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Solar

Camping de lujo se viste de fotovoltaica

El complejo Zmar apuesta por un modelo turístico sostenible.

El Alentejo ha aprendido la lección, no será como El Algarve", explica Francisco deMello Breyner, lisboeta que ha invertido, junto a otros socios privados, 30 millones de euros en la construcción de un megacomplejo turístico de 81 hectáreas en plena región de Alentejo (Portugal), una de las más preservadas de Europa. Su oferta es la naturaleza, rompiendo con el modelo de turismo de sol y playa de su vecina región de Algarve, a pocos kilómetros al sur, que en veinte años ha saturado su costa y el interior, siguiendo el modelo de turismo español.

Zmar, como se ha bautizado este complejo en un guiño a la espectacular localidad costera de Zambujeira doMar, de la que queda a sólo 13 kilómetros hacia el interior, quiere ser el "turismo del futuro", esto es, sostenible, "porque el planeta ya no puede más", dice De Mello Breyner. La apuesta pasa por desestacionalizar el turismo y asociar la oferta a valores verdes y a la naturaleza.

Desde su inauguración, el pasadomes de julio, Zmar parece estar cumpliendo sus objetivos. El cálido otoño en Alentejo atrae a turistas en busca de rutas por el cercano Parque Natural del Suroeste Alentejano e Costa Vicentina, sesiones de relajación en su spa y una amplia oferta de actividades para niños en plena naturaleza.

Proyectos como el de Zmar empiezan a interesar a operadores turísticos de la zona, como AlentejoTours, uno de los últimos en llegar al despunte turístico que vive esta región. Esta pequeña empresa no cree que la región corra peligro de masificación. "El Gobierno es muy estricto", comenta uno de los socios durante un paseo en coche eléctrico por las instalaciones de Zmar.

En este complejo todo se ha pensado para favorecer y divulgar el turismo sostenible. Un total de 12 vehículos eléctricos recorren las instalaciones, que cuentan con varias avenidas jalonadas por pequeñas casas de madera de una o dos habitaciones, con un bosque de eucaliptos por toda decoración exterior.

Todas tienen instalados en sus techos paneles de energía solar fotovoltaica para el abastecimiento de agua caliente. Un centro de tratamiento de agua permite reutilizar la usada para riego, y cada diez metros el visitante se topa con cuatro colores de contenedores, para la selección de basuras.

Máquinas expendedoras de zumos de frutas conviven con otros para reciclar las botellas de plástico vacías, y no faltan carteles explicativos sobre el ingente consumo de plástico en Europa y su nefasto impacto sobre los animales, ya que muchos de ellos mueren por ingerir estos embalajes o quedar atrapados en ellos.

"Barato y de calidad, ideal para la crisis"

Eso piensa Manuel (nombre ficticio), uno de los tantos turistas que disfrutaron del largo puente de diciembre en las instalaciones de Zmar. æpermil;l y su familia optaron por instalar aquí su caravana, dentro de una gigante explanada que la empresa ha destinado al camping libre. Su hija dice que ya ha disfrutado de la piscina de olas artificiales. Han aterrizado en este complejo porque, pese a ser invierno, "ofrece muchos servicios que podemos disfrutar, sobre todo para los niños"Sorprende su destreza con el reciclado, poco familiar aún para el ciudadano medio español. Esta familia onubense ha optado por Portugal por la cercanía con España, otra de las bazas que quiere aprovechar la empresa portuguesa."No se trata de un producto portugués, sino ibérico", presume De Mello Breyner. Además, añade, "Zmar está pensado para la crisis, es de calidad y barato".

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