Zapatero recibe un aluvión de críticas, pero saca adelante el 'decreto Zurbano'
El Gobierno consiguió sacar ayer adelante en el Congreso el decreto que reúne las medidas pactadas en el palacio de Zurbano, pero se dejó pelos en la gatera. José Luis Rodríguez Zapatero aguantó desde su escaño la embestida de todos los grupos de oposición, que consideran insuficiente esta nueva batería de iniciativas para salir de la crisis.
Para ilustrar su disconformidad con el contenido del decreto, los grupos emplearon diferentes metáforas y símiles. El portavoz del PP, Cristóbal Montoro, habló de "apagar incendios con vasos de agua". El diputado de Iniciativa, Joan Herrera, consideró que el Gobierno intenta "curar una neumonía con crema hidratante". Para Joan Ridao, de Esquerra Republicana, "la montaña ha parido un ratoncito". A juicio del portavoz económico del PNV, Pedro Azpiazu, el Ejecutivo ha propuesto "una terapia que no cura, aunque tampoco está contraindicada".
El denominador común de las intervenciones que Zapatero, desde su asiento azul, escuchó a los portavoces parlamentarios de la oposición descansa en el convencimiento generalizado de que ni estas pequeñas reformas, que llegaron a compararse con una "macedonia", ni la Ley de Economía Sostenible próxima a debatirse en el Congreso, facilitarán una recuperación económica acompañada de crecimiento de empleo. Cristóbal Montoro agitó, incluso, una previsión alarmista del Fondo Monetario Internacional que no descarta que la tasa de paro se dispare el año que viene muy por encima del 20%.
Las advertencias de la oposición contrastaron con su apoyo masivo al llamado decreto Zurbano. Sólo algunas pequeñas formaciones del Grupo Mixto, como el BNG o Iniciativa, optaron por la abstención. Y es que la vicepresidenta económica, Elena Salgado, no dio por acabado el diálogo con las fuerzas políticas. Anunció que para el próximo día 29 el Gobierno convocará de nuevo a los partidos para negociar el futuro energético. Primero, el Ministerio de Industria les hará llegar un documento de síntesis con sus principales propuestas. Lo paradójico es que esta iniciativa del Gobierno coincide con los trabajos de la subcomisión parlamentaria creada dentro de la Comisión de Industria para este mismo fin, en la que todavía los grupos parlamentarios andan recabando información de los expertos para elaborar el informe que remitirán al Gobierno.
Además del pacto energético, el Ejecutivo persigue también otro sobre política industrial, para lo cual creará de forma inminente una comisión interministerial en la que tendrá en cuenta las aportaciones de las comunidades autónomas y de los partidos políticos.
Recortes sociales
Si formaciones como el Partido Popular y Convergència i Unió enfatizaron que el decreto se queda corto para superar la crisis, otras como IU, Esquerra Republicana o el Bloque Nacionalista Gallego acentuaron la pérdida de derechos sociales que, en su opinión, se vislumbra detrás de las intenciones del Gobierno. Joan Herrera, Joan Ridao y Francisco Jorquera recordaron a Zapatero y a Elena Salgado la posible ampliación de la edad de jubilación y la probabilidad de extender el contrato de formación con despido de 33 días.
Desde estas formaciones de izquierda, se acusó a Zapatero de "fabricar un decreto cargado de renuncias y resignaciones".
Apoyo nacionalista
Convergència i Unió y el PNV seguirán siendo los apoyos fundamentales del Gobierno en su política económica, según se pudo comprobar ayer en los discursos que pronunciaron sus portavoces. El siguiente desafío para ambos será la tramitación parlamentaria de la Ley de Economía Sostenible.
La oposición exige reformas estructurales
La reforma laboral, la de las pensiones, el fortalecimiento del sistema financiero, el pacto sobre el futuro energético y la política industrial son, a juicio de la mayoría de los grupos de la oposición, ausencias muy graves que el Gobierno no ha tenido en cuenta en el llamado pacto de Zurbano. El portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, incluso dio a entender que si el Gobierno se hubiera atrevido a abordar todo este paquete legislativo en forma de pacto de Estado, su grupo hubiera considerado seriamente la posibilidad de darle apoyo, ya que considera que es lo que puede ayudar a salir de la crisis económica.El hecho de que todas estas reformas hayan sido separadas del cauce de diálogo establecido hace dos meses en el Palacio de Zurbano, distorsiona la imagen global de la política económica del Gobierno y añade bastante confusión. Esto es, al menos, lo que opina buena parte de los partidos del arco parlamentario, conscientes también de las dificultades que hubiera tenido el Gobierno para afrontar de forma conjunta tantos desafíos.Un dato relativamente esperanzador para el Ejecutivo de la buena disposición de los grupos es que éstos rechazaron la propuesta del PP de que el decreto Zurbano se tramitara como proyecto de ley.