Todos los ministros del Gobierno suspenden en el barómetro del CIS

La tesis de Mariano Rajoy de que las elecciones las pierden los Gobiernos encuentra algo de fundamento en la última encuesta del CIS. La ventaja del PP sobre el PSOE se sitúa ya en 3,8 puntos, pese a que los populares apenas sí arañan una décima desde las legislativas de 2008.

El barómetro publicado ayer por el Centro de Investigaciones Sociológicas cabe interpretarlo a partir de la profunda recesión que vive España desde 2008 y del desboque del paro hasta cifras que rozan los 4,5 millones de desempleados. De hecho, este es el principal problema del país para casi el 78% de los ciudadanos, un porcentaje sin precedentes conocidos en la historia reciente.

Pero la encuesta, realizada entre los días 9 y 21 de enero, demuestra que, pese a la gravedad de la crisis y el desgaste que ésta ha provocado en el Gobierno, el PP tiene motivos serios de preocupación. Estos son algunos de ellos: la desconfianza hacia Mariano Rajoy aglutina al 76% de los entrevistados, la actuación del PP en la oposición sólo es valorada por el 10% y sólo el 27% de los ciudadanos creen que Rajoy lo haría mejor que Zapatero. Hay también un dato significativo: si el PP cosechó en las legislativas de marzo de 2008 el 39,9% de los votos, si las elecciones se celebraran ahora obtendría el 40%.

Apoyo estable al PP

Esta es la evidencia clara de que la creciente sangría sufrida por el PSOE, que se traduce en la pérdida de 7,6 puntos en dos años, no es rentabilizada lo que cabría esperar por el principal partido de la oposición que, aunque escala alguna posición respecto a los últimos barómetros, mantiene prácticamente el mismo apoyo popular que en 2008. El barómetro dado a conocer ayer cifra la ventaja electoral de los populares en 3,8 puntos, frente a los 3,3 del estudio de octubre, el último publicado con intención de voto.

El pesimismo económico que refleja la encuesta de enero no sólo descansa en la elevada preocupación por las cifras de paro y por la coyuntura en general. Lo hace también en la mala valoración que los ciudadanos hacen del Gobierno y de sus políticas. Todos los ministros suspenden y el único que roza por décimas el aprobado es el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.