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Evolución del mercado de trabajo

El Gobierno espera obtener el respaldo de CiU a la reforma, aunque no sea pactada

La posición del PP en la votación del decreto variará dependiendo de si hay acuerdo o no entre los empresarios y las centrales sindicales.

De todos los grupos de oposición presentes en el Congreso, Convergència i Unió es en estos momentos el más proclive a respaldar una reforma laboral como la que se plantea sacar adelante el Gobierno con o sin el acuerdo de sindicatos y empresarios. Esta es la conclusión que se recoge en el PSOE después de los contactos mantenidos en los últimos días con CiU, algunos de ellos protagonizados al más alto nivel por José Luis Rodríguez Zapatero.

El portavoz de CiU en la Cámara baja, Josep Antoni Duran i Lleida, también es de entre todos los líderes políticos quien más ha presionado al presidente del Gobierno para que legisle en esta materia aunque sea sin el aval de las centrales sindicales. En el reciente debate del real decreto que incorporó el plan de ajuste, el propio Duran instó a Zapatero a llevar al Congreso una reforma laboral y le reprochó haber hecho caso omiso de las recomendaciones de los nacionalistas catalanes para fomentar la ocupación a partir de los 30.000 millones largos anuales que cuesta el subsidio de paro.

CiU acaba de registrar también en el Congreso una interpelación urgente al Gobierno en la que reivindica la adopción de medidas para el mantenimiento del empleo similares al llamado modelo alemán con el fin de evitar despidos colectivos. También exige aspectos que se abordarán en el decreto que aprobará el Consejo de Ministros el próximo día 16 como la regulación de la colaboración público privada en la intermediación laboral mediante las agencias y las empresas privadas de colocación, una vez visto el fracaso del Inem.

En el PSOE se confía en obtener también el respaldo del PNV a la reforma laboral, pues esta ha sido una de las principales peticiones de los nacionalistas vascos a Zapatero en los últimos debates económicos registrados en el Congreso.

El Gobierno no ha abordado con el PP un eventual apoyo a esta reforma, pues dentro del Gabinete y del propio PSOE se da por descontado que la postura del primer partido de la oposición variará en función de lo que resulte del diálogo social. En el PP se admite que si éste se cerrara sin acuerdo, lo más probable es que se abstenga para no cargar con el coste político que puede acarrear el abaratamiento del despido. En el supuesto, improbable, de que hubiera acuerdo entre sindicatos y empresarios, el voto del primer partido de la oposición sería positivo.

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