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El histórico recorte afecta también a Renfe, RTVE y ayuda al desarrollo

600 millones menos para la I+D+i

Pocas veces la letra pequeña de la referencia de un Consejo de Ministros ha sido tan grande. La drástica subida del IRPF, la congelación salarial a los funcionarios o la desviación de dos puntos en la previsión del déficit público copan los titulares, pero el mayor ajuste fiscal de la democracia contiene muchos más extremos.

Entre ellos, el decreto de medidas urgentes aprobado hoy incluye una reducción de los presupuestos de dos de las principales empresas públicas: Radio Televisión Española y Renfe. En cada uno de los casos, el tijeretazo asciende a 200 millones de euros.

Una cantidad relativamente moderada, si se compara con la minoración de las subvenciones y préstamos en I+D+i: la gasolina para el que debería ser el motor futuro de la economía española se recorta, nada menos, en 600 millones de euros.

Otros 400 millones se detraen de los préstamos participativos a los concesionarios de autopistas, y se suprime completamente la financiación de infraestructuras en compensación del cese de actividad de minería del carbón, así como la financiación prevista en los Estatutos de Autonomía de Andalucía, Castilla y León, Baleares y Cataluña.

La ayuda al desarrollo, en cuestión

La referencia incluye además una partida de impacto desconocido: "reducción de las subvenciones de ayuda al desarrollo". Sorprende la falta de concreción del recorte en este extremo, frente al detalle en los demás.

El tijeretazo pone fin a la renta de emancipación de 210 euros para jóvenes, aunque respeta el ingreso para los que ya la recibían. En cambio, se recupera con efecto retroactivo la deducción generalizada por inversión en vivienda habitual, vista por la mayoría de los expertos como una de las causas de la burbuja inmobiliaria.

Los partidos políticos, sindicatos y patronal verán recortadas sus subvenciones en un 20%, y se aplazan hasta 2013 la aplicación de la Ley de Dependencia para nuevos beneficiarios y la ampliación del permiso de paternidad de dos a cuatro semanas.

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