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Prueba de confianza

Estonia apuesta contra corriente por el euro

El BCE ha alertado sobre el riesgo de que el socio número 17 no pueda cumplir con el criterio de inflación.

Estonia se ha convertido el 1 de enero en el decimoséptimo socio de la Unión Monetaria Europea, en un momento en que el euro no goza de demasiada popularidad entre los países que lo estrenaron hace 12 años o que lo adoptaron poco después.

Para Bruselas, la apuesta del país báltico por la moneda única es una prueba de la confianza que genera la Unión Monetaria a pesar de las tremendas dificultades que ha atravesado en 2010. "A pesar de todos los debates, nadie quiere salir del euro y otros países quieren unirse a nosotros", señaló el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, al anunciar en mayo que Estonia cumplía los criterios para adoptar la moneda única. El ingreso del nuevo socio, sin embargo, no despertó tanto entusiasmo en el Banco Central Europeo (BCE), que alertó sobre el riesgo de que el cumplimiento del criterio de inflación no sea sostenible. Estonia aprobó el examen la pasada primavera tras reducir drásticamente su tasa inflacionista. A finales de 2008 era del 10% y la media entre 2004 y 2006 giró entre el 4% y 5%, muy lejos del objetivo del 2% que se marca el BCE como media para la zona euro.

Estonia representa en miniatura, además, muchos de los desequilibrios que la crisis financiera ha puesto de manifiesto en la Unión Monetaria. Déficit de balanza exterior, crecimiento de los costes laborales desbocados hasta 2008 con incrementos de dos dígitos anuales, y una avalancha de inversión extranjera (con gran presencia en la intermediación financiera) que ha llegado a representar en algunos ejercicios hasta el 10% del PIB nacional. El tamaño de Estonia, en cualquier caso, no debería suponer ningún impacto, ni positivo ni negativo para el conjunto de la zona euro. Su moneda ya estaba ligada a la divisa europea desde 1999 (y desde 1992, al marco alemán). Y el 80% de los préstamos a empresas y hogares ya estaban denominados en divisas, normalmente, en euros.

La incorporación de Estonia (1,3 millones de habitantes) eleva a 330 millones el número de habitantes de la zona euro. La divisa estonia desaparece con un tipo de cambio irrevocable de 15,6466 coronas por cada euro. Las nuevas monedas han sido acuñadas en Finlandia y el Banco Nacional del país vecino también facilita los billetes de euro.

Estonia es el quinto país que ingresa en la Unión Monetaria desde el nacimiento físico del euro en 2002. También es el quinto país de la ampliación que adopta la divisa europea (tras Eslovenia, Chipre, Malta y Eslovaquia). Y es la primera exrepública soviética en hacerlo.

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