El 61% de las empresas españolas prevé que la crisis se prolongue al menos hasta 2012
La salida de la crisis económica en España va a ser mucho más lenta en España que en el resto del mundo. Así se desprende de las respuestas de los 1.000 empresarios de todo el mundo consultados por Ernst & Young para la elaboración de su barómetro semestral de confianza, en el que se amplía aún más la brecha entre la economía mundial y la española.
De hecho, el 61% de las firmas consultadas en España considera que la crisis va a durar más de un año, lo que representa un incremento de cinco puntos respecto a las respuestas de la última encuesta de octubre. Ese deterioro es similar si se trata de valorar la crisis financiera, ya que el 48% de los consultados cree que el grifo del crédito seguirá cerrado para las empresas al menos durante los próximos doce meses, cinco puntos más que el anterior resultado.
Este empeoramiento de las perspectivas económicas de España contrasta con la mejora en las previsiones de los empresarios a nivel mundial, en el que ya son más (el 57%) los que aseguran que la crisis económica no se prolongará más allá de un año frente a aquellos que creen que durara más tiempo (43%). Incluso un 17% de los encuestados considera que ya se ha terminado.
Especialmente significativo es el cambio experimentado en las respuestas relativas a la escasez de crédito. Las firmas españolas consultadas apuntan que el principal problema con el que se encuentran a la hora de desarrollar su negocio es la concesión de préstamos, con un 48% de las respuestas, frente un 45% que denuncia los problemas de liquidez. Todo lo contrario que lo sucedido hace tan solo un año, cuando el 89% de las empresas reivindicaba que su principal prioridad era la obtención de liquidez.
La encuesta revela que las mayores dificultades para generar más actividad y el menor acceso al crédito obligarán a las empresas españolas a centrarse en la obtención de liquidez y en el recorte de gastos, mientras que las compañías de otras naciones ya han orientado sus estrategias a corto plazo en la adquisición de nuevas compañías. El 50%, más del doble que hace un año, reconoce que estudia alguna operación.