economía, pero sí estuvieron presentes la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, coordinador del programa electoral con el que el PSOE concurrirá a las próximas elecciones generales. Zapatero citó a este último para contar que tiene entre sus manos 'una ambiciosa agenda de medidas sociales, algunas de las cuales parecerán inalcanzables'. En este contexto, recordó que cuando el PSOE elaboró su oferta electoral de 2004 ya pensó en ofrecer ayudas de 2.500 euros por nacimiento, pero no se atrevió siquiera a incluirlas por escrito entre sus compromisos con los ciudadanos. 'España liderará las políticas de bienestar social', prometió.

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