Cerveceros y médicos se alían con el sector en defensa del vino

La guerra del vino no da tregua. A los agricultores, industrias transformadoras y bodegueros que elaboraron la pasada semana un manifiesto en favor del vino y la viña se les unieron ayer los productores de cerveza, que pidieron que ésta también se excluya de la futura ley, y la Asociación Profesional de Médicos de Madrid (Prosima), que recordaron a la titular de Sanidad que no existe evidencia empírica de que un consumo moderado de vino sea perjudicial para la salud.

Sin embargo, la petición de los cerveceros encierra un dardo envenenado para el sector del vino. Desde Cerveceros de España se recuerda que el vino ya tiene un tratamiento impositivo favorable respecto a la cerveza (el vino disfruta de un tipo cero desde que Bruselas estableció el marco comunitario impositivo para bebidas alcohólicas en 1992) y que no tendría mucho sentido excluir el vino y no la cerveza, 'cuando es una bebida de la cultura mediterránea con menor graduación alcohólica que el vino'.

De hecho, el Consejo de Ministros de Economía de la UE encargó a finales de noviembre un estudio a la Comisión Europea para calcular el impacto que podría tener sobre la industria del vino la introducción de un gravamen especial como el que tiene la cerveza.

En la misma línea se pronunció ayer la organización Malteros de España, que también exigió que se le otorgue el mismo trato fiscal a la cerveza y al vino y advirtió sobre el daño que podría causar a la industria de la cerveza, que factura 5.100 millones al año (el 0,7% del PIB), la aplicación de una ley restrictiva. El presidente de Malteros de España, Uldarico García, señaló que las limitaciones al sector de la cerveza 'representarían un grave perjuicio para la producción de cebada y su posterior transformación en malta'.