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Elecciones 2008. Las cuentas de las familias

Precios e hipotecas atacan los bolsillos

El boom del ladrillo ha dejado tras de sí letras difícilmente asumibles para las familias, acosadas además por el encarecimiento de alimentos y carburantes.

La actividad de la economía española ha aumentado espectacularmente en los últimos años, al igual que el empleo y la renta por habitante. Las últimas cifras de contabilidad nacional publicadas por el INE, correspondientes al último trimestre de 2007, todavía recogen un crecimiento del PIB del 3,5%, un ritmo ni siquiera soñado por los principales países de la zona euro. Y, sin embargo, la percepción de que la economía va mal o incluso muy mal está cada vez más arraigada entre las familias españolas. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, explica que desconoce los motivos últimos que llevan a los hogares a esta desconfianza, aunque acusa al Partido Popular de 'resaltar los datos negativos y poner en cuestión los positivos, en claro perjuicio a las expectativas y la propia economía'.

Pero, al margen de la tarea de oposición y su lógico foco sobre lo que pueda erosionar al Gobierno, hay dos motivos reales que han llevado a que, en una etapa de progreso pocas veces conocida en España (casi tres millones de empleos creados en la legislatura), muchos españoles encuentran cada vez más dificultades para llegar a fin de mes. Por una parte, el repunte inflacionista de los últimos seis meses ha minado el poder adquisitivo, al menos entre los trabajadores que no disponen de cláusula de garantía salarial. Además, hay que tener en cuenta que las principales alzas de precios, amén de en la energía, se han producido en bienes de primera necesidad y consumo habitual, principalmente alimentos frescos y elaborados.

La otra causa fundamental de esta percepción tiene que ver con el boom inmobiliario del último decenio, cuya reciente finalización empieza a hacer estragos en el empleo. Los tipos de interés en niveles históricamente bajos que mantuvo el Banco Central Europeo (en 2004 y casi todo 2005 se situaron en el 2%) llevaron a una vorágine compradora en la que no siempre se analizaron los riesgos. Animados por el bajo coste financiero y los largos periodos de amortización ofrecidos por las entidades financieras, los compradores se hipotecaron a precios que duplicaban los vigentes apenas cinco o seis años antes.

Esta situación aparentemente inocua se quebró en poco más de año y medio, el tiempo que necesitó el BCE para subir los tipos de referencia en la zona euro hasta el 4%. En ese breve plazo, los costes financieros se habían duplicado, y las letras de muchas hipotecas pasaron de ser muy altas a difícilmente asumibles. Según el Banco de España, los hogares tuvieron que destinar el año pasado un 37% de su renta neta a la adquisición de vivienda, siete puntos por encima que lo dedicado en 2006.

Ahorro y endeudamiento

La evolución del ahorro es similar: si bien el ahorro bruto se mantiene alrededor del 10% de la renta bruta disponible, la parte no destinada al servicio de la deuda ha caído desde algo más del 3% a principios de 2004 hasta valores negativos a finales del año pasado. De forma paralela, la relación entre deuda y activos también ha aumentado de forma sensible en los últimos años. La buena noticia es que la riqueza (sobre todo, representada en vivienda) ha aumentado de forma similar, y ya supone diez veces la renta anual familiar.

La deuda de los hogares ha aumentado sensiblemente, sobre todo en el ámbito de la vivienda. En diciembre del año pasado, el saldo vivo de préstamos para compra de vivienda vigentes en España alcanzaba los 646.121 millones de euros, lo que equivale prácticamente a dos tercios del producto interior bruto del país. Sin embargo, el gráfico de evolución denota un cambio radical a partir de hace un año y medio: los préstamos hipotecarios crecían entonces por encima del 22% interanual; por entonces comenzó una fuerte desaceleración que dejó el ritmo de crecimiento en un 13,2% hace dos meses (último dato publicado por el Banco de España).

Los préstamos para consumo han experimentado una evolución similar en el mismo periodo, y en diciembre crecían al 11,2%. Así, el endeudamiento total de las familias crece un 12,7% interanual. Habría que remontarse a 1997 (justo antes de empezar el último boom inmobiliario) para ver un mayor ritmo de crecimiento. Ítem más: en el último dato disponible, del mes de diciembre, se registra un histórico descenso del saldo vivo de la deuda familiar. El enfriamiento de la vivienda está llevando, sin duda, a un cambio de tendencia.

Hace ya algunos meses que el Banco de España apuntaba en esa dirección: 'La mayor restricción de las condiciones financieras se está traduciendo en una creciente carga financiera, que puede afectar a los planes de gasto de las familias endeudadas'. Además, el nivel más alto de los tipos de interés 'podría impulsar una recuperación de la tasa de ahorro de los hogares', que en los últimos años ha experimentado descensos continuados. Todo ello converge, según el organismo regulador, hacia un proceso de ajuste suave hacia ritmos de gasto y de endeudamiento más moderados y sostenibles.

Poder adquisitivo

Esta mayor complejidad de las cuentas financieras de las familias no es incompatible con un movimiento alcista de los ingresos por habitante. Durante el ejercicio 2006, la renta per cápita llegó hasta 22.260 euros, después de crecer un 6,3%. Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística, se trata del mayor crecimiento en cinco años. Las estimaciones respecto al año pasado sitúan la renta media alrededor de 23.500 euros, tras una subida nominal del 5,6% (2,8% en términos reales, una vez descontada la inflación media del ejercicio).

Según el Ministerio de Economía, España alcanzó en 2007 el 105% de la renta media de la Unión Europea (incluidos los diez países de la última ampliación). Aun así, todavía está cuatro puntos y medio por debajo de los ingresos por habitante de la zona euro. Con cualquiera de los parámetros de medida, la evolución de la economía española ha sido espectacular: en lo que va de década, la renta media ha pasado del 85,9% al 95,5% de la de la zona euro. Todo, en unos años en los que la población ha pasado de 40,5 millones de personas a 45,2, en un avance superior al 10% pocas veces conocido en Europa.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la renta per cápita incluye en el cómputo el conjunto de la producción del país: además de los salarios, se toma en consideración el excedente empresarial y los impuestos indirectos netos. Si se considera únicamente la evolución de la remuneración por asalariado, el resultado es que, en la última legislatura, sólo hubo ganancia real de poder adquisitivo en 2007 (0,8 puntos).

Según el Ministerio de Economía, únicamente el 20% de las familias españolas que están pagando una hipoteca han visto empeorar su capacidad de compra y pagan cuotas mayores que cuando contrataron su crédito, mientras el 80% restante pagan menos. Un dato cierto, pero no lo es menos que, en la comparación de la situación actual frente a la de hace dos o tres años, la primera sale perdiendo. Y también lo es que los malos años de hace tiempo se olvidan rápido.

De cualquier manera, el Parlamento no ha sido ajeno a la vorágine alcista de los créditos para vivienda y, durante la legislatura que ahora concluye, ha aprobado una importante reforma destinada a aliviar las cargas financieras asociadas a este tipo de operaciones. La Ley Hipotecaria, que contó con el respaldo mayoritario de los partidos, redujo notablemente los costes de cancelación y subrogación de créditos, para fomentar la competencia entre entidades.

Además, se limitaron algunas de las cargas asociadas a trámites como la notaría o el registro. Los bancos y cajas ofrecen hoy márgenes cada vez más ajustados a los de referencia. Aunque esta tendencia está claramente relacionada con la subida de los tipos como el euríbor, es probable que el menor coste asociado a los cambios de entidad o de condiciones esté fomentando la competencia.

De cara a la próxima legislatura, es de esperar que continúe la moderación del endeudamiento, y parece probable que el Banco Central Europeo dé pronto alguna alegría a las familias en forma de bajada de tipos de interés. Con ánimo de animar un consumo privado en franca desaceleración (en el último trimestre cosechó su menor avance en cuatro años), los partidos con posibilidad de gobernar parecen apostar por nuevos recortes impositivos.

Más renta per cápita que Italia

A finales del año pasado, los primeros indicios de ralentización económica hicieron que un hito hasta hace poco impensable tuviera menos repercusión que la que hubiera cabido esperar. España había alcanzado a Italia en términos de renta per cápita, por mucho que el gobierno entonces al mando de Romano Prodi cuestionase unas cifras que el propio Fondo Monetario Internacional se ocupó de ratificar. Es decir, el país ibérico, que había sufrido un retraso histórico al no incorporarse en su momento a las sucesivas revoluciones industriales y movimientos políticos europeos, superaba a la cuna de la moda o los coches deportivos en términos de riqueza por habitante. El Gobierno sí se ocupó de resaltar el dato, y su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó a hablar de Alemania como objetivo alcanzable. Después templó el mensaje y lanzó el siguiente reto: superar la renta media de Francia antes de que acabe la próxima legislatura, en 2012.

Programas de los partidos

PSOE. Gastos de ampliación de hipotecasEl Partido Socialista dejó para la campaña electoral una promesa muy relevante para las familias 'con dificultades para llegar a fin de mes'. El Estado se hará cargo de los gastos notariales, bancarios y registrales de las ampliaciones de plazo de las hipotecas, tendentes a aligerar los pagos mensuales. En el ámbito del poder adquisitivo, el programa del PSOE incluye una propuesta estrella en materia tributaria. Frente al complejo recorte fiscal planteado por el PP, los ideólogos electorales socialistas han apostado por una cifra fácil de comprender: 400 euros. Esa será la deducción fiscal que obtendrán todos los asalariados y autónomos, en una medida criticada pero que ha calado en el debate. En la misma línea va la elevación del nivel de renta para disfrutar de ayudas a la familia, y las promesas de llevar el salario mínimo a los 800 euros o elevar las pensiones.PP. Rebaja fiscal y unidad de mercadoEntre los dos grandes modelos económicos enfrentados en las elecciones (que en el fondo no se diferencian demasiado), el programa popular apuesta claramente por dejar dinero en manos privadas. El número dos al Congreso del Partido Popular por Madrid, Manuel Pizarro, así lo ha explicado: 'Donde mejor está el dinero es en los bolsillos de los contribuyentes'. El programa incluye exenciones de IRPF para rentas menores de 16.000 euros y rebajas generalizadas en los tipos, además de la supresión del impuesto sobre el patrimonio (igual que el PSOE) y el de sucesiones y donaciones.El programa del PP incluye una propuesta estrella en materia de la lucha contra la inflación: la Ley de Unidad de Mercado. La norma estaría destinada a mejorar la competencia y eliminar la fragmentación que, a su juicio, existe entre distintas comunidades.

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