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Encuentro

Bush confunde devaluación con deflación y hace caer el yen

El presidente de EE UU, George Bush, provocó ayer inconscientemente una moderada subida del dólar frente al yen al afirmar que en su encuentro con el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, habían tratado la 'devaluación' del yen. Poco después la Casa Blanca tuvo que explicar en un comunicado que el presidente quería decir 'deflación'.

La subida del dólar fue moderada y se corrigió rápidamente, pero las declaraciones de Bush confundieron a los inversores. El Gobierno de Japón ha sido acusado de apoyar a una moneda débil para fomentar las exportaciones y reflotar así su economía, que se encuentra en recesión. Hasta ahora, el Gobierno de Bush ha rechazado la petición de la industria estadounidense de forzar al Ejecutivo nipón a poner freno a la caída del yen, pero el apoyo explícito a una devaluación de la divisa, que fue lo que entendieron ayer los inversores, confundió por completo al mercado.

No obstante, el yen apenas varió su cambio frente al dólar. La divisa japonesa regresó a sus 132,65 unidades por dólar, frente a los 132,57 del cierre del viernes en Nueva York, después de alcanzar mínimos de 132,80 yenes por billete verde.

La anécdota se produjo durante una jornada en la que Bush dio un significativo espaldarazo al primer ministro japonés al apoyar su plan de reformas económicas. A cambio, el mandatario nipón se solidarizó con Bush en su particular guerra contra el terrorismo. Ambos presidentes salieron satisfechos de su encuentro, en el que la única nota discordante fue el Protocolo de Kioto, impulsado por Tokio y rechazado por la Administración estadounidense.

'Es un gran reformador', dijo Bush sobre el primer ministro japonés. En la rueda de prensa que los dos líderes ofrecieron conjuntamente no faltaron los elogios. 'Tengo confianza en la habilidad de liderazgo de este hombre', afirmó. Con esas y otras expresiones Bush dejó claro su apoyo a Koizumi, en un momento en el que el líder japonés se resiente de los efectos negativos de la salida del Gobierno de la popular ministra de Exteriores, Makiko Tanaka, y es criticado por la demora en llevar adelante las reformas anunciadas desde que llegó al poder, en abril de 2001.

La reunión, sin embargo, decepcionó al mercado por la falta de los detalles del plan de Koizumi para acometer las reformas, que se preveía serían anunciados durante la visita de Bush. La semana pasada el primer ministro japonés pidió a su Gobierno que elabore un plan para evitar la última variante de la crisis: la deflación. Además, el Ejecutivo prevé poner en marcha nuevas reformas a partir de finales de marzo, cuando termina su año fiscal, aunque aún no se han especificado las medidas.

No obstante, Koizumi reiteró su intención de acometer las reformas: 'Hace 10 años teníamos exceso de confianza (...). Ahora la hemos perdido. Pero es seguro que no habrá un revivir económico de Japón sin las reformas', dijo. Bush rechazó dar consejos al líder japonés y especificó que sólo había ido 'a prestarle su apoyo'.

Frente común en la guerra al terrorismo

 

 

No sólo Koizumi salió satisfecho de su encuentro con Bush. El presidente estadounidense consiguió el respaldo del primer ministro japonés en su guerra contra el terrorismo, para cuya continuación ya ha definido su 'eje del mal', formado por Irán, Irak y Corea del Norte. Koizumi afirmó que el enfoque de Bush era 'tranquilo y prudente', en contraste con las duras críticas que despertó en Europa, donde el ministro francés de Exteriores, Hubert Vedrine, calificó el discurso de 'simplista'.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ambos mandatarios hablaron de que Japón, que mantiene relaciones diplomáticas con Irán, ayude a persuadir a este país de promover el terrorismo, según dijeron dos funcionarios estadounidenses a Reuters, quienes afirmaron que no se había tratado una acción militar inminente.

 

 

 

 

 

 

 

Pero Japón fue sólo la primera parada de un viaje de seis días por Asia. Bush llegaba hoy a Corea del Sur, donde ha habido protestas contra la política internacional de su Gobierno. 'Voy a Corea a hablar específicamente de este asunto', dijo el presidente ayer.

 

 

 

 

 

 

 

Bush también viajará a China, cuyo Gobierno ya se ha pronunciado a favor de entablar un diálogo con Corea del Norte.

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