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Carolina Pina. Socia de Garrigues

"Lograr la tutela del derecho a la intimidad es una carrera de fondo"

Especialista en propiedad intelectual y derecho a la imagen y la intimidad, Carolina Pina aboga por limar los obstáculos que dificultan la tutela judicial efectiva de estos derechos en España

"Lograr la tutela del derecho a la intimidad es una carrera de fondo"
"Lograr la tutela del derecho a la intimidad es una carrera de fondo"PABLO MONGE

Carolina Pina se sienta a hablar con el discurso claro y resuelto de las personas que no quieren desperdiciar tiempo. Licenciada en Derecho por la Universidad de Alicante, es máster en Derecho Internacional y Derecho Comparado por la London Guildhall University de Londres, ciudad en la que trabajó durante tres años para la firma Marks & Clerk. Socia de Garrigues desde 2005, se incorporó al bufete en 1996 y desde allí compagina su trabajo como socia y abogada con labores docentes, artículos, charlas y conferencias. Cuando se le pregunta qué cualidad necesita tener un abogado especializado en propiedad intelectual además de una buena preparación técnica, no lo duda: creatividad.

Garrigues forma parte de un grupo de despachos europeos que colaboran en temas relacionados con el derecho al honor, la intimidad y la imagen, entre los que figura la firma londinense Schillings, toda una institución en este ámbito. ¿Cuál ha sido el motivo de esta cooperación?

El motivo principal tiene que ver con el hecho de que internet ha cambiado la dimensión de las intromisiones en el derecho al honor, la intimidad y la imagen. Y lo ha hecho porque ha dado a esas intromisiones una difusión transfronteriza que antes no tenían. Eso hace especialmente necesaria la posibilidad de emprender acciones rápidas y coordinadas que permitan proteger la reputación de las empresas y el honor e intimidad de los directivos y personajes públicos afectados. De esa necesidad ha surgido esta colaboración entre despachos de la que formamos parte. En estos temas trabajamos coordinados también con los departamentos de comunicación, porque las acciones legales deben ser siempre coherentes con el impacto mediático que pueden provocar. La urgencia exige adoptar medidas legales rápidas, pero los abogados tenemos que valorar de forma muy minuciosa y muy exacta cuál puede ser ese impacto.

"Hay que valorar con cuidado el impacto mediático de las acciones legales antes de adoptarlas"

¿Está armonizada la legislación europea en esta materia?

Es una de las materias menos armonizadas en la Unión Europea, hasta el punto de que en algunos casos no existe ni siquiera un concepto unívoco de esos derechos, como ocurre en el caso del derecho a la imagen. En Europa hay países como Francia, en los que hay una protección muy fuerte, y otros países en los que esa protección es menor.

¿æpermil;se es el caso de España?

En España estos derechos tienen rango de derecho fundamental, pero lo cierto es que desde el punto de vista práctico es muy difícil obtener su tutela judicial efectiva. Le pongo un ejemplo: en Inglaterra es posible obtener medidas cautelares en menos de 24 horas, se conceden incluso por teléfono, porque siempre hay un juez de guardia. Esto en España es algo impensable.

¿Cuáles son las razones de esa dificultad?

Por una parte, el hecho de que en este ámbito en nuestro país no cabe la ejecución provisional de sentencias. Ello provoca que la duración media de un procedimiento hasta su ejecución pueda ser de siete años, porque se apela de forma sistemática y no cabe ejecutar provisionalmente. Además, las indemnizaciones no son muy elevadas. Nosotros, en Garrigues, hemos obtenido una de las indemnizaciones más altas que se han concedido en España en este tipo de asuntos -300.000 euros-, pero la media está entre unos 60.000 y unos 100.000 euros.

¿Qué se podría hacer para mejorar la tutela de esos derechos?

Desde mi punto de vista, elevar las cuantías indemnizatorias para obtener un efecto disuasorio. Como ha señalado ya el Tribunal Constitucional, el derecho español no contempla los daños punitivos, como ocurre, por ejemplo en Estados Unidos y eso dificulta la tutela del derecho. También sería conveniente eliminar la excepción que establece la Ley de Enjuiciamiento Civil al principio general de la ejecución provisional de sentencias.

¿Todo esto no desmotiva al cliente a la hora de emprender acciones judiciales?

Nuestro deber es explicarle al cliente la realidad. Hay que decirle que la obtención de la tutela de este tipo de derechos es una carrera de fondo, que las indemnizaciones son bajas y los costes pueden ser elevados. Son ellos lo que deben valorar estas dificultades y tomar una decisión. Hay clientes que consideran que declarar lo ocurrido y recordarlo de nuevo tres años después no vale la pena. Hay que ayudarles a tomar la mejor decisión en cada caso.

Un equipo joven, creativo y singular

Tras 40 minutos de conversación sobre legislación, reformas legales y jurisprudencia, Carolina Pina comienza a hablar de su equipo. Como partidaria de avanzar en la conciliación de la vida profesional y personal, la socia de Garrigues tiene claro el valor de contar con un buen equipo para lograr ese equilibrio. "Yo intento organizarme, ser lo más resolutiva posible y no perder el tiempo. En ese sentido tengo la suerte de contar con un equipo de abogados fantástico", explica.No sólo fantástico, sino también singular. Entre los colaboradores destaca, por ejemplo, un abogado y arquitecto de 24 años que habla chino mandarín, otro que escribe, otro que toca la guitarra, otro el piano. "Me gusta trabajar con gente con mucha creatividad. En un ámbito como el de la propiedad intelectual es una cualidad muy importante". Ahí se encuadra el perfil de otro de sus colaboradores, una abogada de 29 años, diseñadora, licenciada en Políticas, que cuenta con un LLM por la Universidad de Washington y el New York Bar exam. "También escribe cuentos", añade Pina, que recuerda con humor cómo en su momento le llamó poderosamente la atención en el currículo de su colaboradora el hecho de que hubiese escrito un libro para niños titulado La princesita bombero.Madre de dos niños de dos y siete años, Carolina Pina tiene claro que la única función que no se puede delegar es la maternidad. "Me organizo para realizar mi labor en el despacho, tanto la técnica como la comercial, que en mi caso pasa por publicar artículos, impartir clases y conferencias, pero siempre con un límite: cuando salgo del despacho dedico mi tiempo a mi familia".

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