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La apuesta por Brasil

Lula ofrece a España participar en un plan de inversiones de 675.000 millones

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presentó ayer en Madrid las líneas maestras del programa de inversión en Brasil hasta 2014. "Hemos aprendido a ser serios", dijo ante un nutrido grupo de empresarios españoles, a los que invitó a participar en un plan que movilizará 675.000 millones de euros en cinco años.

Lula ofrece a España participar en un plan de inversiones de 675.000 millones
Lula ofrece a España participar en un plan de inversiones de 675.000 millones

Brasil se ha convertido en un país de grandes proyectos". Con esta frase, el presidente de Brasil remarcó ayer el profundo proceso de transformación que ha obrado en esta nación el primer plan nacional de aceleración del crecimiento, más conocido como PAC1, a través del cual se han construido 5.000 nuevos kilómetros de carreteras, 7.300 de tendidos eléctricos u ocho nuevos aeropuertos. Y ese proyecto va a tener su continuación con una segunda fase, dotada con 675.000 millones de euros, iniciada ya este año y a la que el presidente brasileño invitó ayer a participar al nutrido grupo de grandes empresarios españoles que se dieron cita en un foro sobre la economía de Brasil, organizado por El País y el diario brasileño Valor Económico. Entre ellos estaban Julio Linares (Telefónica), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), Antonio Vázquez (Iberia), Pablo Isla (Inditex), Luis del Rivero (Sacyr), Javier Gómez Navarro (Aldeasa), José Manuel Entrecanales (Acciona), Rafael del Pino (Ferrovial), Juan Miguel Villar Mir (OHL), Baldomero Falcones (FCC), Juan Antonio Germán (Mercadona), Ángel Corcóstegui (Magnum), Alejandro Legarda (CAF), José Terceiro (Abengoa), Santiago Bergareche (Cepsa), José Juan Ruiz (Santander), Petra Mateos (Hispasat) o Teófilo Serrano (Renfe). También asistieron Javier Solana y los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo.

Una de las obras emblemáticas de ese segundo plan de aceleración será la construcción de un tren de alta velocidad que unirá Río de Janeiro y Sao Paulo, con una inversión prevista de 18.000 millones de euros. Este plan está respaldado por los buenos datos económicos registrados por Brasil en los últimos ejercicios. Las previsiones más conservadoras que maneja el Ejecutivo prevén que el PIB brasileño crecerá este año un 5,5%, muy por encima del resto de economías desarrolladas. El ministro de Finanzas, Guido Mantega, fue más allá y avanzó que la previsión es prácticamente la misma para los próximos cinco años, lo que le sitúa sólo por detrás de China en capacidad de crecimiento para el quinquenio. "El principal cambio que se ha producido es que hemos aprendido a ser serios y predecibles. A lo mejor ha llegado el momento de que las compañías brasileñas inviertan en España", dijo Lula.

Repunte del consumo

Esas buenas perspectivas se basan en una economía saneada (el déficit fiscal apenas llegó al 1,5% del PIB en 2009), con una tasa de desempleo muy baja (el 6% de la población activa) y muy poco endeudada (su nivel apenas llega al 29% del PIB). Cifras que llevaron ayer al ministro de Finanzas a augurar que no habrá desfase entre ingresos y gastos en 2012 y que eso le servirá a Brasil para adoptar el papel de acreedor y no de deudor, como tradicionalmente lo ha tenido. "Brasil está en disposición de participar en el esfuerzo del Fondo Monetario Internacional para ayudar a otros países con problemas", subrayó.

Pero para que todos esas previsiones se cumplan será necesario que el consumo tenga el papel prioritario que ha tenido en anteriores ejercicios. El mercado interno será uno de los principales pilares del crecimiento brasileño gracias, a juicio de Lula, a las políticas sociales emprendidas en los ocho años que lleva como presidente, en las que se ha logrado que veinte millones (el 10% de la población) salgan del umbral de la pobreza y que la mayoría de los brasileños sean hoy potenciales consumidores.

Dos datos que avalan esta tendencia es que las ventas de electrodomésticos se han multiplicado por dos en apenas cinco años o que el volumen de crédito concedido a particulares se ha doblado en el mismo período. "Una gran parte de los préstamos se va a destinar al crédito inmobiliario, que apenas representa el 3% del PIB. Queremos que alcance el 10% en poco tiempo", apuntó durante su intervención el presidente del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, Luciano Coutinho, quién calculó que se pueden construir en los próximos años dos millones de viviendas.

En esta transformación de la sociedad brasileña han jugado un papel primordial, según Lula, el mercado de trabajo y la reforma educativa. "Voy a terminar mi mandato (hay elecciones en octubre, en las que Lula no se podrá presentar tras agotar dos legislaturas) con más de catorce millones de puestos de trabajo creados y con la construcción de doce nuevas universidades en las que se educarán más de 700.000 jóvenes, lo que servirá para corregir el déficit que tenemos de trabajadores en profesiones especializadas como la ingeniería", señaló.

El otro gran eje de crecimiento se centrará en el sector exterior por la abundancia de materias primas. El ministro de Finanzas subrayó que los focos de oportunidades será el petróleo y el gas, un sector en el que se están ejecutando más de cuarenta proyectos relacionados con plataformas petrolíferas al mismo tiempo, y el sector agrario, impulsado por la fuerte demanda de semillas, abonos, fertilizantes o cultivos desde países superpoblados como China o India, a lo que habría que unir inversiones en instalaciones de energías renovables.

El presidente brasileño no dejó pasar la ocasión de criticar el papel de la ONU en la imposición de nuevas sanciones a Irán por acordar el intercambio de uranio con Brasil y Turquía. "El orden mundial ha cambiado. Los países emergentes vamos a aportar dos terceras partes del crecimiento mundial en los próximos años y eso se debe ver reflejado en el papel que tengamos en organismos como el G-20 sin depender de la UE o EE UU", remarcó.

Iberdrola movilizará 926 millones hasta 2012

Iberdrola invertirá 1.130 millones de dólares (unos 926 millones de euros) entre 2010 y 2012 en Brasil, país en el que está presente desde 1997 a través de su participación del 39% en la compañía Neonergia, donde tiene como socios locales a Banco do Brasil (12%) y Previ (49%). Así lo anunció ayer el director de Recursos Corporativos del grupo energético, Fernando Becker, en el transcurso de su intervención en la jornada sobre la economía brasileña, en la que destacó que el stock de inversión acumulada hasta el pasado ejercicio se elevaba a 3.640 millones de dólares (unos 2.984 millones de euros)Las inversiones previstas a corto plazo se centrarán, tal y como avanzó Becker, en la construcción de nuevas plantas limpias de generación (el plan de negocio prevé poner en marcha 710 megavatios adicionales de potencia hidroeléctrica para 2013) y en la mejora y ampliación de las infraestructuras de distribución eléctrica.La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán cuenta ya en Brasil con 1.740 megavatios de capacidad instalada. En 2009 puso en marcha 275 MW hidráulicos. Desde su llegada al país sudamericano, ha mejorado un 60% la calidad del servicio en su área de actuaciónAdemás, el director de Recursos Corporativos de Iberdrola expuso las "buenas perspectivas" que ofrece el mercado brasileño, donde se prevé un crecimiento de la demanda eléctrica del 5,4% anual y se espera que en los próximos 10 años se produzca un incremento de la capacidad instalada de 54.000 MW, de los que 32.000 MW corresponderán a potencia hidroeléctrica y 22.000 MW a potencia térmica.Neoenergía es la mayor distribuidora de energía en el noreste de Brasil, con una cuota de mercado superior al 44%.

Telefónica destaca la fortaleza durante la crisis

Telefónica es una de las operadoras europeas que mejor está aguantando la crisis internacional y una de las razones principales está en el peso de la compañía en Latinoamérica. Por primera vez en mucho tiempo, los países emergentes no son el centro de la tormenta ni son los más afectados, "sino que son los que mejor están aguantando la crisis", afirmó el presidente de Telefónica Latinoamérica, José María Álvarez-Pallete, durante su intervención en las jornadas.El ejecutivo destacó el comportamiento de los países de la región y en especial el de Brasil, que "ya no es un país de futuro o una promesa, sino una realidad". Para confirmar sus palabras, Álvarez-Pallete aludió a las previsiones que se hacen para la economía brasileña. "Antes se estimaba que alcanzaría a la italiana en 2025. Ahora la fecha es 2020. Con la alemana, se hablaba de 2036. Ahora se cifra siete años antes".Y Telefónica estará ahí para proveer una infraestructura y unos servicios de telecomunicaciones que están "mejor o, como mínimo, al mismo nivel que en los países más desarrollados". El objetivo es que las telecomunicaciones "no sean un cuello de botella al potencial de crecimiento". Para conseguirlo, Telefónica ha invertido en Brasil más de 35.000 millones de euros, sobre una inversión total en Latinoamérica de 90.000 millones.

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