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Cinco Sentidos

Cómo sentirse Fernando Alonso durante unas horas

La velocidad es, ante todo, una sensación. El alquiler de circuitos de carreras permite disfrutar de ella de manera segura y sin infringir la ley

Los que deciden (y pueden) comprarse un coche de gran cilindrada se enfrentan a varios desafíos. Además del propio precio del vehículo y de pagar seguros bastante por encima de la media, no pueden disfrutar en su día a día de todas sus prestaciones. ¿De qué sirve tener un deportivo o una motocicleta que alcance los 250 km/h si en las carreteras se permite como mucho llegar a los 120?

Hay una solución a este interrogante que no implica infringir la normativa vial: alquilar un circuito de carreras. Una opción que se está poniendo de moda, pese a no resultar demasiado barata, y que permite a los amantes de la velocidad quitarse el gusanillo sin escatimar en seguridad.

El circuito del Jarama (Madrid) y el de Montmeló (Barcelona) son las opciones preferidas para pasar unas horas rodando a toda velocidad. En el primer caso, no resulta una experiencia barata. Aun así, los fines de semana en que no hay carreras se escucha desde las urbanizaciones que rodean el circuito el rugido de los motores. Dependiendo de la cantidad de vehículos que se metan en pista sale desde 4.100 euros por un día hasta unos 12.000. El precio incluye el apoyo una ambulancia, un coche con médico, una grúa y un encargado de control del sonido. En Montmeló, en cambio, la pista se alquila por tandas de 30 minutos, que cuestan entre 38 y 52 euros, en función del trazado que se escoja y de si se es o no socio. Y ese es otro de los atractivos de esta experiencia: se pueden meter hasta 20 coches en el circuito, por lo que existe la posibilidad de organizar carreras con los amigos o compañeros de trabajo.

El alquiler de pistas está triunfando, además, como colofón a los negocios. Un ejemplo: Antonio Catalán, presidente de AC Hotels, reservó este verano el Jarama para Bill Marriott, presidente de la cadena estadounidense del mismo nombre y amante de los coches, cuando ambas firmas cerraron una joint venture el pasado 8 de junio.

Lo más exclusivo

El mundo de Ferrari. Para los que no tienen un deportivo con el que correr en las pistas, hay algunas empresas que los alquilan. En el caso de GTEmoción, incluso existe la posibilidad de ponerse al volante de un fórmula 1 bólido, como el Fórmula 1600 Réplica Ferrari, que cuenta con una caja de cambios como la de un F1 y un motor de 120 caballos que alcanza los 220 km/h.Pero hay otra opción, la más exclusiva y, hoy en día, practicada casi únicamente por los jeques árabes. Consiste en comprar un auténtico F1 de Ferrari. Los monoplazas empleados por la escudería la temporada anterior se venden en cuanto empieza la nueva, aunque se queden expuestos en cuartel general de Ferrari, en Maranello. Cuando su dueño lo quiere rodar, solo tiene que trasladarse hasta la localidad italiana y la firma del cavallino rampante lo organiza todo. El precio, eso sí, es top secret.

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