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Las elecciones impiden más medidas fiscales

EE UU llega al límite de los estímulos para la economía

EE UU creció un 1,6% en el segundo trimestre tras hacerlo a un ritmo del 3,7% en el primero. La economía pierde fuelle justo cuando los estímulos monetarias y fiscales llegan a término y queda poca munición para lanzar una segunda reactivación.

La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO por sus siglas en inglés), un organismo técnico, emitió la semana pasada un informe en el que revelaba que el programa de estímulo fiscal de dos años (ARRA), aprobado en febrero de 2009 por Barack Obama, había permitido que se crearan 3,3 millones de empleos en el segundo trimestre. Dadas las circunstancias, con una tasa de paro del 9,7% y una población activa a la baja, es algo que podría haber evitado recaer en la recesión.

Además, esta ayuda se convierte en el primer motor económico ya que, según la CBO, ha permitido incrementar el PIB entre 1,7% y 4,5% en el segundo trimestre.

Los costes del ARRA, que se ha destinado a transferencias de fondos a los estados, a parchear una red social insuficiente para una crisis como la actual y algunos proyectos de obras públicas, se estimaron inicialmente en 787.000 millones en 10 años, que luego se dispararon a 862.000 millones y se han rebajado en el último estudio a 814.000 hasta 2019 (el 70% de los costes se contabilizan este año).

Además de este estímulo, el Congreso aprobó recientemente una transferencia de 26.000 millones más a los estados para evitar draconianos recortes de gastos y subidas de impuestos, y Obama está pendiente de que los legisladores le aprueben otro paquete de ayudas con descuentos fiscales a las pymes, las empresas más afectadas por la contención del crédito cuando son las que más empleo crean. El objetivo es que estas vuelvan a contratar. Además, el Gobierno considera otro plan, público-privado para obras públicas.

Es difícil que eso ocurra. El elevado déficit y la deuda, además de la negativa republicana a todo lo que se relacione con una receta keynesiana lo impiden. En noviembre hay elecciones para renovar el Congreso y el Gobierno no está logrando transmitir los logros del esfuerzo fiscal, porque el mensaje es negativo. "Hemos evitado la recesión" no suena tan bien como "la economía se recupera". El Gobierno, y pese a las críticas, ha contenido la crisis de Detroit y la de la banca.

En el lado monetario, Ben Bernanke ha puesto billones de dólares a circular en el mercado crediticio gracias a unas medidas muy creativas, una vez que se acabó la respuesta a la bajada de tipos al 0% de diciembre de 2008 aún vigente. La Fed apenas tiene más munición y, sobre todo, que sea efectiva para acabar con el problema fundamental, el paro que afecta el consumo.

En Jackson Hole, Bernanke mantuvo el optimismo y dijo que aún tiene herramientas pero que no las usará si no hay un mayor deterioro una vez que cuestionó la efectividad de estas frente a los riesgos que podrían acarrear. El CBO dice que el impacto del ARRA "disminuirá gradualmente durante la segunda mitad de 2010 y en adelante", justo cuando el Estado está llegando a los límites de su poder como cirujano en jefe de la economía.

Las cifras

26 mil millones de dólares de transferencias del gobierno federal a los Estados ha sido el último estímulo aprobado por Obama.0,7 y 1,8 puntos porcentuales más se sumarían a la tasa de paro actual del 9,7% en caso de que no hubiera habido estímulo fiscal.9,1% es el déficit en el actual año fiscal. Se trata del segundo mayor en los últimos 65 años tras el de 2009.

Recetas de la cocina de Jackson Hole

Ben Bernanke dedicó su intervención en el seminario de Jackson Hole a hablar de posibles, aunque improbables medidas monetarias para reactivar la economía. Su homólogo europeo, Jean Claude Trichet, aprovechó el mismo foro a última hora del viernes para insistir en las bondades de las políticas tendentes a la reducción del déficit, algo aconsejable incluso en momentos en los que la economía es frágil."Reducir el peso de la deuda y tener unos niveles de apalancamiento sostenibles para todos los actores en la economía es la única opción que existe para conseguir el objetivo de la cumbre del G20 de Toronto, crear un crecimiento global fuerte, sostenible y equilibrado", explicó Trichet.Aunque en EE UU se sigue hablando de cómo contener una posible recaída, el responsable de la política monetaria europea habló ya de "reabsorber el exceso de liquidez" aunque también dijo que la principal preocupación de los próximos 10 años es asegurar que no se cae en una "década perdida".Es una posibilidad que, sin embargo, se ha contemplado por una de las participantes a esta reunión. La profesora de economía de la Universidad de Maryland, Carmen Reinhart, explicó que la economía de EE UU, la primera del mundo, podría experimentar un crecimiento muy lento con altas tasas de paro debido al colapso generado por la crisis de la vivienda y el crédito. Reinhart, que con Ken Rogoff escribió un libro imprescindible (Esta vez es diferente) sobre la historia de otras crisis, afirma que eventos "desestabilizadores" como los registrados en 2007 y 2008, "producen cambios en la evolución de indicadores macroeconómicos claves en el largo plazo". Reinhart coincide con otros economistas en destacar que las recuperaciones económicas recientes han sido más lentas y costosas.

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