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Berlín pide tiempo para decidir sobre un segundo plan de rescate de Atenas

El BCE alerta de que Grecia preparaba la reestructuración de su deuda

El Banco Central Europeo alertó ayer de que Grecia ha estado preparando durante meses la reestructuración de su deuda. Atenas, según el BCE, ha abandonado la idea tras convencerse de que el país sufriría un colapso económico. Berlín, por su parte, pidió ayer tiempo para calcular el volumen de un posible segundo rescate de la economía helena.

La credibilidad de los principales actores de la crisis de la deuda soberana en al zona euro perdió ayer nuevos enteros. Bruselas y Atenas llevan meses desmintiendo las informaciones sobre una posible reestructuración de la deuda griega, pero el Banco Central Europeo aseguró ayer que el Gobierno de Yorgos Papandreu ha barajado esa opción durante varios meses.

El BCE incluso considera que Atenas ha descuidado el plan de ajuste fiscal, convencida de que la inminente renegociación con los acreedores aliviaría los problemas financieros del país.

Ayer mismo, el Ministerio de Finanzas griego publicó los datos relativos al primer cuatrimestre de este año que arrojan, a nivel estatal, un déficit de 7.235 millones de euros, un 13,5% más que en el mismo periodo de 2010 y por encima también del objetivo de 6.924 millones marcado en el plan de ajuste.

"No se trata de salvar a los bancos franceses y alemanes"

"Grecia ha perdido el tiempo considerando esta posibilidad de la reestructuración durante varios meses", aseguró ayer Lorenzo Bini-Smaghi, miembro del comité ejecutivo del BCE, en una entrevista concedida al diario italiano La Stampa.

Bini-Smaghi acusa "a los bancos de inversión y a los abogados" de haber asesorado mal al Gobierno de Papandreu al proponerle una reestructuración, "en busca de sus comisiones", sin advertirle sobre las terribles consecuencias de esa medida. Cabe recordar que el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs ya jugó un papel fundamental en el diseño de artificios financieros que permitieron a Atenas camuflar durante años sus verdaderos números rojos para que pasasen desapercibidos ante los mercados y ante las autoridades de Bruselas.

Las palabras de Bini-Smaghi, inhabitualmente claras para un miembro del directorio del BCE, también revelan la inquietud del emisor ante la posibilidad de que el Gobierno de Angela Merkel acabe abandonando a su suerte a la economía griega. "Alemania y otros países", asegura el italiano, "no están dispuestos a desembolsar más dinero para ayudar a Grecia (...) a menos que haya garantías de que los programas de ajuste se cumplen. (...) Me parece lógico. Pero no entiendo la idea de supeditar la ayuda a alguna forma de reestructuración de la deuda del país beneficiario como parecen sugerir varias fuentes alemanas".

Merkel aseguró ayer en Berlín que no puede pronunciarse sobre la concesión de nuevas ayudas a Grecia hasta que los funcionarios de la CE, el BCE y el FMI concluyan revisión en Atenas de la situación presupuestaria del país, una misión iniciada la semana pasada y que se espera concluir a finales de ésta. "No me pronunciaré hasta que no conozca os resultados", señaló Merkel.

La canciller, de todos modos, se reunirá esta noche en Berlín con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y mañana con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para analizar el impacto de un posible descalabro de Grecia en el resto de Unión Monetaria. "No estamos intentando salvar a los bancos alemanes o franceses, sino preservar la estabilidad financiera de toda la zona euro", precisó ayer el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn,.

Rehn también calificó como "prematuro" cifrar ahora las posibles necesidades financieras de Grecia en 2012 y 2013, que se estiman en unos 30.000 millones de euros anuales.

La Comisión sí que dio ayer el visto bueno al programa de ajuste presentado por Portugal, que debería permitir el próximo lunes y martes la aprobación en el consejo de ministros de Economía de unos préstamos a Lisboa por valor de 78.000 millones de euros.

La UE pone en marcha el relevo de Trichet

La creciente inestabilidad de la zona euro parece haber acelerado el proceso de relevo del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, cuyo mandato de ocho años expira el próximo 30 de octubre. El pasado mes de abril, los ministros de Economía y Finanzas de la UE, reunidos en Godollo (Hungría) fueron incapaces de consensuar el nombre del sucesor y sugirieron la posibilidad de aplazar la elección hasta después del verano. Pero ayer, según la agencia France-Press, Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro), decidió incluir la elección de un nuevo presidente en la agenda de la reunión que presidirá el próximo lunes. El actual gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, figura como el principal candidato a suceder a Trichet, pendiente solo del apoyo definitivo de la canciller Angela Merkel.

Portugal, al 5,5%

El interés de los préstamos a Portugal girará en torno al 5,5%, según explicó el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, partidario de no castigar a los países rescatados con intereses excesivos que impidan su recuperación. Irlanda sigue reclamando una rebaja.

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