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Nuevo orden financiero

Barroso confía en que España estará en la reunión de Washington

El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, se mostró hoy "muy confiado" en la participación de España en la cumbre de Washington sobre la reforma del sistema financiero internacional y aseguró que es un "error" pensar que hay un veto estadounidense a este país.

Barroso compareció en rueda de prensa en La Moncloa junto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y ratificó su apoyo a la pretensión española, pero sin avanzar ninguna fórmula que permita a España estar en una cita a la que, por el momento, sólo han sido invitados los países del G-20.

Zapatero, tras ser preguntado por la posibilidad de que Nicolas Sarkozy le ceda uno de los dos puestos de los que dispondrá en Washington -como presidente de Francia y de la UE-, apeló a la "prudencia". "Lo que no me cabe en la cabeza es estar de pie; en alguna silla hay que estar, obviamente", señaló.

Durao Barroso, implicado directamente en las gestiones que buscan garantizar la participación española, dejó claro que su apoyo a Zapatero no es personal, sino que es el de las instituciones europeas, la Comisión y el Consejo, liderado por Sarkozy.

A su juicio, España puede hacer una "gran contribución" en la cumbre del próximo 15 de noviembre por razones "evidentes", tanto por su "interesante" experiencia de supervisión del sistema financiero nacional, como por ser la octava potencia mundial.

Zapatero volvió a defender su pretensión y, como presidente de un país "europeísta", agradeció el apoyo de Durao Barroso y de Sarkozy. "España debe estar en esa cumbre; he trabajado y trabajo para que esté en esa cumbre", manifestó. En opinión de Durao Barroso, la participación de España sería "muy útil" y resulta importante no sólo para Europa, sino para toda la comunidad internacional.

Insistió en que España es "una de las mayores economías del mundo" y un "ejemplo económico y social en las últimas décadas", además de ser un país "estrechamente ligado a la UE" que "ha sabido jugar de forma inteligente y con vocación de liderazgo".

Recordó así que Zapatero estuvo en el origen de la reunión del Eurogrupo que diseñó las medidas europeas frente a la crisis y destacó que España ha hecho un documento con propuestas "muy interesantes" que se está estudiando en Europa.

Tanto Zapatero como Durao Barroso asumieron que el gobierno de George W. Bush decidió invitar a los países del G-20 porque había que elegir un formato ya establecido y se mostraron convencidos de que el que España quede fuera no supone un veto a su presencia.

El presidente de la Comisión insistió en que no se ha tomado ninguna decisión "antiespañola" y Zapatero señaló que él tampoco tiene esa sensación. A su juicio, de hecho, una victoria del demócrata Barak Obama en las elecciones de mañana tampoco cambiaría las cosas, ya que la Administración Bush permanecerá hasta enero.

Ambos destacaron además que otros muchos países podrían tener la misma aspiración de España y Durao Barroso explicó que abrir la convocatoria es un trabajo diplomático "terriblemente difícil". Zapatero reconoció que si se abre ese formato habría muchos países interesados en acudir a la cumbre, pero recalcó que España "reúne unas cualidades muy singulares" para hacerlo.

Para justificar la presencia de España, Durao Barroso recordó que el G-20 se creó durante la crisis asiática, por lo que en él hay países que entonces eran una parte significativa del problema, pero que ahora no tienen un gran peso económico ni financiero.

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